En entrevista concedida a Silvia Cattori durante la conferencia Axis for Peace 2005, el ex primer ministro libanés Salim el Hoss expresa su inquietud ante el plan israelo-estadounidense de «reconfiguración del Gran Medio Oriente», o sea de yugoslavización de la región. Salim el Hoss estima que la debilidad de los regímenes árabes los convierte en presas fáciles de Estados Unidos, país democrático en el plano interno pero que impone su despotismo al resto del mundo.
Silvia Cattori: Señor Salim el Hoss, gracias por haber aceptado recibirnos. Usted es muy querido y respetado en el Líbano por haber aceptado ponerse al servicio de su país en épocas muy difíciles, asumiendo cuatro veces el cargo de primer ministro. ¿No temió nunca ser asesinado como lo fueron muchos de sus predecesores?
Salim el Hoss: Yo fui nombrado primer ministro de 1975 a 1980. Durante ese lapso de tiempo hubo una interrupción ya que tuve que formar un nuevo gobierno. Así que fui dos veces primer ministro durante aquel periodo. En 1987, cuando fue asesinado el primer ministro Rachid Karamé, yo era ministro y miembro de su gabinete. Después de su asesinato, fui nombrado primer ministro, por tercera vez. Más tarde, luego de los acuerdos de Taif, el presidente René Moawad fue electo y me designó primer ministro, pero fue asesinado tres semanas después. El presidente Elias Hraoui fue electo entonces para substituirlo y él también me nombró primer ministro, por cuarta vez. Ulteriormente, al principio de la presidencia de Emile Lahoud, en 1998, fui primer ministro durante dos años. Por consiguiente, he ocupado el cargo de primer ministro no cuatro sino cinco veces.
S.C. – El Líbano ha entrado nuevamente en un periodo de inestabilidad. No se ha resuelto nada en Palestina. Israel sigue ocupando el Golán, Estados Unidos acusa a Siria de haber ordenado el asesinato de Hariri. ¿Piensa usted que todo acabará por resolverse?
Salim el Hoss: En lo tocante al futuro próximo, no soy muy optimista. Estamos ante nuevos desafíos en la región: en el Líbano, en Palestina y sobre todo en Irak. Tenemos el temor de que lo que está pasando en Irak pueda expandirse, repercutir sobre toda la región. Se ha hecho mucho por provocar una agitación civil o una guerra civil en Irak, por exacerbar sentimientos sectarios y étnicos. Tenemos el temor de que se produzca también una explosión entre sunitas y chiítas, y que ello dé lugar al comienzo de una guerra árabe de religión en Irak. Si eso sucede, el conflicto no se limitaría a Irak y se expandiría por todo el Medio Oriente ya que esas mismas sensibilidades existen en Siria, Líbano, Arabia Saudita, en toda la región… así que tememos que existan planes o consultas tendientes a fraccionar el Medio Oriente en pequeñas entidades con el fin de integrarlas en un «Gran Medio Oriente». Se trata de un plan estadounidense que, según pienso, tiene dos objetivos. Uno es deshacerse de lo que se ha dado en llamar, desde la época de Gamal Abdel Naser, el nacionalismo árabe. En aquel entonces se agitó el cetro del nacionalismo árabe para combatir a Israel y a Estados Unidos. Ambos han trabajado, desde aquella época, por la destrucción de lo que se conoce como el nacionalismo árabe.
Ese es el verdadero objetivo del «Gran Medio Oriente», ya que ese proyecto sembraría la división en buena parte de la población árabe de la región, como los árabes del norte de África, que no formarían parte del proyecto, pero incluiría pueblos no árabes, como Irán, Turquía, Chipre e Israel. ¿Qué pasaría entonces con los pueblos árabes? No habría ya un pueblo árabe.
El segundo objetivo de ese plan, de la aplicación de ese plan, tiene que ver en realidad con la manera de aplicarlo. Desde Estados Unidos nos hablan oficialmente de algo que llaman «regiones creativas» o «constructivas» y que pretenden modificar las entidades políticas actuales en pequeñas entidades o entidades en conflicto. En realidad, ya comenzaron a hacerlo en Irak, país que corre el riesgo de dividirse en por lo menos tres entidades, quizás más. Si eso sucede en Irak, podría producirse un fenómeno de contagio en toda la región. Lo mismo podría suceder en Siria, seguramente en el Líbano, en Arabia Saudita, ya que esas mismas sensibilidades existen en todo el Medio Oriente. A diario se producen intentos de provocar el conflicto en Irak. Hay explosiones de autos, explosiones en las mezquitas, pero no hay todavía una guerra civil, no hay un incendio que conduzca a la guerra civil. Tememos que la fuerza de esa presión llegue a alcanzar a algunos, desde Irak hasta el Líbano. En el Líbano hay intentos de provocar divergencias entre chiítas y sunitas, entre los cristianos, los musulmanes. Si eso se produce, se repetirá y no se limitará al Líbano sino que se extenderá por toda la región. Siento mucho temor por el futuro inmediato… mucho temor. Tenemos que asumir el reto que tenemos ante nosotros. Esperemos que las cosas mejoren en el Líbano.
S.C. – ¿Es Israel quien más se beneficia y el primer instigador del caos en la región? ¿Ha llamado Israel, desde 1997, al desmembramiento de Irak? ¿Sería necesario quizás que los dirigentes árabes dejen de normalizar sus relaciones con Israel y Estados Unidos, que oprimen a sus pueblos, y que denuncien los sufrimientos que esos países les imponen?
Salim el Hoss: Tiene usted razón. Los árabes no conforman un frente unido ante tales desafíos mientras que Estados Unidos e Israel se aprovechan de las divisiones entre los árabes. Nuestro principal problema es, desgraciadamente, la falta de democracia. Si el mundo árabe fuera más democrático, la voluntad de sus pueblos sería más similar que la de los dirigentes actuales de los diferentes países árabes. Ahora son los dirigentes quienes conducen sus países en direcciones diferentes. Si fuésemos una democracia, la voluntad popular predominaría. Es democracia lo que nos hace falta. Nuestros dirigentes, en los países árabes, tienen sus propios intereses, sus propias consideraciones, son demasiado complacientes con Estados Unidos, se muestran demasiado temerosos ante Estados Unidos. En realidad, tienen miedo de Estados Unidos. Entonces tratan demasiado a menudo de someterse a la tregua o van demasiado lejos, no por convicción sino por miedo o por incapacidad. Eso hace que el frente árabe sea muy débil y muy vulnerable ante los vientos que vienen de Estados Unidos e Israel.
S.C. – ¿No cree usted que la comunidad internacional debería haberle impuesto a Israel el mismo trato que se le impuso al régimen del apartheid en Sudáfrica?
Salim el Hoss: Por supuesto. Esos son nuestros instrumentos, pero no los utilizamos. Esa debiera ser nuestra arma contra Israel. Deberíamos obligar a la comunidad internacional a que forzara a Israel a respetar los derechos humanos. Pero, como usted sabe, hay en realidad una paradoja: con el pretexto de la guerra contra el terrorismo, Estados Unidos hace lo que le da la gana. No existe una definición internacional de lo que es el terrorismo. Sabemos que todo acto, toda forma de violencia ejercida contra civiles para alcanzar objetivos políticos es sin dudas terrorismo, y que el terrorismo es despreciable, reprensible y que hay que oponérsele. Estamos contra el terrorismo. Pero en la política estadounidense el terrorismo se ha convertido en un punto de vista. Si los palestinos recurren a la violencia, o los libaneses, o los iraquíes, como quiera que la utilicen y cualesquiera que sean sus razones, es terrorismo. Si la utilizan los israelíes, es un acto de autodefensa. Aunque lo hagan en el territorio de otros pueblos o allí donde Israel sojuzga a otros pueblos, lo llaman autodefensa.
O sea, no se llama terrorismo a la violencia que ejercen los israelíes. Usted no oirá nunca la expresión «terrorismo israelí». Usted oye hablar de «terrorismo islámico». Los israelíes también practican la peor forma de violencia. Estados Unidos practica la peor forma de violencia en Irak, matando gente que en realidad son civiles. Cuando destruyen toda una ciudad en Irak, como en el caso de Faluya, no les interesa saber a quién matan. ¿No es eso terrorismo? Cuando los estadounidenses practican la violencia, su violencia sirve a la causa de la libertad, de la democracia y de los derechos humanos. ¡Es paradójico! Es violencia igual, pero vista desde perspectivas diferentes. ¡Sólo la violencia árabe es terrorismo! La violencia israelí es autodefensa. La violencia estadounidense sirve a la causa de la libertad y de los derechos humanos. Así que el terrorismo se ha convertido en un punto de vista. Pero, ¿quién se arriesga a decirle eso a Estados Unidos?
S.C. – ¿Cómo ve usted el giro de la diplomacia francesa en contra de Siria y su actual alineamiento con las posiciones de Estados Unidos?
Salim el Hoss: La única explicación que tenemos es que Francia valora altamente su alianza con Estados Unidos, que quiere aplacar a la administración estadounidense. Por consiguiente, eso le gustará a Estados Unidos. Francia sacará su tajada de esa cooperación con Estados Unidos.
S.C. – ¿No teme usted que no se descubra nunca a los asesinos de Hariri porque estaban al servicio de los intereses de Tel Aviv y de Washington y que Siria se convierta en su nueva víctima?
Salim el Hoss: Usted conoce la cuestión de Francia en lo tocante a Hariri. Es de conocimiento público que existía una estrecha amistad entre Hariri y el presidente francés Chirac, en el plano personal. Es algo que podría haber afectado la política francesa, después de su asesinato, y los franceses se unieron a la causa que perseguía Estados Unidos. Es una causa que no cuesta nada perseguir. Creemos, sin embargo, que la posición francesa es más válida y comprensible que la estadounidense. Esperamos que la posición de Francia cambie en el futuro en el sentido de una mejoría hacia el Líbano y Siria. No podemos aceptar esta situación, ¿sabe usted? Hay demasiada presión sobre el Líbano. En realidad, tanta presión de parte de Estados Unidos y de Francia en lo concerniente a la Resolución 1159 va a provocar una guerra civil en el Líbano. Ambos países deberían entenderlo. No podemos permitir eso.
S.C. – Entonces, ¿Siria, y además Líbano, tendrán que sufrir las consecuencias debido al giro de Francia? ¿No ha pisado esta última un avispero? ¿No ha confesado el ex jefe del Mossad, Alevi, que existen planes para garantizar la presencia de Estados Unidos en el Medio Oriente durante décadas?
Salim el Hoss: Si Siria se muestra dispuesta a firmar ahora un acuerdo con Israel, el Líbano también lo hará inmediatamente. Y si eso sucede, puede estar segura que Estados Unidos no tendrá más problemas ni con el Líbano ni con Siria. Estados Unidos planteó problemas en contra de Siria en relación con la resistencia en Irak y con la resistencia en el Líbano y en Palestina, pero eso no tiene sentido. Lo que quieren es que Siria firme con Israel un acuerdo al estilo del acuerdo firmado entre Egipto e Israel y entre Jordania e Israel. Si Siria acepta seguir ese camino, no habrá más problema.
S.C. – Dicho claramente, ¿cualquier país que se resista al dominio de Washington e Israel será puesto de rodillas y Siria tendrá que pagar muy caro su falta de sumisión?
Salim el Hoss: Nuestro problema es el siguiente: Estados Unidos es democrático en el plano interno y despótico en lo externo. Trata de imponer a los demás pueblos lo que tienen que hacer. Así lo hace con nosotros, con Siria, pero no con Israel. Eso no es democracia. Es democrático en el plano externo y despótico en lo externo.
S.C. – ¿Lo que equivale a decir que mientras Israel no haya vencido a la resistencia palestina y obligado a Siria a aceptar la ocupación definitiva del Golán, todos los vecinos árabes de Israel vivirán en un infierno?
Salim el Hoss: Naturalmente. Habrá muchos problemas en toda la región porque el verdadero problema del Medio Oriente es Palestina. Incluso el problema iraquí, la guerra contra Irak y la ocupación de Irak tienen un trasfondo palestino. Israel consideró siempre a Irak como una fuerza enemiga muy poderosa. Ahora Irak está «out».
Entrevista realizada por Silvia Cattori para la Red Voltaire.
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