¿Cómo así que Proinversión, puso en subasta 3’712,450 acciones del Estado en La Pampilla y luego súbitamente decidió vender la totalidad de las mismas, es decir 11’249,847 acciones rebajadas de US$ 7.25 a US$ 6.30? ¡Aquí, en este pase discutible, el Estado dejó de percibir la linda suma de US$ 10.68 millones de dólares! En buen romance, el Perú ya no tiene UNA SOLA ACCION en La Pampilla porque un oprobioso remate, con rebajas sospechosas ya nos enajenó este patrimonio a todos los peruanos.
Los nuevos comensales
Con la venta de este paquete de acciones (31.194%) La Pampilla define su composición accionaria de este modo: Repsol, YPF Perú B.V. (50.285%); The Peru Privatisation and Development Fund Limited (10.202%); Mobil Oil del Perú SRL (6.005%); Trabajadores (1.564%); IGM Refinería S.A. (0.747%); Petroperú (0.003%); y nuevos accionistas, AFPs chilenas, que adquieren el 31.194%, lo que da un total al 100%, equivalente a 36’063,999 acciones, Clase A y 1 acción Clase C, (acción dorada en manos del Estado). Como si fuera una acción heroica, Luis Guiulfo, el cesante director de Proinversión, tuvo la desfachatez de declarar que “trabajaba con un estado de ánimo positivo”. ¡Qué fácil es regalar lo ajeno y cobrar de lo que tributa el resto de los peruanos! ¿No?
Rapidez inusitada
Entre el 18 y 24 del mes en curso se pulverizó al Estado peruano de La Pampilla. La primera subasta convocada por Proinversión en avisos en los principales diarios nacionales se frustró por ausencia de compradores. Esta circunstancia merece un comentario elemental.
Si la gente no acude a la mesa es porque el menú es muy malo. Las viandas son pasadas y de mal gusto o es mejor esperar otra oportunidad para comer mejor, alimentarse y ¡no intoxicarse con productos deficientes! ¡Lo recomendable ante el primer fracaso por falta de postores ERA NO VENDER! ¡Aquí Proinversión hizo todo lo contrario: y no sólo vendió los 3’712,450 originales sino que puso alegremente a disposición el paquetazo de 11’249,847!
Preguntas sueltas
¿Por qué en el Prospecto Marco de la Oferta Pública de Venta de acciones comunes Clase A, aparece como ente representativo en calidad de emisor Repsol-YPF, cuya mayoría accionaria no le da -de manera alguna- derecho de participar en la venta de acciones del Estado, pudiéndose calificar el hecho como un típico conflicto de interés, este acto?
¿Por qué en el Prospecto Marco, en todo instante, se trata de desalentar al potencial comprador con la enumeración de factores de riesgo como estructural, macroeconómico, terrorismo, tributario, devaluación de la moneda, control cambiario, riesgo del precio del petróleo, riesgo comercial, etc., etc,; sin embargo se oculta -no hay otra palabra- hechos concretos como las inversiones en unidades de procesos en Refinería La Pampilla, con la construcción de la unidad de vacío y visbreaking de gran capacidad, con significativa producción de destilados medios (diesel) que mejorarán sustancialmente las utilidades de la esta refinería?
Lo anterior ¿no mejora de manera importante e inequívoca el valor de las acciones de La Pampilla por su mayor valor agregado en procesos industriales ante cualquier comprador, peruano o extranjero?
¡Igual que en Camisea con Hidrocarburos Andinos SAC, empresa ahora inexistente en ese consorcio, en La Pampilla, después de la venta pública, aparece entre el accionariado el grupo PPDF (The Peru Privatisation and Development Fund Limited) con el 10.202% del accionariado. ¿Quiénes son y qué favores propiciaron para recibir tan respetable paquete de acciones?
¡Más claro ni el agua!
Evidentemente, sin lugar a dudas el bien elaborado Prospecto Marco, con valiosísima información, no tuvo otro propósito que desalentar al potencial comprador para que no se presentara en primera subasta, describiéndole un innumerable racimo de aterradores riesgos por un lado y por otro minimizando con argucias contables, la presentación de utilidades netas, modestas refineramente hablando como la del año 2002, de 20 millones de dólares, cuando Repsol ostenta importantísimas reservas mundiales de petróleo: 2000 millones de barriles y una producción de un millón de barriles diarios, equivalentes de petróleo, que le permite procesar un crudo barato que, introducido en refinerías como La Pampilla, le significa corporativamente hablando: ¡ganancias fabulosas!
¡Escucha Repsol!
Principalmente para aquellos que fuimos parte de esa pequeña pero pujante institución que se llamó Empresa Petrolera Fiscal (EPF), ahora denominada Petroperú S.A., constructora de La Pampilla ha sido una dolorosa e ingrata noticia el que este gobierno, no el Estado, irrogándose atribuciones que no le corresponden, como subastar el patrimonio de la nación, prosiga sin rubor alguno, pese a la corruptela habida, la construcción del segundo piso del fujimorismo corrupto.
Las acciones que antes pertenecieron al FONAFE (Fondo Nacional de Financiamiento de la Actividad Empresarial del Estado) y ahora a un conjunto novísimo de empresas cuya foja de servicios o especialización refinera, petrolera o energética se desconoce plenamente, fueron alguna vez, motivo de desvelo de cientos y miles de peruanos que fueron parte constituyente de su grandeza en beneficio de todos los peruanos. Hoy los privatistas, esos que regalan lo que no es suyo, se ufanan de vender hasta las últimas joyas de la abuelita.
Venta dudosa y con trampas
Por todo ello, escucha Repsol: llegaste al país vía el no habido Yoshiyama, invitado por el corrupto Fujimori, para que participes en una licitación dudosa, haciéndote del 60% del accionariado de La Pampilla, por US$ 180 millones de dóares, pagados en parte con papeles devaluados de la deuda externa pero a valor nominal; con un precio totalmente subvaluado, pues no se tuvo en cuenta el valor de mercado cautivo de 100 mil barriles/día de combustibles, cometiéndose el delito de receptación.
Además, la compra de Relapasa se concretó en un gobierno de facto, anticonstitucional, que fabricó dispositivos legales tanto el D.L. 674 y la RS 290-92-PCM para llevar a cabo este latrocinio.
Escucha Repsol: tu participación en Relapasa desde el punto de vista laboral también fue infeliz pues coludida con funcionarios y sindicatos anuentes, trajiste una ola de despido de trabajadores refineros, propiciando el desempleo de personal altamente calificado. También cabe precisar que tu aporte técnico fue nulo, para ello basta ver el organigrama de la Dirección de Refino de Relapasa.
Escucha Repsol: No contenta con ello, propiciaste la venta primero parcial y luego total de las acciones que el Estado mantenía en Relapasa, las que en su mayoría, directa o por intermedio de testaferros, se encuentran en tu poder, adquiridas con un valor accionario subvaluado gracias a tu amigo J.P. Morgan Securities Inc.
Ahora Repsol, empresa de rapiña, ¡ya estás dirigiendo tus ojos a la Refinería Talara, la piedra en el zapato, el último rescoldo antiprivatista y para variar también vuelves a contar con funcionarios vendepatrias y anuentes, tramposos, sobornables, aupados en el gobierno.
Los nacionalistas de corazón peruano no esperamos gran cosa de esta administración privatista, pero sí sabremos mantener viva la llama nacionalista con otros gobiernos que por lo menos, puedan demostrar honradez y preciarse de tal virtud. Y exigiremos que se revisen escrupulosamente todas las acciones acometidas por los traidores y especialmente el latrocinio cometido contra Relapasa, la insignia más valiosa de Petroperú, que algún día, sin lugar a dudas, volverá a manos peruanas. ¡Por tanto, date por enterado Repsol!
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