El derecho a la salud, un logro más de la Revolución Cubana

A más de cinco décadas del triunfo revolucionario y de la implementación de los primeros programas sanitarios, los logros en este campo son una clara muestra de esa afirmación.

El 99,1% de la población cubana está cubierta con un médico y una enfermera de la familia y se espera alcanzar el ciento por ciento en los próximos años.

Desde que el niño viene al mundo se inmuniza contra 13 enfermedades prevenibles, con la aplicación de 11 vacunas, de las cuales 8 son de producción nacional.

Los programas de Salud Pública abarcan desde la atención primaria, materno infantil, enfermedades crónicas no transmisibles, enfermedades transmisibles, atención al adulto mayor, hasta los de tecnología de punta e Institutos de Investigaciones, entre otros.

Hoy existen en todo el archipiélago 284 hospitales y 80 528 camas (7,3 por mil habitantes), 436 policlínicos, 14 434 consultorios del Médico de la Familia y 24 facultades de Ciencias Médicas, por solo citar algunos cifras.

Cuba puede vanagloriarse por los derechos humanos alcanzados, gracias a la Revolución y a su líder histórico indiscutible, Fidel Castro Ruz, quien supo vislumbrar desde su alegato La historia me Absolverá la imperiosa necesidad de cambiar el orden económico, político y social imperante entonces.

La mayor de Las Antillas se siente orgullosa de su ejecutoria en la garantía del ejercicio pleno de los derechos humanos indivisibles, interdependientes, universales, así como derechos económicos, sociales y culturales en igualdad de condiciones para cada cubana y cubano.

Somos un país que ha sabido promover la solidaridad y la cooperación internacional, compartiendo lo que tenemos y no lo que nos sobra, con la convicción de que un mundo mejor para todos, es posible.

Una muestra son las misiones solidarias, que hoy se extienden por cuatro continentes y revisten un carácter único. En efecto, ninguna otra nación del mundo, ni siquiera las más desarrolladas, ha tejido semejante red de colaboración humanitaria a través del planeta.

Desde su inicio en 1963, más de 325 000 colaboradores cubanos de la salud y otro personal sanitario han actuado voluntariamente en 158 países.

Los galenos de la ínsula caribeña atendieron en todos estos años a unos 100 millones de personas en el mundo y salvaron más de un millón de vidas.

Centenares de miles de personas recobraron también la vista tras ser operadas gratuitamente por los médicos cubanos y cerca de 30 000 estudiantes extranjeros cursan carreras gratuitamente en Cuba.

La ayuda internacional cubana se extiende a la mayoría de los países de América Latina y al resto de las regiones subdesarrolladas del planeta, incluidos del Primer Mundo.

Conforme al Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), la ayuda humanitaria cubana representa proporcionalmente al Producto Interno Bruto (PIB), un porcentaje superior al promedio de las 18 naciones más desarrolladas.

En un reciente informe, este organismo de la ONU subraya que “…la cooperación que ofrece Cuba se inscribe en un contexto de cooperación Sur-Sur. No persigue un objetivo de lucro sino que se ofrece al contrario como la expresión de un principio de solidaridad…”

Para concluir, solo bastaría recordar algunos fragmentos de las apreciaciones y formulaciones conceptuales del líder histórico de la Revolución Cubana sobre los derechos humanos, publicadas en el libro Un grano de maíz, del Comandante nicaragüense Tomás Borge, en 1992:

“Si tú piensas que en Cuba se le ha dado a cada ser humano que nace una real y absoluta igualdad de oportunidades para el más pleno desarrollo físico e intelectual, sin discriminación de sexo o de raza, y este beneficio alcanza por igual a todos, sin diferencias entre ricos y pobres, explotadores y explotados, ¿habrá hecho algún país más que nosotros por los derechos humanos?”

“Cuando realmente tú has creado una conciencia solidaria, una conciencia de fraternidad, de hermandad entre los hombres como se ha creado en nuestro país con la Revolución y el socialismo, ¿habrá algún país que haya hecho más por los derechos humanos que lo que hemos hecho nosotros?”

Más claro no puede ser. ¿Quién puede entonces dudar ahora que en Cuba no existen derechos humanos plenos?