Los pueblos tienen los periodismos que se merecen. Nos lamentamos de las naciones que como Francia o Ecuador (para viajar entre los mundos) saben lo que significa una movilización, una convicción, una conquista.
Y nos dolemos también de lo que pasa con sus medios en otras latitudes. En Italia los periodistas no cesan de manifestarse. Este 28 de abril se reunirán para protestar por “el rechazo de los editores de firmar contratos dignos a decenas de miles de reporteros”. Ya en marzo los comunicadores de agencias, periódicos y medios digitales habían adelantado una huelga por este mismo motivo.
Y en Españala Federación Ibérica de Telespectadores y Radioyentes llevará a cabo el próximo 10 de mayo, y por octavo año consecutivo, su campaña “Un día 10 sin ver la televisión” en un país donde aseguran que "no se respeta el horario de protección al menor y que soporta la omnipresente TV "basura" y la mayor presión publicitaria".
Es decir lo mismo que acá pero centuplicado y sin que nadie se ponga de manifiesto. Especialmente después de la andanada gubernamental con fines intimidatorios y descalificadores a raíz de las publicaciones sobre corrupción y paramilitarización en organismos del Estado.
¿O no es por lo menos atorrante, en este y otros aspectos el silencio del CPB?
Un vacío que han tratado de llenar voces solitarias incluyendo a la Flip y a Human Rights Watch. ¿Cuándo tendremos una agremiación que se ocupe de estos avatares gremiales con seriedad y sin oportunismo?
¿O no es preocupante la escasez de debate en torno al talante sumiso, pasivo y hasta cómplice de algunos colegas, (especialmente televisivos y reducidos al triste papel de portamicrófonos), a la hora de preguntar, de contra preguntar, de sustentar y de ratificar lo dicho por ellos o lo documentado por otros, sobre todo cuando están frente a los grandes implicados?
Sí, es hora de cerrar filas para respaldar a quienes ejercen de acuerdo a los principios básicos de la prensa, pero también para reclamar responsabilidad social de quienes por omisión, mas cercana la conveniencia, venden no sólo el respeto por la profesión sino la integridad física y moral de quienes cumplen a cabalidad su labor y hoy están contra las cuerdas. Sin un gremio deliberante, sin el respaldo del Estado y con esos colegas, ¿Quién podrá defendernos?
P.D En medio de yerros y carencias, resulta por lo menos edificante la rectificación pública al candidato Carlos Gaviria por parte de Yamid luego de haber sido víctimas, los dos, de la guerra sucia de la propaganda reeleccionista.
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