Donald Rumsfeld dirige desde hace dos años un servicio secreto cuya existencia ha ocultado a los congresistas, reveló el Washington Post. Se trata de una rama de la inteligencia militar organizada según el modelo del servicio acción de la posguerra, el «stay-behind». Personalidades políticas de alto nivel han sido reclutadas como espías en una decena de países y son apoyadas por unidades de las Fuerzas Especiales. El servicio debe acopiar información y favorecer los «cambios de régimen» que serán la prioridad del segundo mandato Bush.
Desde hace dos años, Donald Rumsfeld ha reorganizado los servicios de inteligencia militar y creado una rama especial de espionaje y acción encubierta [1] que recluta personalidades extranjeras de muy alto nivel, reveló el Washington Post en su edición del 23 de enero de 2005 [2].
Una gran polémica opuso entonces al senador republicano John McCain al Pentágono. Durante el programa informativo de la cadena CBS, Face the Nation, el miembro de la Comisión Senatorial de las Fuerzas Armadas se sorprendió al conocer por la prensa la existencia de ese servicio, cuando, constitucionalmente, el ejecutivo debe rendir cuenta ante el legislativo, y anunció su intención de organizar audiencias ante el Congreso de los responsables.
En respuesta, el vocero del Pentágono indicó que, efectivamente, Donald Rumsfeld había procedido a una reforma de la inteligencia militar, como los congresistas le habían solicitado después del 11 de septiembre, pero que en ningún caso se habían transgredido las reglas constitucionales. En otras palabras, el nuevo servicio secreto no es financiado con dinero desviado de otros presupuestos.
Desde hace tres años, explicamos en estas columnas que se ha reactivado la red stay-behind, creada por los Estados Unidos en los Estados aliados a raíz de la Segunda Guerra Mundial. En la actualidad, parece que las cosas son un poco más complejas: una red de igual índole también se reconstituyó, pero en el seno de la DIA (Defense Intelligence Agency) y de la CIA (Central Intelligence Agency).
Históricamente la CIA, organismo civil, es una continuación de la OSS (Office of Strategic Services), un servicio secreto militar de la Segunda Guerra Mundial. El «stay-behind» fue un servicio de acción constituido principalmente por agentes ustachis (a), fascistas y nazis, que permanecieron detrás de la línea del frente y pasaron al servicio de los Aliados para luchar contra el comunismo.
Primero se desarrolló en estrecha relación con el Army (ejército de tierra) porque este era responsable de la ocupación de los países liberados del yugo nazi, luego, se unió al Departamento de Operaciones de la CIA. Además de su reclutamiento original, la red «stay-behind» tenía la particularidad de estar integrada tanto por militares como por personalidades políticas, formadas en secreto para la acción militar [3].
A partir de la crisis iraquí, la rivalidad que oponía la CIA al Pentágono degeneró en enfrentamiento público. El personal de la CIA se rebeló cuando la Casa Blanca manipuló su trabajo para justificar la invasión a Irak. No vacilaron en organizar filtraciones para poner en una situación embarazosa al presidente en plena campaña electoral, y el director de la Agencia incluso presentó una queja contra el gabinete presidencial que a su vez había organizado filtraciones sobre la identidad de una agente. Por el contrario, los responsables del Pentágono, demasiado felices por poder luchar contra ellos, participaron en diversas manipulaciones organizadas por una célula ad hoc vinculada con el vicepresidente Richard Cheney [4].
En definitiva, Donald Rumsfeld, al considerar que la CIA ya no era confiable, renunció a dirigirse a su Dirección de Operaciones y creó, el 25 de abril de 2002, un servicio competidor en el seno de la DIA: la Strategic Support Branch (SSB), llamada también «Project Icon» o «Ejército Secreto de Virginia del Norte»). Pero hoy día, el control de la CIA ha pasado nuevamente a su actual director, Porter Goss [5], quien ha duplicado los medios materiales y humanos de la Dirección de Operaciones (DoO).
Ahora bien, la reforma general de la información preveía que todas las agencias, civiles y militares, serían supervisadas por un único Director Central de Información. Rumsfeld, al negarse a revelar la existencia de su nuevo servicio y al no querer, sobre todo, perder su control absoluto, luchó durante mucho tiempo para impedir la creación de ese cargo de Director Central, para finalmente aceptar su existencia, luego de obtener la garantia de preservar la independencia de su SSB.
El senador McCain, quien se indigna hoy porque se hubiera ocultado la existencia de dicho servicio, es al mismo tiempo el presidente del International Republican Institute, una de las cuatro ramas de la NED/CIA destinada a corromper e infiltrar a los partidos políticos de derecha en el mundo; una agencia que recurre a los integrantes de la red «stay-behind» de la CIA y, por consiguiente, está en competencia directa con la SSB [6].
La Strategic Support Branch (SSB) tiene su base en Tampa donde se encuentran el Comando de las Fuerzas Especiales (SOCOM) y el Comando Adjunto de Operaciones Especiales (JSOC). En efecto, las Fuerzas Especiales se han convertido en un verdadero ejército (como el Ejército, la Marina, la Fuerza Aérea y los Marines), pero también continúan trabajando para los demás, cuando hay necesidad de ello, bajo la autoridad de un estado mayor conjunto [7].
La DIA está dirigida por el vicealmirante Lowell E. Jacoby. Cuenta con siete direcciones centrales, entre ellas, una dirección de información humana [8], sede de esta SSB dirigida por el coronel George Waldroup. Según el Washington Post, este militar tendría una experiencia limitada en materia de espionaje y habría hecho carrera en el Servicio de Inmigración. En 1995, habría sido objeto de una investigación disciplinaria tras haber intentado ocultar informaciones a congresistas [9].
En el plano político, la DIA depende del subsecretario para la Defensa, Stephan Cambone, y de su adjunto, el muy célebre general William G. Boykin. Este general, de personalidad controvertida, es un evangélico fanático conocido por sus prédicas contra el Islam y por testimoniar que se reunió personalmente con Satán en Mogasdiscio (Somalia).
Dirigió la pretendida caza a Bin Laden en las montañas afganas con la Task Force US, luego llevó a cabo las primeras operaciones de la lucha contra la resistencia en Irak [10]. También habría desempeñado un papel en la supuesta captura de Sadam Husein (de hecho, su compra a un grupo kurdo) [11] y en diversos asuntos de rehenes.
Todos estos responsables del gabinete del secretario de Defensa y de la DIA desarrollan la teoría según la cual la «guerra preventiva» no basta ya que es difícil obtener informaciones lo suficientemente precisas para evaluar el peligro que la justifica. Por consiguiente, según ellos, hay que llevar a cabo «guerras de información»: estas tienen por objeto obtener informaciones sobre las amenazas contra las cuales será necesario entablar «guerras preventivas». La historia no dice si habrá que emprender «guerras tácticas» para preparar las «guerras de información», pero se puede temer lo peor de ese engranaje teórico.
De todas formas, dos años después de su creación, la Strategic Support Branch se desplegaría a una decena de países, entre ellos Somalia, Yemen, Indonesia, Filipinas y Georgia. Según la revista belga especializada, De Defensa, su presupuesto estaría alrededor de los cinco mil millones de dólares [12], y podría incluirse parcialmente en los Blacks Programs, es decir, las partidas presupuestarias secretas del Pentágono, de las que sólo algunos congresistas tienen conocimiento. Esta falta de control por la parte de los funcionarios del Estado, de los órganos públicos, podría ser su talón de Aquiles, el SSB podría ser alienada por grupos mafiosos y verse involucrada en diferentes tráficos, principalmente el del cultivo de amapola en Afganistán [13].
Si bien la función principal del «stay-behind» de los años 50 era la de engañar a las democracias occidentales impidiendo mediante todos los trucos posibles que los electores hicieran «la mala opción» llevando a los partidos comunistas al poder, el SSB de los años 2000 trata de favorecer los «cambios de régimen» que constituyen el eje central de la doctrina Bush.
[1] Entre las acciones secretas, se distinguen las simples acciones clandestinas (es decir, aquellas cuya existencia se oculta mientras es posible) de las acciones encubiertas (de las que se niega haber tenido conocimiento si se hacen públicas).
[2] «Secret Uni expands Rumsfeld’s domain», por Barton Gellman, The Washington Post, 23 de enero de 2005, p. A01.
[3] Ver: «Stay-behind: Las redes estadounidenses de desestabilización y de injerencia», por Thierry Meyssan, Voltaire, 20 de julio de 2001.
[4] «El dispositivo Cheney», par Thierry Meyssan, Voltaire, 6 de febrero de 2004.
[5] «Purga política en la CIA», Voltaire, 10 de enero de 2005.
[6] «NED: Las redes de la injerencia «democrática», por Thierry Meyssan, Voltaire, 2 de noviembre de 2004.
[7] «Las milicias del Imperio», por Thierry Meyssan, Voltaire, 9 de enero de 2003.
[8] Es decir, información obtenida por agentes infiltrados y no por medios técnicos.
[9] «Somes Question Background of Unit’s leader », por Barton Gellman, The Washington Post, 23 de enero 2005, p. A10.
[10] «Opération marteau de fer» texto en francés, por Paul Labarique, Voltaire, 11 de diciembre 2003.
[11] «Pentagon Secret Unit Helped Find Saddam», por Robert Burns, Seattle Post Intelligencer, 24 de enero de 2005.
[12] «La SSB, une structure clandestine globale», De Defensa, 24 de enero de 2005.
[13] Afganistán se convirtió en el primer productor mundial de amapola bajo la protección de las fuerzas de los EE.UU. Por otra parte, el general Boykin desempeñó un papel considerable en el mercado de la cocaína. Fue él quien organizó el asesinato del traficante colombiano «independiente», Pablo Escobar.
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