Mijail Simonov me contó como salvaba a la compañía Sukhoi cuando la industria aeronáutica rusa se encontraba sumida en una gravísima crisis.
Ver primera parte:
«Cómo fue concebido el famoso caza SU-27»
"En China tuve la ocasión de ver que estaban trabajando en desarrollar un avión de caza nacional a base de planos de McDonnell Douglas. La compañía norteamericana incluso había suministrado su equipo electrónico, cuya venta a Rusia estaba embargada."
Viendo que el asunto se tornó muy serio, Simonov consiguió hablar con el mando de Fuerzas Armadas de China y le sugirió la venta de tecnología y material bélico más avanzado de Rusia en este sector, alegando que era un momento muy oportuno, ya que todo se desarrollaba en vísperas de la visita de Mijail Gorbachev a China, mientras que los Estados Unidos estaban dispuestos a suministrar sólo el material de la tercera generación. (SU-27 es un caza de la cuarta generación).
Así se consiguió el primer pedido para 24 cazas SU-27, le siguió otro, resultado de lo cual Sukhoi pudo sobrevivir.
Otro mercado a entrar fue el mundo árabe. En el salón de Dubai SU-27 fue pilotado por el coronel de Emiratos Árabes Haled. Por cierto, lo hizo muy bien. Cuando salió de la cabina al aterrizar, se le acercó Simonov con un grupo de ingenieros suyos, preguntando por sus impresiones. Haled le dijo en tono un poco desanimado: "el avión es bueno pero no lo necesitamos."
"Fue herido en corazón", ha contado Mijail Simonov, "¿pero por qué no, si es mejor que el F15 norteamericano?"
"Es cierto, pero dígame, por favor, ¿es capaz de hundir una fragata?", contestó Haled.
Resultado de esta conversación fue el planteamiento de sugerencias técnicas hacia SU-27, surgidas a raíz de la operación Tempestad en el Desierto, desarrollada al lado de los Emiratos Árabes Unidos. Se trataba de la filosofía de prescindir de caza-interceptor a favor de caza multipropósito, capaz de cumplir cualesquiera misión: destruir un sistema antiaéreo, neutralizar un puesto de mando subterráneo, hundir una fragata, etc.
Dichas sugerencias desembocaron en características actuales de SU-35. Lo único que no se pudo conseguir fue el contrato, puesto que el mercado de armas en el Oriente Próximo estaba dominando otro Estado. Pero el coronel Haled aconsejó dirigirse a la India.
"Dentro de unos seis meses, Rusia fue visitada por el Presidente del Gobierno de este país y medio año más tarde por vicemariscal de aviación Krishnaswamy, persona muy instruida y talentosa", ha notado Simonov. "Se trató de concebir un nuevo avión para la Fuerza Aérea de la India que no sea SU-35 sino un aparato más moderno, con vector de empuje controlable en dirección, y otras prestaciones que lo hagan el mejor en el mundo."
Más tarde, el aparato fue presentado a Krishnaswamy, ya mariscal y comandante de la Fuerza Aérea del país. Krishnaswamy dio vuelta alrededor del avión y dijo: "¡Mierda!" Simonov se marchó en el acto, diciendo que estaba muy ocupado, la delegación india sería acompañada por su sustituto, y que no tenía ganas de hablar con ellos nunca más. Pocos días más tarde le llamó el agregado militar de la India diciendo que "El señor mariscal Krishnaswamy le invita a una recepción en su honor".
Cuando Simonov se presentó a la embajada le acogió allí el mariscal Krishnaswamy diciendo "Estimado señor Simonov, le pido perdón por haber expresado una opinión tan precipitada. Su avión es magnifico. Nos encantaría poder adquirirlo para nuestro país."
"En Rusia no se hacen las paces de esta manera", contestó Simonov y vació de agua dos floreros, echando en ellos vodka.
La transacción de venta a la India de cazas multipropósito SU-30MKI sumó unos 2 mil millones de dólares.
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