El búfalo que redacta estas letras, estuvo el 28 de julio de 1978 en la Plaza Bolívar, con terno y gabán por la llovizna. Era el día magno en que Víctor Raúl iba a pronunciar el discurso inaugural de la Asamblea Constituyente.
Raúl Wiener ha hecho memoria días atrás del asunto, pero con imprecisiones bastante fuertes y debo subrayar que me la pasé actuando. Lo que hubo allí fue una confrontación entre el grupo aprista, conformado por estudiantes, obreros y militantes comunes y la izquierdista Brigada Obrera, gente de construcción civil, todos armados con fierros y varas que pretendían tomar Plaza Bolívar y afear la circunstancia cívica en que Haya de la Torre, como presidente de la Asamblea, pronunciaba o -mejor dicho- leía por primera vez en su vida, un discurso político.
Y estuvimos allí conteniendo los arrebatos de quienes habían logrado una votación importante pero que en la Plaza Bolívar sólo tenían un objetivo y éste era tomarla y de allí forzar o subir las escalinatas e ingresar al Congreso a como diera lugar. El asunto NO prosperó porque así lo impedimos los apristas, entre ellos ¡casi 40 años atrás! el loco Medina, Miguel Angel Lamas, Lucho Rivera, Nel Carretero, Herbert Mujica Rojas y muchos otros que fuimos o golpeados o insultados pero contuvimos la absurda agresión. El enemigo entonces, como hoy, siempre fue la derecha, pero eran tiempos difíciles en que era casi imposible ver a los seguidores de Haya con los comunistas departiendo civilizadamente.
Debo decir que aquella jornada me fue encomendada en su dirección por el Partido, me gané los honores de ser llamado Búfalo en recuerdo del héroe civil Manuel Barreto que cayó el 7 de julio de 1932 en la toma del Cuartel O’Donovan en Trujillo; en 1978 ya era hombre de empresa pero también militante de sangre y doctrina desde mis abuelos, padres, tíos y contemporáneos y ¡todos habíamos pasado por la cárcel o el destierro! De manera que con humildad y orgullo, podía en esa época como en los días actuales mostrar mi indoblegable corazón aprista.
El periodista Wiener usa anteojeras tradicionales muy antiapristas. Y está informado indebidamente. Las únicas armas que en toda su vida ha visto Alan García Pérez fueron las mostradas por los brigadistas o disciplinarios, de lejos, sin balas y tan sólo como exhibición: García Pérez tiene miedo hasta de su sombra y no son pocas las veces que, grandazo como es, terminó luego de alguna bronca o manifestación, debajo de alguna mesa, con soponcio y el corazón acelerado del terror pusilánime de que siempre fue prisionero, ayer y hoy. Sólo en "mancha" es "valiente". Pretender que el señor mencionado cargaba o suministraba armas, es un recurso literario pero ¡absolutamente fantasioso! Y lo afirmo y reto a cualquiera a que me demuestre lo contrario ¡comenzando con el mismísimo Alan tan valiente para violar compañeras pero incapaz siquiera hasta de parar un pleito!
Conozco a Raúl Wiener, siempre nos vemos en el Comité Malpica cada vez que hacemos recuerdo común de Carlos Malpica Silva Santisteban, hijo de mi abuelo Carlos Malpica Rivarola, hombre de fusil y bandera aprista hasta la muerte, pero sería estupendo que pudiéramos charlar sobre estos acontecimientos para recordar con mayor precisión.
Lo de la Plaza Bolívar no logró ser deslucido por los grupos de izquierda porque los disciplinarios y estudiantes apristas lo impedimos. Las únicas dos veces que salió del recinto parlamentario Alan García Pérez lo hizo con Javier Diez Canseco y sólo se dedicó esa tarde fría a mirar al cielo sin decir ni hacer nada ante el desconcierto del resto que esperaba que pusiera coto y límites: ¡nada de nada! Ya perfilaba por esos años, su cobardía tan característica.
Es importante recordar la historia y cautelar que la misma no se distorsione ni sea cautiva de anteojeras o prejuicios. Hoy mismo guardamos amistad con muchos amigos de la izquierda comunista y hay, inclusive, periodistas que han edificado batallas conjuntas con objetivos claros y valientes y en procura de salvaguardar el patrimonio nacional como es el caso de los numerosos pleitos y juicios que han debido afrontar Raúl Wiener y Herbert Mujica Rojas contra Lima Airport Partners.
En recuerdo de todos los compañeros que participaron en la defensa de la Plaza Bolívar cuando Víctor Raúl daba su mensaje en 1978, en homenaje a los que se fueron y viva memoria de un momento cenital de la política peruana, la Asamblea Constituyente, van estas líneas fraternas.
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