Se decía que los adversarios políticos del Presidente Bush- tanto los de dentro del país como los del exterior- para diabolizar la imagen pública del mandatario Republicano- lo acusaban sin razón ni pruebas convincentes, de ser capaz de cualquier disparate, hasta de lanzar una guerra atómica contra cualquier adversario que no estuviera dispuesto a aceptar su mensaje «civilizador» en nombre de la llamada «democracia representativa norteamericana».
Se decía que los adversarios políticos del Presidente Bush- tanto los de dentro del país como los del exterior- para diabolizar la imagen pública del mandatario Republicano- lo acusaban sin razón ni pruebas convincentes, de ser capaz de cualquier disparate, hasta de lanzar una guerra atómica contra cualquier adversario que no estuviera dispuesto a aceptar su mensaje «civilizador» en nombre de la llamada «democracia representativa norteamericana».
Pero por lo que acaba de publicarse en la prensa en el día de ayer, no andaban muy errados los críticos del Presidente, ya que según un artículo que apareció en la prestigiosa revista The New Yorker bajo la firma del veterano periodista Seymour Hersh la actual administración Republicana no descarta la utilización de bombas tácticas atómicas contra la República de Irán con el propósito de destruir las supuestas instalaciones subterráneas que existen en dicho país, donde según se afirma por Washington, se están realizando experimentos atómicos para construir ojivas nucleares.
En otras palabras, la misma historia de que un país musulmán- en este caso Irán, antes había sido Irak- está en posesión de armas de destrucción masiva que amenazan la seguridad de Norteamérica y por lo tanto, los Estados Unidos están en el derecho de lanzar una “guerra preventiva”, es decir, atacar sin haber sido atacados, y esto, sin la aprobación de las Naciones Unidas. El argumento es liquidar a bombazos una supuesta amenaza a la paz mundial por parte de Irán. En realidad, según los analistas, lo que se persigue con ese plan de ataque atómico táctico contra ese país musulmán sería provocar una reacción popular contra el régimen actual de manera que se produzca un cambio de gobierno en Teherán. En nuestra opinión sucederá todo lo contrario ya que frente a un ataque del exterior todos los pueblos respaldan al gobierno de su país por encima de las discrepancias que se puedan tener con este.
Lo que pasó con las armas “químicas y bacteriológicas” en poder de Saddam Hussein ya lo sabemos. No existían tales armas y Estados Unidos, bajo una premisa falsa, se “embarcó” en una guerra absurda e insensata en la que han muertos cientos de miles de inocentes iraquíes, mas civiles- niños, mujeres y ancianos- que militares, a la vez que las bajas del ejercito norteamericano van camino de los tres mil muertos, sin contar con cerca de quince mil heridos y no se sabe cuantos soldados desertores. Esa guerra es “inganable”, opinan los que de guerras saben. ¿Irán entonces los americanos a Irán a una nueva guerra a ver si la segunda pueden ganarla ya que la primera les salió mal? En tanto, Osama Bin Ladeen, sin novedad en su cueva, gracias a Bush.
En el caso de Irán, la situación es peor que en Irak porque se trata de utilizar bombas atómicas contra un enemigo que supuestamente también las puede tener, según dice Washington , lo cual supone que esta guerra preventiva de Bush se pueda convertir en un verdadero holocausto nuclear. A menos que no sea cierto que Irán tiene tal capacidad atómica, lo que entonces significaría un nuevo engaño deliberado de a Casa Blanca para llevar adelante planes militares con designios de dominación mundial, cosa que no es en modo alguno, desde nuestro punto de vista la aspiración del pueblo norteamericano.
Quien escribió el artículo para la revista ·”The New Yorker” no es un improvisado en asuntos militares y tiene sobrado crédito como periodista para que se tome bien en serio sus informaciones. Seymour Hersh fue el reportero que publicó en el diario The New York Times, mientras cubría en el campo de batalla en la guerra de BIT-Nam , la masacre contra civiles en la aldea de My Lai, llevada a cabo por una escuadra del ejercito de los Estados Unidos, hecho que provocó entonces una repulsa en la opinión pública mundial y abrió la conciencia del pueblo norteamericano que comenzó a partir de entonces a comprender que la guerra de Viet-Nam era un disparate. Y mas recientemente Seymour Hersh tamben sacó a la luz los abusos y denigrantes torturas perpetradas con soldados norteamericanos contra prisioneros iraquíes en la cárcel de Abu Gharaib, denuncia que ha puesto en la picota pública la política de doble rasero del gobierno de Bush sobre los Derechos Humanos.
¿Llegará el Presidente Bush a desatar una guerra nuclear preventiva contra Irán? .Ya el mundo está avisado. Quien sabe. Y si el mundo es de ratones ¿quien le pone el cascabel al gato?
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