Los reporteros son los ojos y las orejas de la prensa escrita, oral y audiovisual (en internet todos somos Espartaco, liberando al máximo la comunicación, factor común de las libertades de expresión enraizadas en el célebre principio de publicidad de Immanuel Kant: “Donde todos tienen voz para comunicarse públicamente, sometiendo al libre examen los actos de sus gobernantes”; consultar el ensayo “El principio de publicidad en la teoría kantiana de la acción”, de Dulce María Granja Castro, en el libro Cosmopolitismo: democracia en la era de la globalización. Editorial Anthropos-UAM).
Con los reporteros se inició el periodismo de investigación que tiene una de sus raíces en Herodoto, que su libro “es el primer reportaje de la literatura universal. Su autor está dotado de una intuición, una vista y un oído de reportero… (y) por eso es un ardiente defensor de la libertad y la democracia y enemigo del despotismo, la autocracia y la tiranía…” (Ryszard Kapuscinski, Viajes con Herodoto).
A ese periodismo con tradición racional de investigación para informar se ciñe el trabajo de todos los integrantes de Contralínea que, en los casi 160 números que han logrado salir a la luz pública –contra viento y marea de inquisiciones judiciales por quienes quisieran silenciarla y a pesar de las consecuencias de tenerla en la lista negra nazi-fascista foxista y calderonista para negarle publicidad–, se mantienen, como su nombre lo expresa, sin línea.
Esto, para investigar y publicar lo que el gobierno federal y los de las entidades quisieran mantener en secreto, para que los mexicanos no tengamos información de la corrupción de sus funcionarios que no honran lo de servidores públicos.
Los más recientes números de Contralínea exhiben periodísticamente al priista peñanietista Emilio Chuayffet (vuelto a sacar de la cloaca mexiquense); al panista Patrón Laviada; a los panistas de nuevo cuño: Francisco Mayorga y Suárez Coppel, y al calderonista-panista Chávez y Chávez. Son rendimiento del trabajo individualizado de sus reporteros: Miguel Badillo, Nancy Flores, Ana Lilia Pérez, Paulina Monroy, Nydia Egremy, Fernando Pizarro, Érika Ramírez, José Réyez, Zósimo Camacho; los reporteros gráficos: David Cilia y Julio César Hernández; diseñadores: Miguel Minero y Marlene Camacho; cartonista: David Manrique; y todo el equipo de editorialistas y directivos.
Y publican, con información veraz y contrastada, cuando los protagonistas de los reportajes acceden a dar sus puntos de vista, sobre actos y omisiones de corrupción que muy probablemente cometieron personajes como Chuayffet, desempolvado del cuarto de los tiliches para pastorear a los diputados federales al servicio de Peña Nieto.
Estos dos marchan en dirección a la candidatura presidencial del Partido Revolucionario Institucional para 2012, cuando Calderón, apuntalando a su heredero (¡tal vez García Luna, poder policiaco tras el trono..!, ¡o Lozano Alarcón, enemigo de los trabajadores..!, ¡o Gómez Mont, socio de Fernández de Cevallos..!, ¡o Molinar Horcasitas o Cesarín Nava o la Vázquez Mota o cualquiera de los súper mediocres calderonistas!), esté de salida, si antes los acontecimientos militares no le imprimen un viraje golpista al régimen panista.
Contralínea ventila otro reportaje con base en el expediente sobre lavado de dinero del exgobernador de Yucatán, Patricio Patrón Laviada (primo hermano del priista Emilio Gamboa Patrón, ahora fuera de circulación, gozando de lo lindo con lo acumulado desde Salinas).
Calderón lo rescató y lo nombró titular de la Procuraduría Federal del Medio Ambiente, a sabiendas de que en la Procuraduría General de la República (PGR) estaba la averiguación previa por “operaciones con recurso de procedencia ilícita”. En la denuncia están sus familiares y amigos (como Ricardo Patrón Laviada, Cecilia Margarita Laviada Arrigunaga, Johnny Alberto Benítez Cetina y José Baltasar Cetina Pech). Al parecer, el expediente está extraviado o ya desapareció de la PGR, incluso borrado de la memoria de la computadora.
También ha mostrado cómo a las empresas del recién nombrado titular de la Secretaría de Agricultura… etcétera, Francisco Mayorga Castañeda… ¡la misma secretaría (durante la era foxista-calderonista) otorgó millonarios subsidios, disfrazados de “apoyos”!, para supuestamente promover la comercialización de la producción agropecuaria.
Mayorga Castañeda es dueño y director de Industrias Melder y Semillas Caloro, y éstas se embolsaron, por vía de mientras, casi 2 millones de pesos por ser unas empresas y un empresario panistas. Es otra complicidad del Partido Acción Nacional (PAN) y el inquilino de Los Pinos, extendida como encubrimiento hasta alcanzar al nuevo director general de Petróleos Mexicanos (Pemex), Juan José Suárez Coppel, quien antes de esta designación, fue director corporativo de Finanzas de Pemex, que por su mala dirección contribuyó en serio a la quiebra de la empresa en vías de privatización y para lo cual fue nombrado.
El minucioso reportaje de Ana Lilia Pérez es como para que el Congreso ya hubiera citado a Calderón mismo y exigirle cuentas y razón del nombramiento de Suárez Coppel, quien con cargo a la paraestatal, en seis años de foxismo, se dio vida de jeque petrolero… ¡con dinero del pueblo de México!
La revelación de los gastos de viajes (sin ton ni son) del ya director de Pemex lo muestran como un bribón que debería estar respondiendo ante la PGR por esos abusos que lo pintan como un panista desvergonzado. Ahora, en la cúpula gerencial de la industria petrolera, derrochará más, al fin y al cabo no es su dinero.
Suárez Coppel es la corrupción a lo bestia. Serviría para continuar documentando la perversión del abuso del poder el libro de María Elena Álvarez Bernal, La ética en la función pública (sobre todo en sus capítulos: “La corrupción en el México de la alternancia, año 2000” y “Publicaciones en los medios sobre hechos de corrupción, años: 2001-2002”).
Todos estos bribones han ejercido el mal gobierno derechista que lleva a la nación a la quiebra económica, mientras nadan en la impunidad hartos de corrupción y siguen atragantándose (como el director de Pronósticos Deportivos, Adolfo Blanco Tatto, y sus cuatro compinches: Gabriel Martínez Guizar, Gerardo Oteiza, Miguel Vallejo y Javier Brazetti, amparados por Germán Martínez).
Éste, con la fusión a la Lotería Nacional y anuencia de Calderón, tiene prometido el cargo a Blanco Tatto, desplazando a Benjamín González Roaro. No hay poder del Estado que detenga lo que hacen del patrimonio nacional los panistas, al convertirlo en botín que se reparten apresuradamente ante su inminente final, ya porque sea realidad el rumor de su renuncia “por causa grave” o porque durante los festejos del bicentenario y el centenario de las revoluciones de 1810 y 1910 irrumpan las guerrillas, revueltas civiles, protestas a causa del desempleo; hambre, enfermedades, alzas de impuestos, represiones contra los trabajadores e inquisiciones administrativas contra las libertades de prensa. Santa Anna y Victoriano Huerta están reencarnando en Calderón y el PAN, anunciando “una noche polar de una dureza y una oscuridad heladas”.
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