Sostener un evento internacional durante trece años no es cosa fácil, requiere un gran esfuerzo de parte de sus organizadores, pero también el compromiso de quienes desde distintos puntos acuden a ese llamado. Así, con esfuerzo y a pulso se ha mantenido el Seminario Internacional Problemas de Revolución en América Latina que en esta ocasión versó en torno a la “Respuesta de los trabajadores y los pueblos frente a la crisis del sistema capitalista”, y desarrolló sus debates en Quito en la semana del 13 al 17 de julio. Cerca de cincuenta organizaciones políticas de izquierda y populares en general provenientes de catorce países de nuestro continente y una de Europa se congregaron en esta ocasión.

Tras escuchar y debatir las ponencias presentadas, el seminario aprobó acuerdos en solidaridad con la lucha de los trabajadores y pueblos de varios países. Destacan los de rechazo al golpe de Estado en Honduras, solidaridad con Cuba y los cinco prisioneros políticos, en solidaridad con los pueblos de Bolivia y el gobierno de Evo Morales. El último día, con el título “Un gran movimiento de masas se levanta contra la crisis del capitalismo imperialista” se aprobó una declaración final de la que extraemos algunos párrafos:

“El pánico ha atrapado a los círculos del capital financiero imperialista y a las clases dominantes de todo el planeta: una nueva crisis cíclica del capitalismo está presente, y de ella no escapan las potencias imperialistas ni los países dependientes.

Esta no es una crisis más. Es la más profunda de la historia del capitalismo, solo comparable a la de 1929 que llevó a la Segunda Guerra Mundial, y la guerra llevó a revoluciones que liberaron a un tercio de la humanidad de la explotación capitalista, aunque posteriormente el proceso fue revertido…

…Las explicaciones que los monopolios y los grupos financieros dan a este acontecimiento son diversas y vagan entre las formulaciones monetaristas, las relacionadas con el terreno de la circulación y el consumo. Las medidas que prueban para enfrentarla buscan descargar sus efectos y consecuencias negativas sobre los hombros de los trabajadores, los campesinos, la juventud, las mujeres y los pueblos de todo el mundo y sobre los países dependientes y oprimidos, convirtiéndose todos estos en sus principales víctimas.

La crisis actual agudiza las contradicciones entre los trabajadores y los patrones, entre los pueblos y el imperialismo, entre los monopolios y los países imperialistas entre sí; demuestra que la marcha emprendida por los trabajadores y los pueblos por su liberación avanza, alcanza victorias importantes en todo el mundo…

…Las crisis del capitalismo, sistema históricamente agonizante, solo podrán resolverse a favor de los trabajadores y los pueblos con la superación de este régimen de explotación y la implantación del socialismo…

Los pueblos del mundo expresamos nuestro repudio a la crisis y a las medidas que los monopolios internacionales y las potencias capitalistas aplican para proteger sus intereses. Las movilizaciones obreras y populares recorren varios puntos del planeta demandando que los ricos carguen con la crisis que ellos la provocaron, levantan propuestas que no busca salvar al sistema sino precautelar los intereses de las masas trabajadoras y los pueblos.

Sabemos de la agudeza, de la profundidad y magnitud de esta crisis, sin embargo también somos concientes que el sistema capitalista- imperialista no se caerá solo, tenemos que derrumbarlo con la lucha de los trabajadores, de los campesinos, de la juventud, de los pueblos y naciones originarias, de las mujeres… de todas las clases y sectores explotados y oprimidos.

…Asumimos esta crisis como una oportunidad que las fuerzas revolucionarias tienen para denunciar y demostrar el carácter antiobrero y explotador del capitalismo, para avanzar en la organización de los trabajadores y los pueblos tras las banderas del cambio, de la revolución social y nacional; es un ocasión para que la clase obrera y los pueblos desarrollen la conciencia antiimperialista y anticapitalista.