En un tibio día pasando el mes de abril, tus ojos se posaron en mí y yo apenas pude sonreír, no había razón alguna para creer en ti, tenía la seguridad de muy pronto ser la señora de tal pero para cuando llegaste a mi vida, lo empecé a dudar.
En mis lágrimas te miré, en mis tristezas yo te besé, en mis caricias te dibujé, sin verte jamás, de ti me enamoré, cómo ocurrió, no lo sé, sí me lo había prometido una y otra vez.
Me aprendí de memoria aquella estupidez, una falsa teoría de protección, debía ponerla en acción: "es mejor que te amen a que ames tu", vaya la inmadurez fue casi la inmediatez en que no pude ni un día más vivir sin ti.
Vayamos un día a pasear, pósate sobre mis pequeños pies y esquiva conmigo las letanías del destino, ahora o en invierno mejor, ¿qué te parece si llevas una mochila en tus brazos con una pequeña frazada dentro, para olvidar debajo de ella todas nuestras penas y luego entonces hacer un festín?
Hagamos un recital con la lana y el carmesí, con mantos de púrpura y lino fino, mi cintura bailará para ti, ¡por favor besa mis labios hasta San Valentín!
Te doy de beber el fluir de todo mi existir, también tengo leche y miel y muchas partículas de piel que se mezclan en el exilio de amor que en este nuevo día yo te doy.
Quiero sentir en mi piel cómo suena la canción de mi corazón para ti, si en un mar navegamos, déjame poder demostrar que soy una mujer con ansias de tu leal amante llegar a ser, no olvides que deseo tu fiel esposa ser, te entrego la alegría de mis venas, ven y destruye mis penas y te daré la sustancia de mi ser.
Este amor se enreda entre mis tímidas venas y mis dulces arterias, entre tanto frenesí, envuélveme como un tornado, empápame como caramelo de chocolate y enróllame como azúcar en polvo en un pionono de vitrina, moja mis pies con lluvia de mi verano, tómame que mis océanos son infinitos y tócame con cuidado para que no te vayas a quemar porque ardo en fiebre de amor, no temas arriesgarte porque no perderás; imagina que hacemos un árbol para mí y ponemos un pequeño nido con dos pequeños pájaros antes de volar.
¡Ven! te enseño en suspenso todo mi arte en mi soledad, en un rincón de mi sangre tu puedes de emoción llorar, te entrego mi jardín, un lirio y un colibrí para que lo utilices de pinceles y hagas un tatuaje sobre mí, no olvides tu nombre de ángel escribir en el cielo cerquita de aquí, te alimento con un milímetro de un centímetro de mí.
Por ti todo lo dejé, y de cero empecé, jamás olvides todas esas noches en las que te soñé, hicimos un pastel con manjar, creo que era mucho más grande que la torre de Gustave Eiffel, juntos empujamos la torta y ésta se pudo caer, te ruego imagines ahora la lluvia de néctar sobre nuestras pupilas al atardecer y lo alto del dulce de mi cantar, podría empalagar hasta el más exquisito paladar, así es como quiero empaparme de las huellas de tu caminar.
No sé si crees que mi pasión es quizá un poema de amor, una locura en el viento, o te suena a una dulce rima de una clase de naturaleza y biología, puedes pensar lo que quieras, pero esto es lo que me inspiras tú a mí, sólo tengo para ti mariposas que se albergan muy dentro de mí.
Te amo, como jamás amé, jamás nunca amé a alguien así, quien me lo iba a decir, he perdido la cabeza por ti, ya no soy más la novia fugitiva, me he vuelto loca de amor y te lo repito para que quede impregnado mi olor en ti, la cura es peor, dicen, y si adorarte es de locos, hey amor no te demores ni un poco y compremos un compás, un lápiz y un papel, dibujemos un avión con rumbo a mi profundo ombligo de codorniz, colorea la corona de espinas que encontramos antes de sentir, y levantemos un altar para adorar tu y yo.
Perdona cariño mío, con toda humildad y sencillez yo te escribo y este esquema hoy lo publico, en honor a ti, calma que no espero nunca, y con todo respeto que Vargas Llosa en Perú sepa de mí, mucho menos Valdelomar, Becquer, o por Chile, Neptalí Reyes alias Pablo Neruda o quizás Romeo, no me refiero al novio italiano de Julieta sino a Aridjis en México o donde esté, todos ellos vivos en mis noches y mi amanecer, no importa si hay risa o si hay burla; no busco nada, solo demostrar que soy mujer y que puedo hasta el tercer cielo y sin descansar amar, mi pacto es contigo, y te doy un abrazo tan grande que no cabe en Tierra, en Marte, ni en Júpiter, oye mucho menos en Neptuno o en Urano ni en toda la faz del universo, ni en éste ni otros mundos, oye estoy aquí, y como dicen por ahí, y como alguna vez de mis propios versos lo aprendí, Je te aimais, je te aime, et je te aimerais hasta morir.
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