“Apostamos por una integración pensada desde la óptica de los pueblos, no estamos de acuerdo con un integración macroeconómica de los Estados y de los bloques económicos sino con una integración de los pueblos, basada en la diversidad, la unidad latinoamericana y la sustentabilidad de las prácticas y el pensamiento indígenas, porque el 50% de los pueblos indígenas del mundo está en este continente”.
Este el punto de vista del indígena Miguel Palacín Quispe, presidente de la Confederación Nacional de Comunidades del Perú Afectadas por la Minería, CONACAMI. Palacín fue uno de los 100 participantes de la Cumbre de Legisladores y Líderes Indígenas, que se reunió en Quito, desde el 11 al 13 de octubre, con el objetivo de definir propuestas y estrategias de cara a la Comunidad Sudamericana de Naciones (CSN).
Los parlamentarios y líderes indígenas de Ecuador, Colombia, Perú, Bolivia, Chile, Paraguay, Uruguay y Venezuela debatieron sobre los alcances de la propuesta de la CSN y expusieron una visión de la integración que va mucho más lejos de la de ciertos gobernantes que solo la miran como un instrumento para la apertura comercial y el impulso de infraestructuras en función de los intereses del capital transnacional.
Los indígenas plantean una integración plurinacional, equitativa, soberana, justa y fraterna, en la que se preserve la vida y se garanticen los derechos de los pueblos y nacionalidades indígenas “en armonía con los demás pueblos que coexistimos en Sudamérica”.
“Los indígenas hasta ahora hemos estado excluidos y fuera, pero queremos tener un rol protagónico, queremos ser actores reales en las decisiones políticas, económicas y sociales de los Estados, queremos ser actores proposititos, construyendo sociedad, con nuestros hombres y pensadores y respaldados por las organizaciones de base”, dice el senador colombiano Francisco Rojas, quien pertenece al pueblo Embera del departamento del Chocó.
Lo indígena, en el proceso de integración, “es reafirmar nuestra identidad, reconocernos que somos pueblos que han antecedido a los estados, que somos pueblos con organización política, con pensamiento propio, que manejamos desde la cosmovisión andina nuestros territorios, entonces es la reivindicación de nuestra cultura que hemos vivido”, agrega Palacín Quispe.
Algunos de los tópicos planteados en este evento –para ser tomados en cuenta por la CSN- tienen que ver con el reconocimiento de la identidad los derechos colectivos de los pueblos indígenas, la identidad, los recursos naturales, el Estado plurinacional, la biodiversidad, los conocimientos ancestrales, la militarización de los territorios indígenas y las amenazas de los tratados de “libre comercio”.
El reconocimiento de los derechos colectivos en cada uno de los países debe ser debatido en la Comunidad Sudamericana de Naciones. “Los derechos colectivos incluyen los derechos jurídicos, políticos y sociales, en algunos países ya han sido incorporados a sus constituciones y legislaciones pero en otros no y ni siquiera han ratificado el Convenio 169 de la OIT”, dice el diputado ecuatoriano Ricardo Ulcuango presidente del Parlamento Indígena de América, uno de los convocantes de la cumbre.
En el contexto de la CSN es necesario incorporar el reconocimiento de las identidades indígenas que incluyen “la preservación de nuestros idiomas, nuestras culturas, nuestras formas de administrar justicia, nuestras cosmovisiones y nuestra medicina”.
Por su parte, Francisco Rojas dice: “A nosotros nos parece que es fundamental la cultura misma, eso nos va a permitir el desarrollo mas coherente y real a partir de la identidad, de los valores, usos y costumbres, porque cuando un país, una sociedad que pierde estos valores, pierde también su identidad, ni es europeo ni es americano, ni es latino ¿qué es? Entonces, es a partir de la historia, de la cultura, del pensamiento y la sabiduría que se puede construir sociedad”.
Aspectos económicos
En el marco del CSN se habla de la integración energética, de impulsar megaproyectos y de la Iniciativa de la Infraestructura Regional de Sur América (IIRSA) que permitiría la interconexión de la subregión mediante una red de carreteras, puertos y aeropuertos. Sin embargo, “hay que pararle bola al modo de producción comunitario de los pueblos, no solamente se debe hablar de la exportación o la importación, no solamente se debe pensar en invadirnos con productos extranjeros, sino valorar lo nuestro, fortalecer y estimularla la economía mixta y solidaria, no solamente a las grandes industrias y megaproyectos sino también hay que trabajar lo comunitario, como una alternativa al capitalismo salvaje y al neoliberalismo que tanto daño han hecho a nuestros países sudamericanos”, manifiesta el senador Rojas.
Un asunto que preocupa son los tratados de libre comercio, y específicamente el que se viene discutiendo entre Estados Unidos y los países andinos (Ecuador, Colombia y Perú). “Con los TLC vamos a sufrir consecuencias muy graves, por ejemplo nuestras tierras serán nuevamente acaparadas por los latifundistas, nuestra medicina y la biodiversidad será privatizados y nuestra sabiduría y nuestros médicos serán limitados en su accionar, a mas de que nuestros productos no pueden competir con los productos subsidiados por Estados Unidos, incluso puede venir el exterminio de nuestros pueblos. Por eso, en el caso ecuatoriano, hemos rechazado el TLC y estamos exigiendo que se convoque a una consulta popular para que el pueblo decida, previo a una información veraz y a un debate serio”, señala Ulcuango.
Uno de los temas que también se abordó en la cumbre indígena fue la propuesta de la Alternativa Bolivariana de los Pueblos (ALBA) formulada por el Presidente Chávez, “sobre la cual se debe reflexionar, enriquecerla, y -porque no- apoyarla”.
Los territorios indígenas son muy ricos en minerales, maderas, agua, petróleo, biodiversidad, recursos naturales. Pero además de ello, los pueblos indígenas poseen valiosos conocimientos tradicionales en el campo de la medicina. Esto los ha convertido en el blanco de las transnacionales. “Es obligación de los gobiernos consultar a los pueblos indígenas cuando pretenden implementar cualquier programa en sus territorios o si explotan los recursos naturales, deben ser compensados, pero eso no está pasando, por eso los pueblos indígenas tenemos que hacer todos los esfuerzos posibles para que esto sea garantizado”, expresa Ulcuango.
Otro asunto de “vida o muerte” para los pueblos indígenas es la acción de las transnacionales que “nos están privatizando todo, nos están patentando todo, las plantas medicinales, el habla mapuche, la sangre…”, según manifestó la chilena Rosa Cheuquenao, dirigente de la Identidad Lafkenche (Mapuche). Las inversiones extranjeras no han sido beneficiosas para los pueblos indígenas, éstas solo han favorecido a una élite de políticos y empresarios. Las actividades de las transnacionales petroleras, madereras, mineras, farmacéuticas y otras han provocado la destrucción de los bosques, la división de las comunidades indígenas y la erosión de sus identidades.
La parlamentarios y líderes indígenas plantean que la integración propuesta por los gobiernos no responde a la realidad de los pueblos de la región porque se basa en un modelo excluyente que debe ser reformado, incorporando los puntos de vista de los pueblos indígenas que quieren ser partícipes de otro modelo de desarrollo de la región y de otro tipo de integración.
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