Mientras más se dilata la concepción del F-35, más se felicitan el Pentágono y sus clientes de la OTAN de lo que se empeñan en presentar como un éxito. Pero el hecho es que el avión de guerra que tanto han prometido a los compradores sigue sin existir y lo único que han logrado es hacer volar unos cuantos aparatos viejos con una nueva cabina. Pero, ¡no importa! Italia ya confirmó que comprará 90 ejemplares de un avión de guerra que aún no existe y del que ni siquiera se sabe el precio.
Joe Della Vedova, vocero oficial del Pentágono a cargo del programa F-35, ha anunciado que «Italia mantiene su compromiso con el programa y que comprará 90 cazas F-35».
Fue sólo después de que esta declaración fue dada a conocer por la agencia Reuters que la ministra de Defensa [de Italia] Roberta Pinotti confirmó, con un mensaje en Twitter, que «la cantidad de 90 fue establecida por el anterior gobierno. El programa prosigue según lo comunicado al parlamento».
La ministra olvida que el gobierno de Renzi se comprometió hace 5 meses, en base a una moción del PD (Partito democratico), a «reexaminar el conjunto del programa F-35 para clarificar su estado crítico y costos con el objetivo final de dividir por dos el presupuesto» de 13 000 millones de euros a 6 500 millones, suma con la cual –según se estima– se podrían comprar, además de los 6 ya adquiridos, unos 20 ejemplares del F-35 como máximo. En aquel momento, los medios divulgaron inmediatamente la noticia sobre la «división por 2» de los F-35.
Noticia que ahora se desmiente con el anuncio de que Italia mantiene su compromiso de comprar 90 aparatos, lo cual no nos parece sorprendente ya que siempre sostuvimos que el gobierno de Renzi no tenía ninguna intención de reducir esa cantidad.
Así que Italia se compromete a comprar a la compañía estadounidense Lockheed Martin 90 cazas F-35 –60 de despegue y aterrizaje convencional y 30 de despegue corto y aterrizaje vertical– sin conocer el precio de esos aparatos. Un estimado reciente del Pentágono evalúa el costo de la primera versión en 98 millones de dólares por unidad y en 104 millones el costo unitario de la segunda versión. Pero especifica que ese es el costo del avión «sin incluir el motor», como si un vendedor le dijera al cliente que el motor no está incluido en el precio del auto que va a comprar [1].
Es posible deducir un estimado máximo si tenemos en cuenta que el presupuesto del Pentágono prevé para el año fiscal 2015 una partida de 4 600 millones de dólares para la compra de 26 F-35, o sea 177 millones de dólares –equivalentes a unos 140 millones de euros– por cada avión.
Lockheed asegura que el costo por unidad debe disminuir en la medida en que aumenten los pedidos. Pero no menciona que, como sucede con cualquier tipo de armamento, el F-35 tendrá que ser actualizado continuamente, lo cual hará subir los gastos. Y a eso se agregarán los enormes costos operacionales que implican el mantenimiento y el armamento de una flota de F-35, todo lo cual habrá de pagarse con fondos públicos sustraídos a los gastos sociales.
El complejo de Faco di Cameri, seleccionado por el Pentágono como «polo de mantenimiento de los aviones F-35 desplegados en Europa, ya sean los adquiridos por los países europeos o los de Estados Unidos que operen en Europa», instalación que ya ha costado a Italia 1 000 millones de euros, proporciona empleo a menos de 1 000 trabajadores, cifra que según Finmeccanica se elevaría cuando más a 2 500 cuando la instalación esté al máximo de su actividad. Y al anunciar la selección de Cameri, el general estadounidense Christopher Bogdan explicó que, en lo tocante a los gastos que implicaría el posterior desarrollo del complejo, «los países participantes en el programa F-35 asumen el costo de las inversiones en esas instalaciones».
Los voceros estadounidenses, entrevistados por Reuters en Roma y Washington, se regocijan de que el gobierno de Renzi, «a pesar de las presiones políticas», ha mantenido el compromiso de compra de 90 cazabombarderos F-35, la «cantidad precisa» para garantizar la participación industrial italiana en el programa y, simultáneamente, «la defensa del país».
A esos voceros estadounidenses les parece muy importante que «Italia reemplace su fuerza obsoleta de cazabombarderos» –definición en la que incluyen no sólo los Tornado sino también los Eurofighter Typhoon, que son más recientes– «en un momento de crecientes tensiones internacionales para los miembros de la OTAN, con rebeldes pro-rusos que combaten al gobierno ucraniano y, justo del otro lado del Mediterráneo, con militantes yihadistas avanzando».
Los voceros estadounidenses confirman así que el F-35 es particularmente importante para amarrar más aún Italia a los planes de guerra del Pentágono.
Traducido al español por la Red Voltaire a partir de la versión al francés de Marie-Ange Patrizio
[1] «El avión de combate F-35, la estafa del siglo», Red Voltaire, 1º de mayo de 2014.
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