Andrés Manuel López Obrador (1953, Macuspana, Tabasco) no ha dejado de ser un combativo y claridoso luchador político, quien dice su verdad y le llama PAN (Partido Acción Nacional) al PAN, y PRI (Partido Revolucionario Institucional) al PRI, sin dejar títere con cabeza.
No ha bajado la guardia, tomando distancia del centro-izquierda, para ubicarse, socialmente, en la frontera del populismo y la izquierda más republicana que democrática, sin perder la orientación de que gobernar es “gobernar en beneficio del pueblo”, consecuente con uno de los principios constitucionales. Es un seguidor, sin concesiones, del patriotismo nacionalista, asido a la historia mexicana más consecuente con el liberalismo político, que menos se exalta en las fiestas al estilo del final porfirista (como si Calderón ya estuviera a bordo del Ipiranga), del bicentenario y centenario respectivamente de las revoluciones de 1810 y 1910. Por cierto y muy a conveniencia de la derecha en el poder, éstas se saltan la gloriosa revolución de 1854, cuando el primer Porfirio, Santa Anna, es derrumbado e irrumpen, con Juárez, el casi único estadista que hemos tenido, la generación de la Constitución de 1857, la Reforma, la derrota de los “franchutes” y con ellos la justicia a secas contra Maximiliano.
Por consecuente con sus convicciones, López Obrador no tiene adversarios políticos, sino enemigos a muerte. No ha dejado, como en este su cuarto libro, de dar ganchos al hígado a sus 30 personajes, a los que agrupa como una mafia que insiste en cuestionar y denunciar. El libro La mafia que se adueñó de México… y el 2012 (en el número 189 de Contralínea, Edgar González Ruiz publica su análisis) expone “El saqueo, abandono, corrupción y pobreza”, “La resistencia y el peregrinar por el país” y “Reto del 2012”. Presenta sus 10 postulados básicos para la transformación del país. Es su nuevo programa para la postulación, ya que él y sus seguidores “albergamos la esperanza de que el cambio es inevitable”.
En el libro –perseverante político que “no tiene pelos en la lengua”– vuelve a fustigar a los que él tacha de integrantes de la mafia que ha controlado política y económicamente a la nación desde los poderes presidencial, empresarial y en las entidades, sumiendo al país en la pobreza y la corrupción. Es un texto donde su autor insiste e insistente remacha sus opiniones y juicios que, a la vez, implican sus propuestas para lo que llama el renacimiento de México. Para los que conocen el pensamiento polémico de López Obrador y aun para los que discrepan de sus tesis, asomarse a las páginas de La mafia que se adueñó de México… y el 2012 no deja de ser una lectura que va poniendo al descubierto la propuesta de un luchador desesperado por las desgracias que acosan a los mexicanos. Es un inventario político de la agenda lopezobradorista con perspectiva para el presente.
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