Las mujeres pueden restar o dividir si reciben malos tratos, pero si encuentran el destino adecuado sumarán y multiplicarán tanto que su felicidad será infinita. Compremos un libro en blanco y hagamos un nuevo decálogo, trato, un pacto con reglas que nos permitan ser nosotras mismas sin perder nuestra esencia.
Crece el furor cuando los misógenos notan la inteligencia de las mujeres, en un principio comienza el estado básico de negación, ir por todo lado con la candela en la lengua diciendo que algunas con conocimiento, astucia y sabiduría, no se pintan los labios de color rojo, no pueden vestirse bonito, usar atuendos apretados, faldas cortas, tener tatuajes y mucho menos verse plenas. El estereotipo de una genio es una mujer opaca, amargada, muerta en vida, casi gris, observemos la naturaleza llena de tanta variedad de rosas, únicas y peculiares, así somos las mujeres, tenemos una envoltura física que nada tiene que ver con nuestro desarrollo intelectual.
No soportar la belleza en una mujer, ha llegado a los niveles más altos de oprobiosas estrategias para insultar, frases como que no tienen costillas, que deben tener hasta la respiración operada, que cada semana entran al quirófano para sacarse o aumentarse algunos kilos, que si pasan de los 30 años ya son oficialmente unas ancianas y deben jubilarse del ámbito del amor, porque los hombres las prefieren rubias y jóvenes, pero por más veneno que se destile las mujeres que son hermosas lo serán hasta el día en que todo su cuerpo quede completamente arrugado como una flor disecada en un libro, cuando la fuerza de la gravedad haya dejado una gran huella, quedarán las sonrisas, el semblante de su alegría, dulzura, carisma y confianza en ellas y brillarán con una luz tan potente de impronta inconfundible.
Es tiempo de dejar de hacer lo que siempre nos enseñaron con un manual y empecemos a ser mujeres, sí, pero no las tímidas, introvertidas, cobardes, que callan por el miedo al qué dirán. Demos por concepto totalmente equivocado el que las mujeres “libres” son aquellas que pueden fumar un puro, casarse con gran vestido blanco, tener hijos, un buen trabajo, poseer dos casas, tres autos y viajar por todo el mundo o encapsuladas en las reglas de la moralidad de una sociedad en su mayoría machista y con doble vida.
Hoy en día cuando se tienen sentimientos de odio hacia las mujeres, lo primero que hacen es atacar su intimidad, indicando que traen en sus vidas una larga lista de amantes y de esa forma tratar de hacerlas totalmente invisibles, al ver que no lo consiguen recurren entonces a la burla virtual buscando Twitter, Instagram o Facebook, del padre, del hijo y del novio y comienzan a quemar carbón puro, con flechas de injuria hasta lograr desintegrarlas del planeta, se oyen murmuraciones en todo el barrio, el comentario de la tía, la abuela, la suegra, la cuñada, la prima, la amiga, la comadre, la enemiga y el ex.
Como mujer tengo confianza plena que algo grande viene, que se hará justicia, que la verdad saldrá a la luz, que caerán las máscaras, que nadie ejercerá control sobre nosotras, que los sistemas y títeres del machismo declinarán, que no debemos conformarnos con ser las malas de la película, porque podemos ser las principales protagonistas del cambio, bondad, humildad y sinceridad.
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