¿Existe algún vínculo entre las operaciones militares en las granjas de Shaba, donde participan Israel y el Hezbollah, la crisis interna en el Estado hebreo y, por último, la reunión preparatoria iraquí y sus resoluciones?
Tras haber declarado públicamente su ruptura con el Likud, el Primer Ministro israelí pasó a la fase siguiente, o sea, a la creación de su propio partido político. El surgimiento de éste, por lo tanto, no debe pasar inadvertido. Debe atacar así un frente que le asegure su supremacía y su arrogancia. El objetivo sólo podría ser el Hezbollah en el sur del Líbano. Asimismo, Sharon debe seguir desempeñando un papel importante en el frente iraquí.
Una guerra contra el Hezbollah repercutirá sin duda en toda la región porque el objetivo perseguido, al atacar a los militantes en el sur del Líbano, está representado por los dos actores principales del escenario regional, es decir, Irán y Siria. Como la posición de Damasco es frágil, Sharon sólo necesita un pretexto para pasar al ataque.
Con el ataque inesperado a las granjas de Shaba, el Primer Ministro israelí quería iniciar una nueva era que le permitiese poner las cosas en orden después de su salida del Likud. Además, no hay que creer especialmente en que Sharon va a contentarse con lo que acaba de hacer, ya que Israel debe cumplir su misión, que es la de presionar aún más, simultáneamente, al Líbano, Siria, Irán e Irak.
«ترتيبات شارون», por Zouhair Madjed, Al Watan, 23 de noviembre de 2005.
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