El gobierno israelí anunció el congelamiento de su contribución a la UNESCO, de la entrega a las autoridades palestinas de lo recaudado por concepto de derechos de aduana y de IVA sobre los productos que llegan a los territorios palestinos a través de puertos y aeropuertos de Israel y la aceleración de la colonización con la construcción de 2 000 viviendas más para los colonos israelíes en tierras palestinas. «Esas medidas han sido adoptadas por los ocho ministros reunidos bajo la presidencia del primer ministro Benjamín Netanyahu, como sanción por el voto de la UNESCO», indica un comunicado oficial.
El lunes 31 de octubre de 2011, la UNESCO admitió a la Autoridad Palestina como miembro pleno de esa institución del sistema de Naciones Unidas como resultado de una votación sobre del pedido de adhesión presentado por los palestinos. El resultado de la votación fue de 107 votos a favor, 52 abstenciones y 14 votos en contra.
Si bien puede resultar comprensible que el Estado hebreo no quiera seguir participando en una organización cuya política desaprueba, lo que sí resulta sorprendente es que justifique el robo de dinero y tierras pertenecientes a los palestinos afirmando que su objetivo es castigar a 107 Estados soberanos que no han hecho otra cosa que ejercer su derecho al voto.
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