El primer informe presidencial no revela acciones importantes en materia de política exterior, de la cual el gobierno de Felipe Calderón pretende pasar inadvertido por los opositores, como ocurrió en el pasado, sostienen analistas
En el Primer informe de gobierno de Felipe Calderón se refleja una política exterior de bajo perfil que, además, revela la falta de una agenda estratégica, afirman Consuelo Dávila, coordinadora de Relaciones Internacionales de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, y Pedro Isnardo de la Cruz, catedrático de la misma facultad.
La agenda diplomática que señala el informe no refleja acciones concretas, dice Consuelo Dávila, al considerar que “una opinión generalizada en el medio es probablemente por el poco tiempo de gobierno del que se informa –apenas nueve meses, entre el 10 de diciembre de 2006 y el 31 de agosto de 2007–, no hay acciones importantes que fortalezcan los objetivos iniciales”.
La investigadora dice que esto obedece a que el gobierno quiere manejar esa imagen de bajo perfil: “Lo que expresó tanto en la parte discursiva como en la parte escrita, en términos de política exterior, refleja que tiene un perfil muy bajo. Creo que lo más importante es la descripción de una política de mayor respeto con América Latina, pero no se dice cómo se va a llevar a cabo, y una manifestación sobre la política antinmigrante estadunidense, que además fue discursiva, porque no viene en el texto”.
La lectura del Informe le deja la impresión a Consuelo Dávila “de que este plan de política exterior no está muy claro, no está muy definido y no tiene acciones contundentes. Están en el contexto de restarle a la política exterior el papel tan importante que tuvo en el sexenio pasado, porque eso sirvió a las fuerzas opositoras y fue motivo de discusión en las cámaras o fuera de ellas; se convirtió en el lado flaco del gobierno de Fox, en donde todos podían pegarle a su gobierno.
“Quieren bajarle el perfil para que no haya más pretextos para atacar al gobierno en turno”, agrega y afirma que hay muchos temas importantes que se pueden tocar en esta materia. Consuelo Dávila conviene en que la agenda de política exterior de los años recientes privilegió el aspecto económico, como las inversiones, sobre lo político.
“Creo que ése ha sido uno de los objetivos de los gobiernos del neoliberalismo; como se dice en el gobierno: más México en el mundo y más mundo en México. La política es fortalecer y ampliar las inversiones extranjeras”, advierte la internacionalista.
En el mismo tenor se pronuncia Isnardo de la Cruz, quien explica que no observa una agenda estratégica en este Primer informe, porque en buena medida “lo que busca el presidente es que la política exterior no sea un elemento de discordia con el Legislativo”.
No hay nueva agenda
El Informe describe que el actual gobierno ha desplegado acciones en materia de Política Exterior “con base en una nueva agenda” que ha dado prioridad a la cooperación internacional y a la diversificación de relaciones con países, organismos y foros regionales. Este programa tiene como objetivo, dice el Informe, maximizar los beneficios de la política exterior en la calidad de vida de los mexicanos, tanto de los que viven en el territorio nacional como de los emigrantes.
Consuelo Dávila encuentra que, aunque la seguridad y la prosperidad son las grandes líneas que ha manejado este gobierno, son temas que no aborda el Informe, por lo que debería haber más congruencia entre la política exterior y un proyecto de política interna. “Tampoco ahí se ve claro cuál es el proyecto de política interna que debe servir para lograr los objetivos del proyecto interno, pero en tanto no esté claro, tampoco los de política exterior”.
Especial atención ha merecido el fortalecimiento de las relaciones con los países de América Latina, como se detalla en este documento. También se explican las acciones que, en el marco de importantes organismos y foros internacionales, el Ejecutivo ha desplegado para promover los intereses nacionales y contribuir con el resto de las naciones en la consecución de objetivos de paz, bienestar y desarrollo mundial.
Respecto a la afirmación de que el gobierno de Felipe Calderón sustenta una nueva agenda en política exterior, Consuelo Dávila considera que esa agenda ya se maneja desde hace varios sexenios. “No es nueva”, afirma la especialista, al tiempo en que reitera que debería haber más congruencia entre la política exterior y un proyecto de política interna.
Para Pedro Isnardo, también experto en temas de seguridad nacional, el Informe permite observar en materia de política exterior la falta de una agenda estratégica. Indica que en buena medida “lo que busca el presidente es que la política exterior no sea un elemento de discordia con el Legislativo”, como lo fue en el pasado con Vicente Fox.
Para el académico en relaciones internacionales el Informe es “un mensaje profundamente burocrático”, insiste en que el problema radica en conocer cuáles son los objetivos y los recursos. Señala que, “aunque hay un diagnóstico claro de los problemas en las manos del presidente, desde mi punto de vista no hay una visión ni una estrategia integral clara; ni en política exterior, ni en economía o en seguridad”.
Contra las críticas que lanzaron los partidos de oposición contra la diplomacia de Vicente Fox, los principios consagrados en el artículo 89 de la Constitución volvieron a aparecer en el Primer informe de Felipe Calderón. Así figuran en el punto cinco bajo el rubro: “Democracia efectiva y política exterior responsable”, donde se describe lo que el documento llama la “nueva agenda” de la diplomacia mexicana.
En la parte escrita del Informe se reitera que la política exterior de México se sustenta en los principios consagrados en el artículo 89 de la Constitución: autodeterminación de los pueblos, no intervención; solución pacífica de controversias, proscripción de la amenaza o uso de la fuerza en las relaciones internacionales; igualdad jurídica de los estados; cooperación internacional para el desarrollo, y la lucha por la paz y la seguridad internacionales.
Ese capítulo cinco afirma que el Poder Ejecutivo adoptó estrategias y líneas de acción “con el propósito de sumar los esfuerzos de todos los mexicanos para sentar las bases del desarrollo social, económico y político del país”.
El objetivo de estas estrategias, señala el documento, “es llevar a México hacia un desarrollo humano sustentable”, entendido como el proceso permanente de ampliación de capacidades y libertades de las personas, que permita a todos los mexicanos tener una vida digna.
Revista Contralínea / México
Fecha de publicación: Octubre 1a quincena de 2007
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