Los egipcios acuden hoy a las urnas para la que debe ser, teóricamente, la primera elección pluralista de la historia del país. Sin embargo, Hosni Mubarak rechazó el control internacional de las elecciones. La Comisión Electoral rechazó la presencia de observadores, autorizados, no obstante, a asistir a las operaciones de voto por decisión judicial.
La presidencia británica de la Unión Europea se comprometió a apoyar políticamente los Derechos Humanos en la política exterior, pero ello no se tradujo en medidas concretas. Es importante respaldar los Derechos Humanos mediante acuerdos bilaterales como se hizo con Jordania y Marruecos. La Unión Europea también debe adoptar una posición firme referente a la tortura. Hay que proponer medidas concretas sobre este punto, sobre todo la confiscación de material. De igual manera hay que insistir en la independencia de la justicia. Hoy día, los jueces egipcios quieren ejercer su derecho constitucional a examinar todo el proceso electoral. Eso es muy importante ya que un estudio independiente demostró lo amañado del referendo de mayo. Pese a la actividad militante del movimiento Kefaya, no se tuvo en cuenta este informe.
El gobierno británico debe ejercer presión sobre el gobierno egipcio. Sin embargo, esa presión sólo tendrá un verdadero peso si adopta medidas antiterroristas que no contravengan los derechos.
«Match your words with action», por Hossam Bahgat, The Guardian, 7 de septiembre de 2005.
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