Prosigue la puesta en marcha del dispositivo destinado a atacar Libia. Unidades de fuerzas especiales de varios países de la OTAN ya están en el terreno y continúa el despliegue de material de guerra en Francia y en Italia.
Representándonos la farsa del “Estado soberano”, el gobierno [del primer ministro italiano] Matteo Renzi «ha autorizado caso por caso» el despegue de drones armados estadounidenses desde la base de Sigonella (en Sicilia) hacia Libia y otros países. Hoy se sabe que, en 2011, lo que atacó el convoy de Muammar el Kadhafi en Libia, poniéndolo en manos de los milicianos de Misurata, fue un drone Predator Reaper, proveniente de Sigonella y teledirigido desde Las Vegas.
Italia entra así en la lista oficial de bases de los drones estadounidenses de ataque, bajo control exclusivo del Pentágono, lista en la que figuran países como Afganistán, Etiopía, Níger, Arabia Saudita y Turquía.
El ministro [italiano] de Relaciones Exteriores Paolo Gentiloni, quien precisa que «el uso de las bases no requiere una comunicación precisa al parlamento», asegura a la vez que esto «no es el preludio de una intervención militar» en Libia. Pero lo cierto es que la intervención ya comenzó y que fuerzas especiales de Estados Unidos, Reino Unido y Francia ya operan secretamente en el terreno, como confirman el Telegraph [1] y Le Monde [2].
Desde el nudo aeroportuario de Pisa, limítrofe con la base estadounidense de Camp Darby, despegan constantemente aviones de transporte C-130 (probablemente también estadounidenses) que transportan equipamiento militar hacia las bases del sur, y quizás también hacia alguna base en el norte de África.
En Francia, aviones estadounidenses KC-135 han llegado a la base de Istres (en el departamento de Bouches-du-Rhone) para garantizar el abastecimiento en vuelo a los cazabombarderos franceses. La operación no esta dirigida solamente hacia Libia. Istres es la base de la «operación Barkhane», emprendida por Francia en Mauritania, Mali, Níger, Chad y Burkina-Fasso con la participación de 3 000 militares.
En esa misma zona y en Nigeria, opera Estados Unidos con fuerzas especiales, así como una base de drones instalada en Camerún, oficialmente para luchar también contra el Emirato Islámico y sus aliados. Al mismo tiempo, la OTAN ha desplegado en el Mar Egeo el Segundo Grupo Naval Permanente, bajo mando alemán, y varios aviones AWACS (puestos de mando volantes para el control del campo de batalla), oficialmente para «respaldar la respuesta a la crisis de los refugiados» (provocada por las guerras de Estados Unidos y la OTAN contra Libia y Siria).
A esta operación se agregó «Dynamic Manta 2016», ejercicio de la OTAN en el Mar Jónico y en el Canal de Sicilia, donde participan fuerzas aeronavales de Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, España, Grecia, Turquía e Italia. Este último país pone sus bases de Catania, Augusta y Sigonella al servicio de ese ejercicio.
Así se prepara la «operación de mantenimiento de la paz bajo mando italiano» que, con el pretexto de liberarlas del Emirato Islámico, busca ocupar las zonas costeras de Libia económicamente y estratégicamente más importantes.
Sólo falta la «invitación» que podría venir de un fantasmagórico gobierno libio. Para la intervención en Libia, quien está presionando es Hillary Clinton, candidata a la presidencia de Estados Unidos. Según publica el New York Times en una larga investigación [3], la señora Clinton tiene «la visión más agresiva sobre las crisis internacionales». Fue precisamente la señora Clinton quien –en 2011– convenció a Barack Obama de que pusiera fin a las vacilaciones. «El presidente firmó un documento secreto que autorizaba una operación secreta y el envío de armas a los rebeldes», mientras que el Departamento de Estado de la señora Clinton reconocía a los rebeldes como «gobierno legítimo de Libia». El armamento, incluyendo misiles antitanque TOW y radares contra baterías, fue enviado a Bengazi y a ciertos aeropuertos. Simultáneamente, la OTAN –bajo el mando de Estados Unidos– efectuaba el ataque aeronaval, con decenas de miles de bombas y misiles, desmantelando el Estado libio desde fuera y desde dentro.
En 2011, cuando Kadhafi fue linchado, la señora Clinton aulló de alegría con un «¡Guau!» y exclamó: «¡Vinimos, vimos y él murió!». No sabemos cuál será el condottiere que citará para la segunda guerra en Libia. Lo que sí sabemos es quién nos dirige por control remoto… como si Italia fuera un drone.
Traducido al español por la Red Voltaire a partir de la versión al francés de Marie-Ange Patrizio
[1] “US Special Forces thrown out of Libya after secret mission revealed”, Richard Spencer, 18 de diciembre de 2015; “France special forces waging ’secret war’ against Isil in Libya”, David Chazan, 24 de febrero de 2016; “British ’advisers’ deployed to Libya to build anti-Isil cells”, Ruth Sherlock, 27 de febrero de 2016, The Daily Telegraph.
[2] «La France mène des opérations secrètes en Libye», «La guerre secrète de la France en Libye», Nathalie Guibert, Le Monde, 24 de febrero de 2016.
[3] Part 1: “Hillary Clinton, ‘Smart Power’ and a Dictator’s Fall”, Part 2 : “A New Libya, With ‘Very Little Time Left’”, Scott Shane y Jo Becker, The New York Times, 27 de febrero de 2016.
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