El regalo de fin de año de Uribe a Bush es haberle enviado al “canciller de las FARC”. Ahora EEUU podrá mostrar que en sus cárceles están dirigentes de la “trinidad del mal” de “focos terroristas” del mundo: Afganistán, Iraq y Colombia.
Las FARC, lejos de querer matar a su dirigente, saben que pueden sacar provecho de su extradición. Tendrán un vocero dentro de la principal potencia que propagandice que su alzamiento es por la “liberación nacional” y contra la “trinidad del mal”: “oligarquía”, “paramilitares” e “imperialismo”.
Las posibilidades para una solución negociada a la crisis de los rehenes o hacia la paz se alejan. Uribe muestra la fuerza de su mano dura y su lealtad a Washington.
La subversión colombiana tiene más base y apoyo social que el senderismo. Habrá que ver si una represión generalizada, en vez de poder liquidarla, vuelve a hacer que crezca la “trinidad del mal” que padece el colombiano común: violencia, violencia y más violencia.
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