El cerro Montecristi está ubicado a 12 Km de Manta, en la vía que conduce a Portoviejo, y tiene una base de forma triangular; el lado occidental tiene una extensión de cinco Km y el flanco oriental se extiende formando una amplia ladera de 10 Km. Desde una superficie ondulada de 150m sobre el nivel del mar, el cerro se levanta abruptamente hasta los 620m en la cima. En la vertiente occidental está ubicada la ciudad de Montecristi, que tiene un microclima temperado y algo frío por la influencia determinante de la montaña. Un manto de neblina cubre la parte superior del cerro lo que origina frecuentes garúas y lloviznas, lo cual configura un singular paisaje ecológico en el que se destaca la vegetación arbustiva y arbórea estratificada desde la base hasta la cima del cerro; en ese transecto, el botánico Calaway Dodson identificó nueve franjas de vegetación.

El cerro Montecristi es una muestra del estado actual de la región occidental del Ecuador, que se presenta formando un mosaico de hábitats pequeños pero de un alto endemismo. Dodson & Gentry (1) consideran que la existencia de pequeños hábitats fragmentados en zonas de vida restringidas puede promover especiación rápida, es decir la formación de nuevas especies en períodos cortos; de ahí la importancia ecológica y evolutiva de los remanentes de vegetación de la zona de Montecristi como los de Mache Chindul en Esmeraldas y de Chongón Colonche, ubicado entre la actual provincia de Santa Elena y Manabí. El endemismo de la flora y de la fauna es un fenómeno característico del Litoral ecuatoriano, de ahí la necesidad de proteger las pequeñas manchas de vegetación natural aisladas o semiaisladas que han sobrevivido a la gran deforestación que experimentó el centro y sur de la Costa ecuatoriana durante el siglo pasado; por lo mismo, su protección urgente podría evitar la extinción de especies de plantas y animales así como la pérdida de un patrimonio natural excepcional. (2)

La microrregión de Montecristi ha sido escenario natural en el cual se desarrollaron prósperas culturas precolombinas. Durante la época republicana constituyó un centro importante en la economía de la región. Los atributos bioecológicos y socioculturales del cantón Montecristi le confieren un valor especial que debe ser reconocido y valorado en el ámbito regional y nacional. El cantón Montecristi, fundado en 1822, conserva edificaciones antiguas que son el testimonio de la arquitectura de principios de la República. En la memoria colectiva se conserva una rica cultura ligada al aprovechamiento de los recursos naturales como la paja toquilla, el mimbre, la tagua, el coco, la cabuya y las conchas marinas; la alfarería, que replica hermosas piezas de la cultura manteña; la deliciosa gastronomía popular; y una rica cultura oral que se expresa en leyendas y tradiciones, en coplas y amorfinos que exaltan la altivez del hombre y la belleza de la mujer manabita. Por esto y mucho más, Montecristi ha sido declarada por la Asamblea Constituyente como Patrimonio Natural, Cultural e Histórico de la Nación, con lo cual se valora la importancia de esta población en la historia y la cultura de nuestro país.
Por todos estos atributos y por el nuevo estatuto que tiene Montecristi es necesario planificar la protección, la conservación y restauración ecológica del área circundante al cerro Montecristi, así como del patrimonio edificado de la ciudad; para esto se requiere partir del conocimiento y la difusión en el ámbito regional y nacional de su valor bioecológico, cultural e histórico, lo que será posible mediante la acción concertada de todas las instituciones de la provincia de Manabí.

El alto valor intrínseco le ha convertido a Montecristi en Patrimonio del país. En la coyuntura actual ha llegado a ser el símbolo de la transformación del Ecuador que los ecuatorianos encargamos a la Asamblea Constituyente instalada en la Ciudad Alfaro, que es el escenario del mayor acontecimiento político de esta década: “Tenemos una nueva oportunidad para introducir las transformaciones estructurales y revolucionarias que reclama la sociedad, tanto por las deudas acumuladas en el siglo XX, como por las exigencias y demandas que nos plantea el siglo XXI” expresó Alberto Acosta, presidente de la Asamblea Constituyente, en el reciente homenaje que la Asamblea tributó a Eloy Alfaro al cumplirse 96 años de su inmolación. (3)

Referencias

1. Dodson, C. & Gentry A. 1992. La extinción biológica en el Ecuador Occidental. En: La Investigación para la Conservación de la Diversidad Biológica en el Ecuador. (Memorias del simposio. Quito, Junio de 1992. Mena, P. y Suárez, L. Editores. Quito, Ecociencia, pp. 27-57
2. Fundación Natura. 1995. Determinación de Áreas de Bosques Remanentes en la Región Occidental Ecuatoriana. Serie Estudios No. 1 Fundación Natura. Quito, Ecuador.
3. Diario El Comercio, 28 de enero 2008.