Con independencia de lo que se piense del reino de Hosni Mubarak, hay que señalar un cambio en su campaña electoral. Los jóvenes del entorno del viejo Presidente quieren dar una nueva imagen de éste y esto anuncia quizás un nuevo tono después de su muy probable victoria.
El programa de Mubarak insiste a las claras en las reformas políticas. Sin embargo, hay un punto importante que oculta totalmente: el asunto de la tortura y los malos tratos a los prisioneros. No obstante, se trata de un asunto ampliamente documentado. La actividad de los movimientos a favor de los Derechos Humanos ha permitido demostrar que Egipto tiene uno de los peores resultados en materia de tortura. La organización egipcia de Derechos Humanos registró 22 casos muertos en prisión en 2004; sin duda, el número es más elevado.
De los 139 signatarios de la Convención Internacional contra la Tortura, Egipto es uno de los cinco países contra los cuales la Comisión de las Naciones Unidas contra la Tortura realizó una encuesta debido al uso sistemático de la tortura en el país. El régimen de Mubarak no condenó esas prácticas y no promulgó leyes para condenarlas con mayor claridad. Todo ello alimentó el sentimiento de impunidad. _ La consigna de Mubarak «Un ciudadano libre en un país democrático» es un voto piadoso, mientras que la población tiene miedo a morir en caso de arresto. El nuevo equipo que rodea a Mubarak debe convencerlo de enfrentar ese problema.
« Mubarak has forgotten a word: ’Torture’, por Hossam Bahgat, Daily Star, 6 de septiembre de 2005.
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