Contrariamente a las afirmaciones del gobierno del primer ministro griego Antonis Samaras, el grupo de televisión estatal ERT acumuló en 2012 ganancias ascendentes a 40,9 millones de euros.
Esa cifra desmiente rotundamente el argumento financiero invocado por el gobierno griego para justificar su decisión de cerrar el grupo audiovisual estatal. Y demuestra al mismo tiempo que ese cierre, por instrucciones del Fondo Monetario Internacional (FMI), estuvo motivado por razones de índole exclusivamente política.
Debido al grave perjuicio que esa medida representa para los trabajadores del grupo estatal, que pierden así sus empleos, y para la nación griega en general, el Consejo de Estado de Grecia debe decidir si el cierre estuvo justificado o no.
El personal de ERT ocupa actualmente los locales del grupo y sigue realizando su trabajo, manteniendo además las transmisiones de televisión vía satélite.
El gobierno griego ha comunicado a los operadores de los satélites utilizados que deben interrumpir la señal, provocando así la cólera de la Unión Europea de Radiodifusión (UER).
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