El 24 de julio de 2014, el vuelo AH5017 entre Uagadugú y Argel [las capitales de Burkina Faso y Argelia] se estrelló en territorio de Mali con 118 personas a bordo, entre las que se encontraban 54 ciudadanos franceses. El avión era propiedad de la empresa española Swiftair, que a su vez lo alquilaba a la compañía Air Algerie.
En 5 días hubo 4 reuniones de urgencia en la sede de la presidencia de Francia y se creó en París un grupo de trabajo de unas 50 personas. El presidente francés Francois Hollande canceló sus viajes oficiales a las islas francesas de la Reunión y Mayotte y ordenó poner las banderas a media asta durante 3 días.
Francia envió de inmediato un centenar de militares y un ministro al lugar de la catástrofe.
Según el diario argelino Echorouk entre las víctimas de la catástrofe había 33 militares franceses y 3 oficiales superiores de la inteligencia francesa, información que ha sido retomada y comentada por la prensa internacional mientras que la prensa de Francia está ocultándola a su público.
Francia está implicada actualmente en varias operaciones militares en diversos países de África.
Según se ha informado, el avión siniestrado cayó desde 10 000 metros en sólo 3 minutos y se pulverizó contra el suelo. El Buró de Investigaciones y Análisis (BEA, siglas en francés) de Francia está trabajando sobre la hipótesis de un accidente imputable a una tempestad aunque sin descartar por ello la posibilidad de un atentado.
Por su parte, la compañía aérea Air France ha prohibido a todos sus aviones sobrevolar la región de la catástrofe hasta nueva orden.
El diario argelino Echorouk precisa, por otro lado, que uno de los pasajeros muertos en la catástrofe era un ciudadano libanés que viajaba en el vuelo AH5017 bajo una identidad falsa por tratarse de uno de los principales responsables del financiamiento del Hezbollah.
El 25 de enero de 2010 varios altos responsables del Hezbollah murieron cuando el vuelo 409 de Ethiopian Airlines cayó al mar en aguas del Mediterráneo. La investigación oficial acreditó la tesis del accidente mientras que la Resistencia libanesa denunciaba un atentado perpetrado por los servicios de inteligencia de Israel.
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