La ONG particular y fautora de muchos recursos de Niño Diego García Sayán es cualquier cosa menos una organización pobre o carente de recursos. Según la ficha registral 5487 del 25 de octubre de 1982, entonces, la CAJ tenía: “32 computadoras, 4 impresoras láser, 5 impresoras de inyección de tinta; los vehículos propios camioneta Jeep Cherokee placa RIL-446 y otra, también, Jeep Cherokee, placa RGV-138”.
Integran, entre otros, la nómina de Consejo Directivo y Asociados: Enrique Bernales Ballesteros, el propio Niño Diego García Sayán, Francisco Eguiguren Praeli, Beatriz Merino Lucero y Allan Wagner Tizón.
Aparentemente la gestión gerencial de la CAJ empezó a dar resultados más o menos interesantes a partir de 1998. Ese año, recibió como recursos financieros la suma de US$ 916,036. Al año siguiente, 1999, US$ 898,474.20. Las cosas mejoraban y en el 2000, se alzaron con la impresionante cifra de US$ 1’444,619. En régimen muy óptimo el 2001, recaudaron 1’147,738. En el 2001, US$ 1’031,656. Sumados todos estos esfuerzos dan el total de US$ 5’435,523.20. ¡Bastantes y odiados dólares!
En esos años acometieron diversos proyectos: Promotores para la capacitación en justicia de Paz; Protección Judicial de los derechos humanos a partir de la Red de Información Judicial Andina; Debido proceso y Defensoría del Pueblo: propuesta para la elaboración de mecanismos de supervisión y reforma de los sistemas de justicia; Promoción de la Democracia y los derechos humanos en la región andina; Fortalecimiento de los derechos humanos y del Estado de Derecho en la Región Andina; Manual for Congressional Representatives; Congress and the public problems and Alternatives, Parliament and the public; La corrupción en el sistema judicial peruano, anáisis y propuestas de control; Corrupción en el sistema judicial peruano: análisis empírico, propuestas de reformas y promoción de la vigilancia ciudadana del Poder Judicial; Fortalecimiento de la Comisión de Quejas de la Judicatura del Ecuador.
Entre las organizaciones aportadoras o sufragadoras se puede mencionar: National Endowment for Democracy-EEUU; ASDI-Suecia; ICCO/Holanda; Fundación Ford; UNESCO; COSUDE (Suiza y cooperación externa); ASDI/Suecia; Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos; Ministry for Foreign Affairs of Finland; USAID/OTI; Fundación Esquel.
Es importante recordar que el apego a los derechos humanos se graficó muy bien cuando la CAJ del demócrata Niño Diego García Sayán, no dudó en ofrecer sus servicios al Poder Judicial de la dictadura delincuencial de Kenya Fujimori. Y recibir, a cambio, importantes sumas de dinero por servicios de la más alta calidad intelectual y jurídica. Al menos puede decirse que esta es una forma poco ortodoxa de aportes intra-institucionales.
En el proyecto Plan Trienal de la CAJ-Año 2003 ene-dic y cuyo responsable fue Enrique Bernales Ballesteros se lee que obtuvieron de fuentes cooperantes la suma de US$ 1’611,316 de odiadísimos e imperalistas dólares. Los aportantes fueron: Agencia Sueca para el Desarrollo Internacional; Fundación Ford, ICCO-Holanda; Fundación Esquel-EEUU; National Endowment for Democracy-EEUU; Embajada de Finlandia en Perú; Save the Children-Suecia; Corporación Andina de Fomento. Se estableció entre los objetivos generales y en el ámbito de la democracia, fortalecer el conocimiento y capacidad de influencia en formadores de opinión y hacedores de política en cuestiones relacionadas con el desarrollo y eficacia de las instituciones democráticas; se propuso en el campo de justicia, incrementar la aplicación del derecho internacional de los derechos humanos y el uso de las decisiones y jurisprudencia internacional; se alentó en términos de derechos humanos, la actuación de instituciones públicas que trabajan a favor de la vigencia de los derechos humanos tales como Defensorías del Pueblo y los Tribunales Constitucionales; en cuanto a comunicaciones se alentó el refuerzo de la estrategia comunicacional de la institución por medio de su Centro de Información y Documentación.
Es de notarse que si algo no escaseó en las alforjas de la ONG Comisión Andina de Juristas, fueron los denostados dólares. Cabe la pregunta: ¿también otras organizaciones tuvieron tan fácil acceso a recursos foráneos? ¿o han existido mecanismos funcionales para mejor aterrizar estos fondos hacia una chacrita en particular? Es interesante recordar que Niño Diego García Sayán fue ministro de Relaciones Exteriores y que durante su gestión no se olvidó de colocar a uno de sus amigotes, Mariano Valderrama, su socio en CEPES (otra ONG), en la altísima responsabilidad de todo lo referido a las fuentes de cooperación externa que a posteriori se llamó la Agencia Peruana de Cooperación Internacional. ¿Pura casualidad o suerte divina? Esto, por lo menos, merece algún estudio exhaustivo que bien podría impulsar el nuevo Congreso en búsqueda del conocimiento de cómo algunos se volvieron ricos y pedantes y otros no fueron tan afortunados.
A propósito de huachafos ensoberbecidos. Hay un novísimo Gran Maestre de la Orden Harley Davidson. Esto es, un cenáculo de dueños de estas motocicletas carísimas y exclusivas, se han agrupado como parte de la “sociedad civil” para discutir sobre política y gustos refinados. Hay dos ex ministros en esta logia impenetrable y, por coincidencia, ambos lo fueron del presidente Toledo y los dos son de la izquierda caviar y también pertenecen a muchas ONGs, escudos y vanguardias de la “sociedad civil”. ¿Podrá adivinar quiénes son?
Por si fuera poco, last but not least, el Proyecto Plan Trienal 2004-2006 del 1 de enero del 2004 al 31 de diciembre del 2006, prevé un presupuesto total de US$ 1’206,025 y entre las fuentes cooperantes está la Agencia Sueca de Cooperación Internacional para el Desarrollo; Fundación Ford, Organización Intereclesiástica para Cooperación al Desarrollo, ICCO-Holanda; Fundación Esquel; Embajada de Finlandia en el Perú; Save the Children-Suecia; Corporación Andina de Fomento; Cooperación Canadiense; GTZ-Alemania. Los nombres son recurrentes y las bondades sumamente prodigiosas. La identificación temática se refiere a los sectores Justicia, Poder Judicial, Relaciones Exteriores y entre los beneficiarios se nombra a órganos de administración judicial; Defensoría del Pueblo; Tribunal Constitucional; Congreso; organizaciones de derechos humanos; facultadees de Derecho de las universidades; medios de comunicación; organizaciones dedicadas a promover el control de drogas y otras organizaciones defensoras de la democracia y el respeto a los derechos humanos.
¿Qué dice la ONG CAJ de los varios millones de dólares que entregó USAID al consorcio del cual forma parte con otros organismos y que tenía como propósito el diagnóstico del sistema democrático y demás variantes, de poco tiempo atrás? Hay rumores que ciertos gringos bobos están sumamente furiosos porque hasta hoy no ven nada de nada y se sienten timados y engañados de la manera más criolla y estarían pensando seriamente en “cambiar de operador”. ¡Oh sorpresa! ¿Las ONGs de derechos humanos enfeudadas al servicio, por viles y muy odiados dólares, a un gobierno violador de derechos humanos como Estados Unidos? ¡Qué drama! ¡Y aquí hay aún mucho pan por rebanar!
Cada quien saque su propia conclusión. Lo importante es conocer de fuentes directas y literales cuánto recibieron ciertas entidades que como la CAJ, parecieran tener ciertos pactos subrepticios para gozar de favoritismos a la hora del reparto de dólares. Que se sepa, estos documentos, que NO son secretos, han pasado desapercibidos para la opinión pública.
El poder real, el genuino, ese que mueven las transnacionales, por todas las vías posibles, gubernamentales u oficiosas, es contundente y todo lo compra con dólares ingentes. Así se reviste e intelectualizan los problemas sociales para no darles solución absoluta o inteligente, sino mediatizada con folletos, charlas, talleres, embustes de todo tipo de escaso valor real y más bien se fabrican fortunas y “líderes” que a duras penas balbucean “respuestas” cuando son requeridos y se guarecen en la ignominia de lo mal habido.
¡Atentos a la historia; las tribunas aplauden lo que suena bien!
¡Ataquemos al poder; el gobierno lo tiene cualquiera!
¡Hay que romper el pacto infame y tácito de hablar a media voz!
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