El “Flaco” Spinetta se quedó sin edad. No la tiene. Es un gladiador de la MÚSICA Y LA POESÍA, así con mayúscula. Tenía razón cuando nos decía desde Artaud “no todo tiempo por pasado fue mejor, mañana es mejor”. Él sigue traspasando tiempos como nómade de la buena estética. Atravesando modas, poses y visiones faranduleras del arte.
Se para con la mente y los diez dedos, dibujando rutas de melodías en las cuerdas de una guitarra, hacia adelante, por el espacio como en "Capitán Beto".
Y nos tira otra al aire "…..tengo tiempo para saber si lo que sueño concluye en algo".
¿Cuántos pensamos en eso?
¿El simple sueño no será ya un aliciente entre tanto vértigo?
Y el Gladiador de Nubes de Poesías ataca y dice: "y si acaso no brillara el sol y quedara yo atrapado aquí no vería la razón de seguir viviendo sin tu amor….."
La realidad le contesta: "….y hoy que enloquecido vuelvo buscando tu querer no queda más que viento, no queda más que viento(…)".
Pero "El Flaco" un día empezó, antes de tantas letras y tantas melodías que se filtran por la ciudad-otoño. Muchos no conocen ese inicio. Buenos Aires Sos reproduce una nota, realizada por Ronni Arias en 1992 y que se edita en www.rock.com.ar .
Ahí vamos:
El debut de Luis Alberto Spinetta
Luis Alberto Spinetta debutó en público, a los 14 años, cantando dos temas románticos, uno de Palito Ortega (!!) y otro de Javier Solís. Fue en el programa de TV "La Escala Musical.
– ¿Qué cantabas cuando eras chico?
– Cantaba tangos, los tangos que escuchaba en mi casa, no porque me los impusieran o me quisieran derivar a esa música, sino porque estaban en el ambiente. Por otro lado, tanto mi padre como mi tía Zsa-Zsa y mi tío Mario eran obreros en la fábrica del sello Odeón.
– ¿En la prensa de discos?
– Sí. De esa forma caía a mi casa un montón de música de esa época. Como mi tía me traía discos, estaba siempre informado. Tenía cosas de Paul Anka, tenía Tutti Frutti por Little Richard, Al compás del reloj por Bill Halley y sus Cometas, todo el rock por Elvis. Sin querer, en casa ponían música y yo escuchaba.
– ¿Qué edad tenías en la época de Palito Ortega?
– 10 ú 11 años.
– ¿Y te enganchabas con todo el pop de ese momento?
– Me enganchaba con todo, imitaba a Tato Bores, me ponía unos lentes me hacía la forma de una peluca con el pelo, y usaba un cigarrillo para el habano. Eso fue igual cuando fui más grande, todo me fascinaba. En la época del Club del Clan, yo era muy fana de todo eso. Hasta que aparecieron Los Beatles.
– ¿Cuál fue el primer disco que te compraste?
– Fue For Sale de Los Beatles. Tenía catorce años. Aparte me lo compré con la primera guita que gané con la música. Me había inscripto en un concurso de La Escala Musical y salí finalista. Por poco les gano a Las Medias Negras, un trío de chicas.
– ¿Qué cantaste en La Escala Musical?
– Dos temas, Sabor a nada de Palito Ortega y En una forma total de Javier Solís. Me decían que era muy chico para cantar ese material romántico y que no me quedaba bien.
– ¿Qué es lo que te hizo cambiar?
– La primera vez que escuché a Los Beatles. Fue en un baile en Estudiantes Norte, pasaron Love me do y le pregunté al disc jockey qué era eso. "Me parece que se llaman Los Escarabajos", me contestó. A partir de ese momento, cada vez que pasaban Los Beatles, me daba una especie de fiebre total. Ni te cuento cuando vi las primeras fotos en los diarios. Tuve un ataque de beatlemanía. Todo eso fue antes del álbum For Sale. Al principio intentaba imitar las canciones a capella, pero cuando aprendí guitarra, su música me parecían sinfonías al lado de las zambas, y tenía que sacarlas de oreja. En ese momento aparecen en mí los primeros intentos de composición, que también eran zambas, temas melódicos. Lo llamaba a mi viejo y le tocaba un acorde, un Fa séptima mayor, que suena remelancólico y le decía: "Ves, ésta es la música que quiero hacer". Toda esa etapa de mi vida es muy mágica porque coincide con los primeros enamoramientos, con las primeras calenturas de la pubertad y con Los Beatles. Al escuchar Please, Please Me me tiraba a llorar al lado del Winco, ¡era un bochorno! En casa me decían: "Dejá eso, no ves que te va a hacer mal..."
ESTA CIUDAD
solo muestra el sol en las ventanas.
Después de todo
tu eres la única muralla
si no te saltas nunca darás
un solo paso
Luis Alberto Spinetta / La búsqueda de la estrella (ANC-UTPBA).
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