Después del encuentro del secretario de Estado John Kerry con su homólogo ruso Serguei Lavrov en Sochi, el 12 de mayo de 2015; del viaje del 18 de mayo a Moscú de Daniel Rubinstein, enviado especial estadounidense para Siria, y de una conferencia telefónica realizada el 21 de mayo, Estados Unidos y Rusia han llegado a un acuerdo para abrir un nuevo proceso de paz en Siria.
Este acuerdo se produce a proposición de Washington y a pesar del acentuado enfriamiento de las relaciones diplomáticas estadounidenses con Moscú que venía registrándose desde hace meses.
Washington y Moscú han decidido proseguir su cooperación sobre la eliminación de las armas químicas en Siria (ambas partes saben perfectamente que Israel y Egipto son los únicos países que aún poseen ese tipo de armamento en la región).
Las dos partes parecen haberse puesto de acuerdo en que el presidente sirio Bachar al-Assad cumplirá su mandato presidencial (de 7 años). Las negociaciones del proceso de paz serían sobre la composición de su gobierno.
La oposición siria está representada en las instancias internacionales por la Coalición Nacional (pro-Qatar) que ha boicoteado las consultas de paz recientemente organizadas por Rusia. Los demás partidos políticos de oposición no actúan actualmente en conjunto.
También se ha decidido conformar otras 2 nuevas instancias en las que se insertaría esta última parte de la oposición:
– una Oposición Nacional Siria (independiente) cuya creación tendría lugar los días 8 y 9 de junio, en El Cairo, Egipto,
– y una coordinación apadrinada por Arabia Saudita, que vería la luz en junio o julio, en Riad.
Estos 3 grupos de oposición y el gobierno sirio serán invitados a una conferencia de paz a celebrarse este verano en Kazajstán, Estado musulmán y aliado de Rusia.
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