En otras ocasiones he dicho que es fácil saber lo que está pensando el imperio (especialmente los magnates que manejan sus corporaciones) si se lee el Wall Street Journal (WSJ) diariamente, como lo hago yo. A pesar de su fuerte predisposición a favor del imperio, los lectores también pueden encontrar cierta información y noticias verdaderas, algo casi imposible en los demás medios privados, especialmente en el venerable New York Times que, en mi opinión, es lo más parecido a un ministerio oficial de información y propaganda que tenemos en Estados Unidos.
Volveré sobre ese tema en otro momento, sin embargo, pues ahora quiero referirme al artículo principal de la primera página del WSJ del 25 de mayo, intitulado “Nuevo Presidente tiene a Bolivia marchando al ritmo de Chávez”. El subtítulo es aún peor: “Populista venezolano promueve alianza latina contra Estados Unidos. ¿Ha ido demasiado lejos?” Y debajo, resaltado, “Médicos cubanos en casa”.
Espero que los lectores entiendan de ese lenguaje lo que está muy claro para mí: una virtual llamada a las armas contra Hugo Chávez y Evo Morales, dos líderes que, posiblemente más que muchos otros, creen que fueron elegidos por sus pueblos para servir a esos pueblos y no a los intereses de su dominante y beligerante vecino del Norte.
Lo que están haciendo Evo Morales y Hugo Chávez que ha disgustado a Estados Unidos
El ataque del WSJ comienza por condenar de manera implícita el hecho de que después de las elecciones se le dijo a las siderúrgicas extranjeras que tendrían que renegociar los contratos propuestos para el desarrollo del enorme yacimiento de mineral de hierro localizado en El Mutún. El WJS también se lamenta de que el gobierno boliviano invitara a expertos venezolanos para que los ayudasen en las negociaciones, algo que, por supuesto, parece lógico y sensato. Como resultado de las negociaciones, Bolivia exigió un nuevo contrato mucho más justo para los bolivianos que el aceptado por el gobierno anterior. Las siderúrgicas extranjeras no estaban muy contentas, ni tampoco lo estaba el WSJ.
Pero eso era solo el comienzo, ya que luego el WSJ refiere que ambas naciones se unieron a Cuba en el Tratado de Comercio de los Pueblos (muy parecido al ALBA venezolano), totalmente distinto de los tratados que Estados Unidos quieren imponer, en los que ellos obtienen todo y los países en vías de desarrollo lo dan todo De acuerdo con el Tratado de Comercio de los Pueblos, Venezuela se comprometió a suministrar a Bolivia 200.000 barriles mensuales de diesel y productos refinados, en condiciones especiales de financiamiento, y a comprar 200.000 toneladas anuales de soja boliviana, además de castañas y almendras. Chávez también otorgará 5.000 becas y 100 pasantías para bolivianos que quieran estudiar en Venezuela. Mientras otras compañías petroleras extranjeras están congelando sus inversiones en Bolivia, PDVSA, la petrolera estatal venezolana, está invirtiendo en varios proyectos, entre los cuales están una planta de separación de gas y nuevas gasolineras en sociedad con la petrolera estatal boliviana YPFB. Venezuela también está asumiendo una posición de liderazgo en el desarrollo del yacimiento de hierro del Mutún, estrechando aún más los lazos entre ambas naciones.
Menciono estos acuerdos porque creo que todas las naciones deberían trabajar de manera conjunta en acuerdos similares para mantener su independencia y beneficiar a sus pueblos. El WSJ, sin embargo, se siente indignado por ello, lo que significa, por supuesto, que Bolivia ha decidido seguir los pasos de Venezuela y se ha atrevido a celebrar contratos distintos de los exigidos por Estados Unidos para robarle a las naciones pobres y hacer más ricas y poderosas a sus corporaciones. Además, le molesta que técnicos venezolanos se hayan atrevido a ayudar a Bolivia a establecer políticas en temas tan variados como salud, reforma agraria y la nacionalización del petróleo y el gas natural y de otras industrias. Con estos planes se pretende ayudar al pueblo boliviano a obtener beneficios justos de sus recursos naturales y que médicos y maestros cubanos establezcan clínicas y escuelas en áreas pobres para que sus habitantes reciban servicios sociales esenciales que nunca antes habían tenido. Hugo Chávez también prestará a Bolivia 100 millones de dólares para “que cumpla la promesa potencialmente explosiva de redistribuir alrededor de 5 millones de hectáreas de tierras del estado entre grupos indígenas” –el primer paso en un programa más amplio para poner tierras públicas y privadas improductivas cuya propiedad no está clara, en manos de quienes las necesiten y usen para su beneficio y el de la nación. El WSJ denomina a este plan de reforma agraria una “bomba de tiempo” que podría llevar al país a una “guerra civil”, un lenguaje increíblemente hostil. También le molesta que Morales haya purgado la cúpula de ejército y decretado que todos los miembros del gobierno debían aceptar un recorte de casi 50% en sus salarios y que ningún empleado público podía ganar un salario mayor que el suyo de 22 mil dólares anuales (comparado con los 400 mil dólares que gana George Bush, aunque pasa la mitad del tiempo en su rancho de Texas, produciendo dólares no trigo).
Evo Morales ha hecho todo esto en los apenas cuatro meses que han transcurrido desde que asumió la presidencia de su país el 24 de enero de este año. Y si bien Estados Unidos y el WSJ están indignados, el pueblo boliviano lo quiere y lo demuestra en los índices de aprobación que ha alcanzado: más del 80% o casi tres veces más que George Bush en estos momentos. Pero esto no le importa al WSJ. Critica a Chávez por usar su riqueza petrolera para liderar “un bloque de países anti Estados Unidos en la región y más allá”, por haber prestado centenares de millones de dólares a Argentina y Ecuador (imagínense la arrogancia de ignorar al FMI y al Banco Mundial que se especializan en empobrecer a los países en vías de desarrollo para enriquecer a las grandes corporaciones) y apoyar el derecho de Irán a enriquecer uranio y desarrollar su industria nuclear comercial sin interferencia extranjera.
Para rematar –casi no puedo contenerme- debido a esta alianza y a lo que está emergiendo de ella, el WSJ alega que Chávez y Morales “amenazan con deshacer años de ‘liberación’ política y económica en América del Sur (más orwelliano imposible) , siendo ésta la última de una serie de amenazas contra la energía y la seguridad.” Para explicar mi reacción ante esa declaración solo me viene a la mente una expresión: ¡qué descaro!
Para el imperio USAmericano es totalmente inaceptable que estos dos líderes se atrevan a actuar como deben hacerlo los líderes. El WSJ piensa de la misma manera y lo dice claramente o mediante implicaciones nada sutiles a través de este largo artículo. El mensaje es que Hugo Chávez y Evo Morales tienen problemas en su futuro y éstos vienen de Estados Unidos.
Lo que todo esto significa
En los últimos meses he escrito mucho sobre la forma en que Estados Unidos está aumentando su retórica hostil hacia Hugo Chávez, en preparación de su cuarto intento de sacarlo del poder después de haber fallado las tres veces anteriores. Este artículo del WSJ indica claramente que apenas cuatro meses después de haber asumido la presidencia, Evo Morales ha sido elevado a una categoría igual a la de Chávez. Por supuesto, Fidel Castro ha sido uno de los blancos preferidos de Estados Unidos durante más de 45 años y es probable que ahora corra mayor peligro que en los últimos tiempos. Estados Unidos no va a permitir que ninguna nación, especialmente si es rica en recursos naturales como Venezuela, Bolivia o Irán, funcione fuera de su órbita de influencia. Irán en particular ha sido objeto de los ataques de Estados Unidos solo por tener petróleo, como Irak y Venezuela, y porque sus líderes no venden su soberanía, como lo exige Estados Unidos.
El WSJ le proporciona a los observadores del imperio un servicio muy útil –una ventana a través de la cual ver diariamente cuáles son las posibles intenciones de Estados Unidos. Este artículo es una de esas ventanas –una muy importante. Sube la retórica hostil un grado más y da un claro indicio de que estas dos naciones deben prepararse para lo que parece una acción de Estados Unidos en su contra a fin de eliminar a sus líderes y sustituirlos por otros dispuestos a obedecer los deseos de Estados Unidos. Hugo Chávez y Evo Morales hacen todo menos eso y, por ello, representan la mayor amenaza al dominio que ejerce Estados Unidos en la región –un ejemplo que, si no se controla, puede crecer y esparcirse, y ayudar así a socavar la posición que Estados Unidos ha ocupado hasta ahora sin que nadie lo impidiese.
Estados Unidos no puede tolerar esa actitud de Hugo Chávez y Evo Morales. Está claro que se acerca una confrontación, aunque no sabremos cuándo y cómo sino hasta que ocurra efectivamente. Pero seguramente ocurrirá y los comentaristas de este sitio web y de otros sitios progresistas estaremos observando los signos y hechos y los informaremos a medida que ocurran. Sigan en sintonía.
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