Durante la visita del presidente de Estados Unidos en Riad, el rey Abdallah de Arabia Saudita aceptó iniciar un diálogo con Irán, nuevo aliado de Washington en la región.
Debido a ello, Riad recibiría próximamente la visita de Hussein Amir Abdelahyano, responsable del mundo árabe en el ministerio iraní de Relaciones Exteriores. A esa visita seguirían la del jefe de la diplomacia iraní, el ministro Mohammad Jawad Zarif, y finalmente la del presidente de la República Islámica Hassan Rohani.
El antagonismo entre Arabia Saudita e Irán es especialmente grave y está basado simultáneamente en la rivalidad geopolítica y en la doctrina antiimperialista del ayatola Khomeyni. A esos dos factores viene a agregarse el respaldo del actual presidente iraní a la Hermandad Musulmana en Egipto, apoyo que Rohani justifica en nombre de la solidaridad islámica pero que también ilustra su oposición ideológica a la doctrina de Khomeyni. Pero el actual relajamiento de tensiones entre Arabia Saudita y Qatar relega este último problema a un segundo plano
Es posible entonces que se produzcan, entre Riad y Teherán, progresos lentos pero profundos.
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