Numerosos norcoreanos están enrolándose voluntariamente en sus fuerzas armadas.
Sólo el 17 de marzo, 800 000 voluntarios se presentaron en los puntos de reclutamiento del Ejército Popular de Corea (denominación oficial de las fuerzas armadas norcoreanas). Los observadores señalan que ese fenómeno es visible tanto en las ciudades como en las regiones rurales de todo el país.
La oleada de enrolamientos voluntarios en Corea del Norte se observa precisamente en momentos en que Estados Unidos inicia en Corea del Sur las maniobras militares conjuntas anunciadas por el Pentágono como las de mayor envergadura en los 5 últimos años.
En definitiva, los 25 millones de norcoreanos ven que, 53 años después del inicio de la agresión contra su país, Estados Unidos sigue amenazando la República Popular Democrática de Corea. Además, Corea del Sur está negociando una alianza con Japón, enemigo hereditario de todos los coreanos.
Técnicamente, la guerra de Corea (1950-1953) no ha terminado ya que las partes beligerantes nunca firmaron un acuerdo de paz.
Estimando que Estados Unidos trata actualmente de impedir las importaciones de cereales del país, el Partido del Trabajo de Corea –partido gobernante en Corea del Norte– adoptó el mes pasado un vasto programa de producción de alimentos para evitar una hambruna como la de los años 1960, que fue agravada intencionalmente por las potencias occidentales.
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