Los malos gobernantes que no resuelven los problemas de los gobernados, casi sólo dejan la salida de que éstos se rebelen, empezando por manifestaciones, revueltas y hasta culminar en revoluciones, que se pagan con muertos y destrucción (como la “primavera” árabe y la ejecución en Libia de Gadafi, ante la ira de una nación sometida a 40 años de cruel despotismo). La otra opción es que las sociedades se refugien en sus religiones, esperando un milagro, el cual piden con oraciones y ritos.
Conjeturas
Autor: Álvaro Cepeda Neri *
Sección: Conjeturas
8 DICIEMBRE 2011
En nuestro país (al menos en la ciudad de México), se ha incrementado la veneración a Judas Tadeo (existen otros dos: Judas Iscariote, reivindicado por el descubrimiento de un evangelio que investigan Kasser, Meyer y Wurst, volcado en el libro de National Geographic: El Evangelio de Judas) y Judas Macabeo. Pero es a Judas Tadeo, el de la flama que sale de su cabeza, al cual sus miles de creyentes festejan cada final de mes, y el 28 de octubre van en procesiones a una iglesia en su honor ubicada en el cruce de Paseo de la Reforma y Avenida Hidalgo (en contraesquina de la famosa Alameda Central, que Diego Rivera inmortalizó en su cuadro: Un domingo en la Alameda.
Por casi 24 años (los sexenios malditos de Salinas, Zedillo, Fox y Calderón), los mexicanos hemos ido de mal en peor, con un empobrecimiento del salinismo-zedillista (Partido Revolucionario Institucional, PRI) de 18 millones a 50 millones en la vil pobreza (del foxismo-calderonista del Partido Acción Nacional, PAN); un desempleo infame de 20 millones; más de 3 millones de niños obligados a trabajar y otros miles víctimas de la pederastia (muchos de ellos por clérigos católicos, empezando por Marcial Maciel, exasesor papal); una prostitución por necesidad económica; más de 50 mil homicidios, responsabilidad del Jefe de las Fuerzas Armadas: Calderón y sus contrapartes los Chapo Guzmán; millones de campesinos e indígenas muriendo de enfermedades, y el campo en total abandono.
Por esto, los mexicanos ruegan a sus santos para que les ayude a conseguir empleo, pagar sus deudas (las casas de empeño se han multiplicado vorazmente) y parar la matanza por todo el país; que sus gobernantes ya no roben y que cese la impunidad. A San Judas Tadeo millones de mexicanos piden el milagro de resolver los problemas que les afectan. Y ante el mal gobierno calderonista, el catolicismo mexicano no tiene más esperanza que venerar a quien de cariño llama: “Juditas”. Y en sus iglesias lo visitan con mensajes, velas y copias de su imagen para que sean bendecidas y oran en sus casas.
Y es que no hay otra manera pacífica de resolver los males nacionales. El milagro o los milagros son el único asidero de los mexicanos angustiados, desesperados, porque sus gobernantes panistas, persignados y todo, se han comportado como déspotas que no cumplen con sus obligaciones… así que, hay que rezarle a Judas Tadeo para que su flama nos haga el milagro de que ya se vaya Calderón y las elecciones se realicen. Y que nos indique cuál de los candidatos es el mejor y que cumplirá con su deber constitucional… no haciendo milagros, lo cual, como están las cosas, sí que sería un milagro.
*Periodista
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