Sin la anuencia del Poder Legislativo, Calderón inicia la reestructura de la SSP. La dependencia crea cuatro subsecretarías e inicia la concentración de las policies federales. Éstas privilegiarán las labores de inteligencia y la “respuesta inmediata en el combate al delito”, revela el documento que sirve de base para la “reingeniería” de la seguridad pública
Obsesionado por la seguridad, el gobierno de Felipe Calderón Hinojosa emprende el engrosamiento de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP), a la que le asigna mayores facultades, presupuesto y recursos humanos. Se trata de la creación de una “supersecretaría” que, según especialistas, será “represiva, punitiva y de reacción”.
Aunque en la página electrónica de la SSP se mantiene la estructura orgánica heredada del foxismo, la dependencia federal labora desde junio pasado bajo un nuevo esquema del que apenas el gobierno ha hablado en escuetos comunicados.
Así lo hizo el 30 de marzo pasado, mediante el boletín 121, cuando anunció el nombramiento de cuatro subsecretarios sin que se publicara el nuevo organigrama ni los objetivos y funciones de las nuevas instancias.
La Secretaría concluyó el sexenio de Vicente Fox con dos subsecretarías (de Política Criminal y de Prevención y Participación Ciudadana) y cuatro órganos administrativos desconcentrados (Policía Federal Preventiva; Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública; Prevención y Readaptación Social, y Consejo de Menores).
La actual SSP mantuvo los cuatro órganos administrativos desconcentrados, pero sustituyó las dos subsecretarías por cuatro nuevas: de Estrategia e Inteligencia Policial; de Prevención, Participación Ciudadana y Derechos Humanos; del Sistema Penitenciario Federal, y de Desarrollo Institucional e Innovación. Además, ha creado la Dirección General de Relaciones Internacionales sin que hasta el momento se haya informado quién está al frente de la oficina ni a qué subsecretaría pertenece.
La “restructuración” de la SSP se realiza con base en el documento “Reingeniería al modelo al combate en el delito”, elaborado por la propia Secretaría a finales de febrero pasado y del cual Contralínea posee copia.
El expediente consta de tres títulos (Diagnóstico, Estrategia y Restructuración) y dos subtítulos (Restructuración de la Secretaría de Seguridad Pública y Cuerpo Federal de Policía).
El “sector central”
La Dirección General de Relaciones Internacionales incorporaría a la SSP en la ejecución de las políticas en materia de seguridad acordadas por los presidentes de Estados Unidos, Canadá y México (George Bush, Stephen Harper y Felipe Calderón, respectivamente) el 20 de agosto pasado.
Según el documento, la Dirección tiene como objetivos: “Diseñar, desarrollar e implementar las acciones de la SSP ante entidades y organismos internacionales; impulsar las políticas públicas de la Secretaría en el extranjero; establecer mecanismos y programas de intercambio tecnológico y capacitación; promover las relaciones y la comunicación de la SSP con sus similares a nivel internacional; vinculación y comunicación permanentemente con agencias gubernamentales y policías internacionales, y el vínculo con instituciones académicas del extranjero”.
La Dirección, junto con las cuatro nuevas subsecretarías, la Oficialía Mayor y la Coordinación General de Asuntos Jurídicos constituyen el “sector central” de la dependencia federal.
El documento da por hecho la creación del Cuerpo Federal de Policía bajo el mando de la Subsecretaría de Estrategia e Inteligencia Policial. De acuerdo con el plan de “reingeniería”, la Subsecretaría encabezada por José Patricio Patiño Arias –quien ha sido parte de la Interpol y del Grupo Iberoamericano para la Profesionalización para la Administración Policial– también tiene a su cargo “el desarrollo de las policías del país”.
Los demás objetivos de la Subsecretaría son: “Fomentar la eficiencia y capacidad de respuesta interinstitucional en el combate al delito; establecer los lineamientos relativos a las autorizaciones, supervisión, suspensión, cancelación de las autorizaciones y registro de las empresas y servicio de seguridad privada en todo el país; desarrollar e instrumentar las medidas necesarias para la capacitación y certificación del personal policial y de seguridad privada a nivel nacional, y desarrollar e instrumentar mecanismos de coordinación policial con todos los niveles de gobierno”.
Al frente de la Subsecretaría de Prevención, Vinculación y Derechos Humanos, el gobierno de Felipe Calderón colocó a quien fuera secretario General del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen) luego de haber sido director de Análisis, secretario General Adjunto y director de Estudios Estratégicos del mismo organismo de inteligencia y contrainteligencia civil: Monte Alejandro Rubido García.
Ahora, el funcionario es el responsable de: “Establecer las bases y criterios para la colaboración de la ciudadanía en la prevención de los delitos; operar y ejecutar programas institucionales encaminados a mantener los vínculos con los demás poderes de la Unión, las dependencias y entidades gubernamentales; establecer líneas conjuntas de acción en materia de servicios a la comunidad y participación ciudadana, y coordinar el diseño y difusión de programas integrales que promuevan la participación activa de la ciudadanía, de las instituciones nacionales e internacionales en presuntas violaciones a los derechos humanos al interior de la dependencia y a la sociedad en general (sic), e investigar, evaluar y dar seguimiento de quejas y denuncias en materia de seguridad pública”.
José Luis Lagunes López, excomisionado del Órgano Administrativo Desconcentrado de Prevención y Readaptación Social y exsubsecretario de Prevención y Participación Ciudadana de la propia SSP, está ahora al frente de la Subsecretaría del Sistema Penitenciario Federal.
Entre las funciones que debe cumplir la Subsecretaría, señaladas por el documento “Reingeniería al combate al delito”, destacan: “Administrar, regular y establecer las políticas del sistema penitenciario federal; ejecutar programas para optimizar los resultados del sistema penitenciario y de menores; coordinar las actividades del Órgano Administrativo Desconcentrado Prevención y Readaptación Social, y diseñar los programas encaminados a la readaptación social y lo relativo a la ejecución de la imposición de penas”.
La Subsecretaría de Desarrollo Institucional e Innovación –también llamada, en el documento, “de Prospectiva y Desarrollo”– está encabezada por Francisco Niembro González, de quien no se tienen antecedentes en la administración pública. Siempre se desempeñó en la iniciativa privada en el área de redes digitales de información.
La Subsecretaría se creó para “coordinar la instrumentación de políticas públicas y programas de seguridad pública, así como darle seguimiento y evaluar su ejecución; participar en el Sistema Nacional de Planeación Democrática; dirigir la integración de la agenda institucional de asuntos de interés estratégico y atención prioritaria, el sistema de análisis y evaluación social en materia de seguridad pública, y proponer la posición de la Secretaría en temas de importancia y de alto impacto”.
Concentración de la policía
En el expediente se considera la sustitución del órgano administrativo desconcentrado de la Policía Federal Preventiva por el Cuerpo Federal de Policía. Este nuevo organismo concentraría a los más de 20 mil policías federales en una sola corporación, divididos en seis unidades y una secretaría general.
Un solo mando estaría a cargo de toda la policía, quien nombraría a un comisionado para cada una de las unidades o divisiones: de la Proximidad Social; de la Inteligencia Policial; de Información y Análisis; de Fuerzas Federales; de Servicios Judiciales y Ministeriales, y Antidrogas.
La división de la Proximidad Social tendría la facultad de recibir denuncias y desarrollar “investigación para la generación de inteligencia”, aunque exista una división especializada en ello. Además, considera el establecimiento de 500 estaciones de policía federal en las 32 entidades del país.
Entre las potestades de esta división destaca “realizar operativos durante el tiempo necesario para desarticular redes delictivas, facilitar la participación ciudadana y restablecer la autoridad del Estado”. Asimismo, señala que las policías metropolitanas; de seguridad aeroportuaria, y de puntos fronterizos, puertos marítimos y terrestres quedarán bajo el mando del Cuerpo Federal de Policía.
El especialista en seguridad pública René Alejandro Jiménez Ornelas rechaza que la concentración de los cuerpos policiacos en uno solo permitirá reducir los índices delictivos. El investigador del Instituto de Investigaciones Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) señala que en México ya se han juntado anteriormente estructuras policiacas sin que mejorara la seguridad de los ciudadanos.
“Ya hemos visto este tipo de experimentos, como cuando se juntaron las policías Federal de Caminos, la Hacendaria y otras para crear la Policía Federal Preventiva. Pero lo que juntaron fueron estructuras corruptas. Lo único que ocurrió fue que esas estructuras deshonestas tuvieran más poder”, advierte.
Jiménez Ornelas, doctor en sociología por el Colegio de México, agrega que, mientras el modelo de policía “punitiva y represiva” no cambie, “siempre serán insuficientes los efectivos policacos; cada vez necesitaremos más y más policías y nunca se mejorará la seguridad pública”.
Al respecto, Martín Gabriel Barrón Cruz, investigador del Instituto Nacional de Ciencias Penales (Inacipe) y maestro en ciencias penales por el mismo instituto, señala que la policía mexicana, además de represiva y punitiva, es “de reacción: actúa únicamente luego de que se han cometido los delitos; no es preventiva”.
La SSP, ineficiente
En el documento “Reingeniería al modelo al combate al delito” también se incluye un diagnóstico de la SSP que Genaro García Luna, secretario nombrado por Felipe Calderón, recibió de Eduardo Medina Mora, actual Procurador de Justicia y último secretario de Seguridad Pública del sexenio de Vicente Fox.
En el documento se reconoce tácitamente el fracaso de Vicente Fox en el combate a la delincuencia y la incapacidad de los secretarios para enfrentar a las organizaciones delictivas con “un esquema articulado”. El anterior titular de la dependencia, Medina Mora, se había desempeñado de 2000 a 2005 como director general del Cisen.
También se reconoce que actualmente “el crimen organizado está infiltrando a las corporaciones de policía” y que “la delincuencia se ha beneficiado de la falta de coordinación y cooperación” entre las mil 666 corporaciones policiacas públicas que existen en el país. Asimismo, se señala que el rezago estructural y tecnológico de las policías mexicanas es de “más de 30 años”.
Jiménez Ornelas, del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM, coincide con el diagnóstico de la SSP, pero señala que con la nueva propuesta no se mejorará el desempeño de la Secretaría ni de los cuerpos policiacos.
“El problema no se resolverá hasta que no se cambie el modelo de policía que tenemos. Los cuerpos de policía fueron creados para servir a quien detenta el poder y no para servir a la sociedad. En nuestro país, y tanto a nivel federal como estatal, las policías le sirven a la autoridad en turno porque a ellas se deben. Mientras no cambie eso, todos los demás cambios serán superficiales.”
Por su parte, Barrón Cruz, del Inacipe, dice que “los problemas siguen siendo los mismos; no hemos avanzado nada y la delincuencia sigue en aumento. Los jefes policiacos ni siquiera distinguen entre el modelo de policía administrativo o preventivo y el de investigación. Nuestro sistema de policía es kafkiano, surrealista; ni sistema se le puede llamar”.
Revista Contralínea / México
Fecha de publicación: Octubre 1a quincena de 2007
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