Durante estos últimos años, me ha preocupado mucho la política del gobierno de Bush, que amenaza los principios hasta ahora aceptados por los gobiernos demócratas y republicanos que han presidido este país. Todo ello afecta nuestro compromiso con la paz, la justicia económica y social, las libertades civiles, nuestro medio ambiente, los Derechos Humanos, las libertades de información, de expresión y de religión y la responsabilidad fiscal.
Al mismo tiempo, el gobierno de Bush ignora el derecho internacional para poder ejercer un dominio imperial en el mundo. Tales políticas revolucionarias son aplicadas por los que creen que hoy nada debe oponerse a las políticas estadounidenses. Con las disposiciones del Patriot Act estamos cuestionando nuestras propias libertades. Asimismo, resulta preocupante que los Estados Unidos hayan rechazado las Convenciones de Ginebra. Empleamos la tortura en Irak, en Afganistán, en Guantánamo y en otros sitios con la complicidad de otros gobiernos. Es indignante ver a George W. Bush y a Dick Cheney alentar a la CIA en la aplicación de estas prácticas.
Actualmente nos negamos también a reducir las dimensiones de nuestro arsenal nuclear. Nuestro medio ambiente ha dejado de importarnos. Favorecemos a los ricos estadounidenses en detrimento de las familias trabajadoras. Por último, el giro fundamentalista que se ha asumido también me preocupa.
Poco a poco hemos ido abandonando lo que nos caracterizaba desde hace 230 años.
«This isn’t the real America», por Jimmy Carter, Los Angeles Times, 10 de noviembre de 2005.
«Ya me cuesta reconocer a estos Estados Unidos», Clarin, 21 de noviembre de 2005.
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