Huelgas capitalistas
Muchas veces cuando los sindicatos más radicalizados lanzan huelgas, los empresarios tienden a ponérseles al frente. En Bolivia ocurre lo inverso. Los sindicatos rojos del altiplano y los empresarios del oriente (la región más pujante del país) ahora disputan... quien puede movilizar más gente con sus paralizaciones.
Los capitalistas cruceños han aprendido una forma de competencia por el mercado muy típica en Bolivia. Para poder capitalizar el descontento ante el alza de los carburantes (hecho por Mesa hace 3 semanas) ellos declaran huelgas cívicas. Su objetivo es impedir que los socialistas les quiten su audiencia y que los cambas se movilicen pidiendo más autonomía y apoyo a su clase empresarial.
Bajo la combinada presión de su derecha e izquierda Mesa ha debido disminuir el aumento del precio del petróleo del 23% al 15%. Para sobrevivir él debe hacer algunas concesiones al MAS o a los reclamos del comité pro-Santa Cruz de ir hacia un referendo pro autonomía.
Poder chiíta
Tras las elecciones de este domingo es probable que el parlamento iraquí acabe controlado por sacerdotes chiítas. Este acontecimiento implica un giro en los EEUU.
Hace 25 años la Casa Blanca republicana consideraba a la revolución chiíta iraní como su gran enemigo en Medio Oriente. Para contenerla EEUU apoyó a Hussein, sabiendo de su brutalidad hacia la mayoría chiíta, en la guerra contra Irán de 1980-88 que costó un millón de muertos.
Ahora el clero chiíta podría por primera vez llegar al poder en Iraq... pero gracias a la labor militar de Washington. Bush requiere del apoyo de sus ex enemigos pro-iraníes para hacer frente a las insurgencias armadas protagonizados por sus ex aliados que provienen del Baath de Saddam y de Al Qaeda (organización surgida hace un cuarto de siglo bajo patrocinio de la CIA).
La alianza EEUU-clero chiíta será muy difícil debido a la hostilidad de Bush hacia Irán.
Chiítas y sunnitas
Casi desde sus inicios el Islam quedó partido en dos grandes sectas. Hoy casi un 90% de los mahometanos son sunnitas y casi un 10% son chiítas.
Mientras los primeros tienen una estructura menos centralizada de mezquitas, los segundos tienen una estructura jerárquica en torno a un sumo pontífice (el ayatola)
Los chiítas sólo tienen todo el poder en Irán, un país persa, pero no en ningún país árabe. El 60% de la población de Iraq es chiíta, pero el poder siempre ha estado en manos de la minoría sunnita del centro.
El clero chiíta iraquí ha decidido aprovechar la presencia y las elecciones norteamericanas y de la guerra interna en el triángulo sunnita para querer ganar al parlamento y luego el gobierno de su país. Hasta ahora nunca una república árabe ha sido gobernada por sacerdotes chiítas. Si Iraq se mueve en esa dirección ello implicará un serio giro histórico en el Medio Oriente.
4 años más de Bush
En su discurso Bush ha anunciado que la estrategia del principal país exportador de capitales pasa por exportar la “libertad”. Promete apoyar a todo movimiento democratizante antitiránico. Más no todas las autocracias son puestas en la misma bolsa. Algunas, como las de sus socios petroleros del Asia Central y los golfos Pérsico y de Guinea, les puede tolerar e invitar a invadir Iraq.
Los blancos principales serán quienes le cuestionen: Irán, Nor-Corea, Cuba o Bielorrusia. Venezuela, pese a tener un presidente constitucional, es vista como enemigo, mientras el despotismo saudita es un incómodo amigo.
Bajo la tesis que la libertad de EEUU depende de la libertad en el resto del mundo se ha de justificar mayor intervencionismo. En éste será posible entrar a otras naciones a cazar “enemigos de la libertad” (como pasó en Caracas) o deponer a sus gobernantes. China está advertida que EEUU impulsará allí aliados internos liberalizantes.
Más torturas
La aparición de nuevas fotos que muestran esta vez a soldados británicos en Basora abusando a prisioneros iraquíes tiene 3 efectos.
Basora, la mayor ciudad chiíta, era presentada como un ejemplo de ocupación en la cual los británicos decían distanciarse de la dureza de Bush. Ahora, para muchos, queda desacreditaba la ‘caballerosidad’ de los ocupantes británicos y se demuestra que la tortura ha sido una práctica muy extendida.
Pese a que Blair ha condenado la acción de sus tropas, la revelación de esos actos se da en un mal momento. En dos semanas Iraq tendrá elecciones y los chiítas son la mayoría que los ocupantes no quieren enajenar aún más.
También se da a poco de las elecciones generales británicas de Mayo, y cuando el premier quería relegar el tema de Iraq a un segundo plano. De ello sacará provecho la oposición, en particular la izquierda laborista, los liberales y los socialistas.
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