El reconocimiento y el respeto de los derechos humanos de las y los jóvenes distan de ser una realidad, a 10 años de que se declarara el 12 de agosto como Día Internacional de la Juventud. En 1999, la Asamblea General de Naciones Unidas (ONU) estableció esa fecha, con el fin de visibilizar la participación de las personas jóvenes en el desarrollo de la sociedad y realizar actividades de información pública que permitan a la juventud acceder a sus derechos humanos.
El informe Juventud y cohesión social en Iberoamérica: un modelo para armar, publicado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) y la Organización Iberoamericana de Juventud (OIJ), señala que poco más del 35 por ciento de la población iberoamericana, entre los 15 y 29 años, está afectada por la pobreza (47.5 millones) y alrededor del 11 por ciento vive en la indigencia (más de 11 millones). La investigación señala que existe una gran disparidad entre las zonas urbanas y las rurales, ya que poco menos de la tercera parte de los jóvenes que habitan en zonas urbanas vive en pobreza y menos de la cuarta parte, en la indigencia; mientras que en las zonas rurales más de la mitad son pobres y casi la mitad indigentes.
En México, la juventud representa cerca de una tercera parte de la población. Las estimaciones más recientes del Consejo Nacional de Población señalan que en el país hay 107.6 millones de habitantes, de los cuales el 27.2 por ciento son jóvenes entre los 15 y 29 años. Para este sector de la población, el acceso a condiciones de vida digna cada día es más limitado. De acuerdo con el informe de la Cepal y la OIJ, en México el 26.9 por ciento de los jóvenes entre 16 y 24 años de edad está afectado por la pobreza y el 7.6 por ciento vive en la indigencia.
El desempleo y la precariedad laboral son fenómenos que caracterizan la situación de marginación que vive la juventud a nivel mundial. El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, en su mensaje por el Día Internacional de la Juventud, señaló que “en 2007 los jóvenes comprendían el 25 por ciento de la población mundial en edad de trabajar, pero constituían el 40 por ciento de los desempleados. El deterioro de la economía a nivel mundial significa que, a corto plazo, el desempleo juvenil seguirá aumentando. Las tasas de desempleo son sólo una parte del problema, especialmente para la inmensa mayoría de los jóvenes que vive en los países en desarrollo. Para ellos, el empleo en condiciones de precariedad, en el sector no estructurado y con bajos salarios no es la excepción, sino la norma”.
Las cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía señalan que durante el primer trimestre de 2009, las y los jóvenes entre los 15 y 29 años representaban el 32.5 por ciento del total de la fuerza de trabajo del país. La tasa de desocupación en este rango de edad creció, entre 2006 y 2009, de 6.2 por ciento a 8.5 por ciento, fenómeno que afectó más a las mujeres jóvenes, cuya tasa de desocupación en el primer trimestre de 2009 ascendió a 9.1 por ciento.
Casi la mitad de las y los jóvenes en México no tiene acceso a ningún tipo de servicio de salud, dicha cifra es más alarmante en el medio rural ya que siete de cada 10 jóvenes rurales no tienen acceso a este derecho, según el informe de la Cepal La juventud en Iberoamérica: tendencias y urgencias, coordinado por Martín Hopenhayn, 2004. El embarazo en mujeres jóvenes, de 15 a 19 años, ha ido en aumento, lo cual se relaciona directamente con el nivel educativo y la deserción escolar; en estas edades los embarazos son de mayor mortalidad, ya que la mayoría de las jóvenes proviene de los sectores más pobres.
Si bien existe una diversidad de significados y formas de ser joven, gran parte de las y los jóvenes porta marcas en su lenguaje, ropa, color de piel, características físicas y demás que son fundamentales en la construcción de su identidad. En este sentido, existe una realidad general en la que las y los jóvenes son discriminados no sólo por su edad, sino también por su sexo, preferencias sexuales, forma de vestir, peinarse, caminar y actuar.
La Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal informa que en 2008 el mayor porcentaje de personas agraviadas tenía entre 12 y 29 años de edad (36.1 por ciento). Dicho organismo, en su Informe especial sobre el caso New’s Divine, señala que al menos una de cada cuatro personas agraviadas por la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal son jóvenes, quienes, principalmente, ven vulnerados el derecho a la integridad, el derecho a la seguridad jurídica, el derecho a la libertad y seguridad personales, los derechos de la niñez y los derechos a la honra y la dignidad. El documento refiere que la violación de estos derechos está directamente relacionada con el abuso de la fuerza policiaca.
En cuanto a la participación política, la Encuesta nacional de juventud 2005 dice que la mayoría de jóvenes considera el voto cómo única vía de incidencia. Sin embargo, el Estudio de participación ciudadana 2003, elaborado por el Instituto Federal Electoral, señala que en las elecciones federales de ese año el abstencionismo de la población joven alcanzó un tasa de casi el 70 por ciento, en el rango de edad de 20 a 24 años. Esto no significa que las y los jóvenes no participen políticamente, sino que muestra una creciente desconfianza en torno a la vía partidaria y la necesidad de reconocer los otros espacios y modos donde la juventud se organiza.
Las y los jóvenes no se conforman frente a esta realidad, por el contrario, de formas diversas y creativas se organizan en torno a la educación y promoción de los derechos humanos, la defensa de los derechos sexuales y reproductivos, la cultura, el deporte, la religión, la política, etcétera. Partiendo de distintos enfoques, a lo largo y ancho del país hay organizaciones y colectivos que luchan porque el ejercicio de los derechos humanos de las y los jóvenes sea una realidad y para que se les reconozca como sujetos de derecho.
El año pasado, un grupo de organizaciones, colectivos y personas jóvenes de 15 a 35 años se planteó el objetivo de conformar una articulación nacional de juventud que promueva el respeto a los derechos de las y los jóvenes a nivel nacional: Proyecto 15-53 Plataforma Nacional de Juventud. La propuesta es construir un espacio de jóvenes, independiente de religiones y partidos políticos, basado en el intercambio generacional, con perspectiva de derechos humanos, de juventud y de género.
Organizaciones y personas que integran la Plataforma: Asilegal, Adeco Acciones para el Desarrollo Comunitario, Barrio Activo, Campamentos Jesuitas, Colectivo Crack, Foro de Desarrollo Sustentable Chiapas, Jóvenes Yolcán, Centro de Derechos Humanos Fray Francisco de Vitoria, Católicas por el Derecho a Decidir, Red Nacional Católica de Jóvenes por el Derecho a Decidir, ACJ/YMCA, , Graffitiarte, Guillermo Trejo Camacho, Global Youth Coalition on HIV/AIDS GYCA, I Latina, Inicia, Red Global de Acción Juvenil, Organización Fuerza Ciudadana, Scouts de México, Simitrio Guerrero Comonfort y Voluntades por Coahuila (Grafitos).
Desde este espacio se pretende: favorecer el fortalecimiento, desarrollo e interacción colectiva y participativa de las juventudes en el país; promover y hacer posible la participación juvenil para la toma de decisiones políticas, económicas y sociales enfocadas a las y los jóvenes; y promover la Convención Iberoamericana de Derechos de los Jóvenes como instrumento de reconocimiento de las y los jóvenes como sujetos plenos de derechos. Actualmente, el equipo impulsor del Proyecto 15-53 trabaja en la realización del Encuentro Nacional de Juventud que se realizará del 28 de septiembre al 2 de octubre en Morelos. Este evento será una oportunidad para reflexionar en torno a la situación de las y los jóvenes en el país, conocer e intercambiar experiencias de trabajo en materia de juventud y sobre todo construir, en colectivo, caminos hacia una plataforma nacional de juventud. Más información en http://juventud.org.mx/
Fuente: Contralínea 147, 6 Septiembre 2009.
Manténgase en contacto
Síganos en las redes sociales
Subscribe to weekly newsletter