Una imagen vale más que mil palabras. Un joven gritando bajo la sombra de una bandera egipcia, un niño soldado desahuciado por el futuro que le depara y un estudiante con su credencial como testimonio fehaciente de su convicción son imágenes que no se olvidan. Vivimos en una época privilegiada, inmersos en las redes de la revolución tecnológica.
La Revolución Árabe, la campaña de Kony 2012 y el movimiento Yo Soy 132 nacen en las redes sociales y, específicamente, en Youtube. En una época en la que la sociedad civil mexicana cuestiona la credibilidad de los medios de comunicación, la herramienta más poderosa de difusión está al alcance de un clic.
La fibra óptica da la vuelta al mundo
De acuerdo con la Asociación Mexicana de la Industria Publicitaria y Comercial en Internet (AMIPCI), existen 40.6 millones de usuarios de internet en México. Con base en la Encuesta AMIPCI de hábitos de los usuarios, 92 por ciento de los encuestados accede a una red social y, de éstos, 60 por ciento está suscrito en Youtube. Estas cifras parecen sorprendentes (y sin embargo, los consumidores más ávidos de Youtube son los saudíes, quienes alcanzan 90 millones de visitas diarias).
El alcance del Youtube es deslumbrante. En 2011, esta red social logró más de 1 trillón de visitas, lo que equivale a 140 visitas por cada persona en el planeta. Éste es un público mayor que cualquier medio de comunicación y con una diversidad de temas, opiniones y objetivos.
Las redes sociales han sido un vehículo para los movimientos sociales en todo el mundo. ¿Hubieran existido estos movimientos sin los medios para divulgar sus causas? Dicho de otra manera, antes del auge de Youtube, Twitter y Facebook, ¿cuántas revoluciones sin nombre se esfumaron en el olvido sin que sus simpatizantes pudieran convencer a otros de participar?
Youtube para los mexicanos
El video “131 alumnos de la Ibero responden” obtuvo 1 millón 18 mil visitas. Así, el 14 de mayo fue un parteaguas para la sociedad civil mexicana, que se apoderó de los medios de comunicación virtuales, libres y sin censura.
Youtube también es una plataforma para politizar a los mexicanos. Los simpatizantes políticos, los apartidistas, los escépticos, los anarquistas, todos tienen un espacio para expresar su opinión y para disentir de otros puntos de vista. Las irregularidades electorales y las inconformidades con el proceso electoral en México dieron la vuelta al mundo. Los mexicanos en Vancouver, Londres, Barcelona y demás ciudades se solidarizaron con miles de personas que han marchado domingo tras domingo en México. De esta manera, se abrió una puerta de comunicación y de movilización con el resto del mundo.
Lo importante no es generar un efecto viral con un video, sino involucrar al espectador en las propuestas de acción de un movimiento. Apoyar una causa implica más que elegir “me gusta” en un video.
Por una parte, Youtube apoya a las organizaciones no gubernamentales en campañas de concientización social para obtener difusión, seguidores y donaciones. En 2010 un video en contra del acoso escolar y bullying recibió más de 50 mil respuestas sobre cómo apoyar a las víctimas de acoso. De esta manera, surgió la organización It Gets Better, que para el final de su primer año logró recaudar más de 100 mil dólares.
Por otra parte, existen organizaciones no gubernamentales que han tenido un gran impacto en la educación por medio de videos en Youtube. La Academia Khan ofrece educación gratuita y confiable a alumnos, profesores, maestros y todo aquel con “hambre” por el conocimiento. Con más de 3 mil 200 videos en inglés, la Academia Khan cuenta con 1 mil 157 videos en español sobre temas como matemáticas, ciencia, economía y humanidades. Si el conocimiento es poder, esta organización está empoderando a más de 320 mil suscriptores.
Compartir el conocimiento de una cultura, tradiciones y problemática social por medio de un video educativo es aportar al capital humano de un país. Si 68 por ciento de los internautas en México tienen entre 12 y 19 años de edad, su educación también se forma con base en lo que absorben de las redes sociales. A medida de que son expuestos a más información y a una mayor diversidad de puntos de vista, su pensamiento crítico se alimenta.
Youtube no es la panacea, pero es una forma de democratizar el acceso y la generación de la información. En un momento en el que los medio de comunicación se tambalean, un ciudadano puede tener una influencia sin precedentes a través de un video.
Las redes sociales han fortalecido la identidad del ciudadano al ofrecerle un espacio en el que puede compartir intereses sociales, políticos y personales con otros internautas. El sentirse acompañado, reconfortado y apoyado por seres virtuales crea una ola de confianza en la causa que persiguen. Así, los cibernautas se involucran en reformas del Estado y se responsabilizan por el futuro colectivo. La democracia se consolida con la participación ciudadana y se construye con base en el consenso de diversas opiniones, muchas que hasta ahora no habían sido escuchadas.
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