Esta semana se realizaron dos cumbres presidenciales casi simultáneas. Mientras Bush recibía a los presidentes de seis repúblicas centroamericanas, Lula era el anfitrión de la I cumbre de doce países sudamericanos con 22 árabes. Ambos movimientos van en direcciones opuestas.
El presidente de EEUU se reunió en Washington con sus homólogos de Honduras, Ricardo Maduro; Guatemala, Oscar Berger; Nicaragua, Enrique Bolaños; El Salvador, Elías Antonio Saca; Costa Rica, Abel Pachecho y República Dominicana, Leonel Fernández.
Dichos mandatarios viajaron a Washington a respaldar a Bush y buscar ayudarle a que este logre hacer que el congreso apruebe el CAFTA, tratado de libre comercio entre EEUU y dicha región.
En cambio, los mandatarios sudamericanos que viajaron a Brasilia adoptaron una resolución que difiere con la estrategia "anti-terrorista" y "unilateral" de EEUU.
Mientras Centroamérica mira fijamente hacia el Norte, Sudamérica apunta en todos sus costados. Brasil, el MERCOSUR y la centro-izquierda que ha ido ganando varios gobiernos presionan para que ésta se una en un mercado regional autónomo ante EEUU y que negocie también con Europa, Rusia, China, la Liga Árabe y Asia.
Mientras en el sur se critica la guerra iraquí y se pide multipolaridad, en el istmo muchos gobiernos apoyan dicha intervención y quieren cobijarse tras el paraguas económico y político bushista..
Mientras China es percibida en Sudamérica como un socio que les compra materias primas, en Centroamérica se le ve como un rival para sus exportaciones textiles hacia Norteamérica.
El mayor escollo para su política de puertas abiertas a EEUU está, paradójicamente, en Washington cuyo congreso teme afectar la producción agraria interna o que crezca la inmigración hispana.
La I cumbre árabe-sudamericana es parte de un giro estratégico que viene impulsando Brasil. Esta ha sido el mayor evento internacional presidido por Lula. Es parte de su estrategia de entrar permanentemente al máximo organismo de Naciones Unidas y de encabezar un bloque sudamericano pro-multipolaridad que mantenga cierta autonomía ante Washington y teja lazos bilaterales con Rusia, Europa, África y Asia. Junto a China e India organiza un eje de los 3 colosos geográficos del Sur.
Brasil quiere capitalizar el hecho de contar con muchos descendientes de inmigrantes del medio oriente y que Sudamérica tiene más de 10 millones de descendientes de árabes, (algunos de ellos han llegado a encabezar el gobierno o la oposición en Argentina, Colombia, Ecuador y El Salvador).
El comercio entre ambas regiones sigue siendo limitado. Solo un 3.5% de las importaciones del Medio Oriente proviene de Sudamérica. Mas, el encuentro buscó ampliar los vínculos, captar inversiones árabes y abrir nuevos mercados para frutas, soya, granos, metales y carne sudamericanos. MERCOSUR y el Consejo de Cooperación del Golfo firmaron acuerdos.
La cumbre, que debería haber servido para unir al bloque sudamericano, ha demostrado la fragilidad en las relaciones entre los vecinos Chile-Perú y Brasil-Argentina. Kirchner se retiró prematuramente del cónclave. Argentina junto a México se opone al proyecto brasilero de entrar al consejo de seguridad, pues les haría sentirse inferiores como potencias latinoamericanas menores. Las exportaciones brasileras sobre Argentina se estarían duplicando y tienen mayor valor agregado que las de su vecino, quien reclama desequilibrios.
Toledo demandó apología pública a Lagos por un incidente ocurrido hace 10 años en el conflicto con Ecuador, mientras en Perú hay un rebrote de antichilenismo, el mismo que es azuzado por el gobierno y opositores para pescar popularidad.
Venezuela usó al encuentro para avanzar hacia una multinacional petrolera estatal sudamericana (Petrosur) ligada a la OPEP, y también para tejer un bloque que propugna la "soberanía" y contener el "intervensionismo y unilateralismo" norteamericano.
Sudamérica y la Liga Árabe tienen regímenes muy distintos. Mientras el primer subcontinente tienen democracias de libre mercado que van eligiendo gobiernos de izquierda moderada, la región árabe tiene pocas democracias y está escindida entre las autocracias más draconianas que hay y ciertas dictaduras nacionalistas proteccionistas. Pese al poco intercambio comercial y a las afinidades ideológicas entre ambos bloques, un factor que ambos quieren usar es el de buscar apoyarse mutuamente para conseguir mejores relaciones comerciales y políticas con el Norte.
La cumbre árabe-sudamericana votó por que Perú y Qatar ocupen un sitio no permanente en el consejo de seguridad (ONU) en 2006-2007. Mas, Brasil no pudo conseguir respaldo para ocupar allí un asiento fijo.
Dos pronunciamientos novedosos fueron que los 22 países árabes (incluyendo Siria y Libia) aceptaron reconocer a Israel, pero también que los 34 firmantes reconocieron "el derecho de los pueblos a resistir a la ocupación extranjera". Esto no sólo podría ser usado por Hamas o Hizbola sino esforzadamente por las FARC.
Las disyuntivas en Latinoamérica se van definiendo entre dos polos. El sendero mesoamericano apunta a insertarse dentro de la esfera económica y política de EEUU, mientras que el eje sud-atlántico presiona para crear un bloque autónomo en la globalización. Los Andes se encuentran geográfica y políticamente en medio de esos dos caminos.
Adital
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