Es la segunda vez que Bin Laden propone una tregua a sus rivales occidentales. La razón detrás de tal proposición no es más que el hecho de que Osama no logra impedir la rebelión de los «ejércitos» de Al Qaeda. A partir de ahora, se ha convertido, al igual que los demás líderes de esa organización, en un simple observador y comentarista de los grandes acontecimientos.
Por supuesto, gobernaba un país, Afganistán, donde administraba un régimen político «talibán» con enormes presupuestos. Pero, ese poder, que representaba el régimen afgano, cayó luego que perdió la guerra, derrota que provocó los famosos procesos y persecuciones de los dirigentes de la organización terrorista. Ello obligó a Bin Laden, Al-Zawahiri y a algunos otros a esconderse en los pequeños pueblos que se encuentran entre Pakistán y Afganistán, con la esperanza de encontrar allí un refugio más seguro.
En cuanto a los nuevos comandantes, como Abu Musab Al Zarkaui en Irak, o Al Kahtani en Afganistán, incluso no conocen a Bin Laden o Al-Zawahiri. Peor aún, los nuevos líderes, a veces, se niegan a ejecutar las órdenes de los antiguos líderes.
Pese a su negativa a la tregua propuesta por su enemigo número uno, los responsables estadounidenses desean ardientemente que la propuesta pueda concretarse. Sin embargo, Estados Unidos ha sentido la incapacidad de los antiguos dirigentes de Al Qaeda para dirigir la organización, sobre todo debido a que la guerra entre los dos campos continúa a través de operaciones en países que no tienen cobertura informativa.
No podemos tomar en serio la propuesta de tregua, sobre todo considerando la situación delicada en la cual se encuentra Bin Laden en la actualidad. También este último aspira seguramente a una tregua. Sus enemigos estadounidenses no pueden tampoco negar que un arreglo con los «terroristas» en cuestión, incluso si les va a costar demasiado caro, servirá a sus intereses, dado que su guerra contra el terrorismo ha logrado sus fines. En cuanto a la organización terrorista, incluso si ha logrado sembrar el terror, no ha podido volver a ganar el lugar que tenía en Afganistán.
«بن لادن لا يملك مفاتيح الهدنة», por Abdelrahmen Al Rachid, Asharqalawsat, 21 de enero de 2006.
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