El ejército israelí mantiene dos frentes simultáneos: su infantería bombardea la Franja de Gaza mientras que la marina y la aviación bombardean el Líbano.
El ejército israelí mantiene dos frentes simultáneos: su infantería bombardea la Franja de Gaza mientras que la marina y la aviación bombardean el Líbano. Al separar a las poblaciones cuando desmanteló las colonias avanzadas y al cerrar las fronteras, Israel transformó la Franja de Gaza en una nasa de la que es imposible salir y en la que cada cual se ha convertido en un blanco potencial. Silvia Cattori recogió el testimonio de un civil.
Silvia Cattori: Los bombardeos del ejército israelí han ocasionado ya más de 500 víctimas y millares de heridos en Gaza y el Líbano durante algunas semanas.
Khaled: Ahora los soldados están bombardeando por todas partes, desde el cielo y desde los tanques apostados en la frontera norte de Gaza. Es muy angustiante. Cada día estamos ante un infinito dolor por nuestros muertos y heridos. Ayer los disparos israelíes provocaron 25 nuevas víctimas y más de 70 heridos entre los habitantes del barrio Al Shijaeeya en Al Shaaf, al este de la ciudad de Gaza y, en el barrio de Jabalyia, bombardearon una casa situada a unos cien metros de la mía.
-¿Tendrán ustedes que irse?
–El ejército israelí le advirtió a uno de nuestros vecinos que debe irse. Entre su casa y la mía hay sólo una casa.
–¿Pero qué quiere obtener Israel con esas carnicerías y destrucciones reiteradas? ¿Cuál es su objetivo final? ¿Aterrorizarlos para hacerlos irse definitivamente, como ya hicieron en Rafah?
–Eso no es nuevo. Desde 1948, los israelíes llevan a cabo el mismo plan para deshacerse de nosotros: llaman a este plan «transferencia». Un día masacran y aterrorizan en un lugar y después lo hacen en otro. Es un crimen que se llama «depuración étnica». Su objetivo: que nos vayamos y apoderarse de nuestras tierras so pretexto de crear «zonas de seguridad».
Como no hay protestas dignas de ese nombre, los soldados israelíes tienen las manos libres para continuar indefinidamente.
–Entonces el objetivo es aterrorizarlos mediante masacres cada vez más terribles y, una vez instalado el pánico en los corazones, verlos huir en masa como en 1948? ¿Pero hacia dónde puede huir esta vez? ¿Hacia Egipto?
–Lo importante para ellos es vaciar la Franja de Gaza. No importa si tienen que echarnos al mar. Ese es su plan. Así fue como huyeron las tres cuartas partes de los palestinos en 1948, pero creo que nunca más los israelíes lograrán hacernos abandonar este refugio.
–Deben sentirse decepcionados del resultado de la Conferencia de Roma, donde el grito del primer ministro libanés reclamando un cese al fuego no fue escuchado. ¿Se sintió eso en Gaza como la luz verde a Israel para que continúe masacrándolos?
–Occidente siempre ha dejado a los gobiernos israelíes que masacren y destruyan cuanto quieran. Lo que varía el grado de brutalidad. Israel viola los derechos humanos a la vista de todo el mundo, con el apoyo de Estados Unidos, y organizaciones como Amnesty International se callan y se callan los europeos, y es a nosotros a quienes se nos piden esfuerzos. Cada vez que el Consejo de Seguridad pone a votación una resolución que critique los actos de Israel, Estados Unidos la veta inmediatamente e impide que Israel sea condenado. Para nosotros, es como siempre. Occidente condena nuestra resistencia. Hamas y Hezbollah, no importa lo que piensen ustedes, son el honor de los pueblos árabes. Israel quiere acaba r con la única fuerza que los desafía y nos honra. Para nosotros, lo que sucede en Gaza y ahora en el Líbano es terrible. Pero incluso si lo que sufrimos ahora es más terrible que nunca, Europa debe saber que no abandonaremos a las autoridades del gobierno Hamas.
–¿No creen que los batallones de tanques se atrevan a penetrar en el interior de la Franja de Gaza?
–Sí, pasó. Entraron en el norte de Gaza, están cerca de Jabaliyia. Sólo nos separan dos kilómetros. Si entran en Jabalyia podemos sufrir una masacre como en Sabra y Chatila.
–Lo que quiere decir que se sienten completamente desamparados frente a este aguerrido ejército?
–Los militantes tratan de protegernos, de no dejar que los soldados israelíes entren a los barrios, pero no tienen los medios para impedírselos. En el Líbano, los militantes del Hezbollah pueden luchar contra ellos, pues tienen montañas y zonas poco pobladas, pero aquí estamos amontonados unos arriba de los otros y no se puede escapar o ir de u lugar a otro. No hay lugar seguro para protegerse de sus cañones. La única opción es quedarnos en nuestras casas y que Dios nos proteja.
–El hecho de no poder escapar debe crear un sentimiento de encierro aún más opresivo…
–Sí. Nos sentimos prisioneros. La Banda de Gaza es la mayor prisión del mundo.
–¿Han recurrido sus autoridades a organizaciones humanitarias?
–Todos esos representantes de las ONG, de la ONU o de los gobiernos no han hecho nunca nada por nosotros. Cada vez sufrimos más mientras sus proyectos de paz o ayuda sólo sirven para fortalecer la posición de Israel. El último ejemplo fue la conferencia de Roma. Todos los días puede usted ver la sangre de nuestros hijos correr. ¿A quién le importa? Quizás en el caso libanés se vean obligados a actuar dada la importancia de las destrucciones ocasionadas por Israel, pero en cuanto a nosotros aquí en Gaza, ¿ha oído usted protestar a la Cruz Roja o a otras organizaciones de derechos humanos? ¿Los ha oído acusar a Israel de crímenes de guerra? Amnesty calificó los atentados suicidas como crímenes de lesa humanidad en 2003, pero se calla cuando se trata de Israel.
–¿Entonces sus militantes son impotentes para detener los batallones de tanques israelíes?
–Sí. Lo único que pueden hacer es mantenerse de pie.
–Pero cuando cesan los bombardeos lo que e ve es únicamente son mujeres y niños masacrados. La población debe sentirse en un estado de abandono y pánico indescriptible, sobre todo los niños…
–Eso requeriría que el mundo denuncie esos crímenes odiosos contra inocentes. Ahora bien, también los Estados árabes se callan y, cuando se expresan, es para apoyar la posición de Estados Unidos.
Los niños están traumatizados desde hace tiempo. Tienen comportamientos preocupantes. El ejército israelí lleva a cabo una guerra contra militantes que asumen sus responsabilidades para tratar de protegernos. Los dirigentes del gobierno están muy amenazados y viven en la clandestinidad. Tampoco ellos están aptos para tomar un fusil contra un tanque.
–¿Tiene la esperanza de que cese pronto este diluvio de obuses?
–Israel no se detendrá a no ser que una de sus masacres levante una gran ola de protestas. Entonces el ejército se retirará un poco para esperar que las protestas se calmen y volver a empezar.
Palabras recogidas el 27 de julio de 2006.
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