Moscú y Washington se habían repartido el Medio Oriente. Sin embargo, los Dos Grandes están enfrentando simultáneamente graves dificultades económicas que los han llevado a decidir retirarse de esa región. Por supuesto, un acuerdo de ese tipo sólo compromete a la parte que lo toma en serio.
Traducción del video
Thierry Meyssan: Hola. Durante el último año hemos sido testigos de un proceso de reequilibrio de las fuerzas militares a través del mundo. Rusia mostró su superioridad en materia de guerra convencional y relegó la OTAN al segundo lugar.
Pero la fase de reequilibrio ha llegado a su fin. Cuando pensábamos que en los próximos años el Medio Oriente se vería dividido entre los rusos –instalados en Siria– y los estadounidenses –instalados principalmente en Irak pero, de hecho, casi por toda la región–, en realidad resulta que las dos grandes potencias van a retirarse del Medio Oriente.
Es posible que ustedes hayan leído, hace un mes, la larga entrevista del presidente Obama en The Atlantic. En ese larguísimo texto, en realidad fruto de toda una serie de encuentros entre el presidente y un periodista y ese mismo periodista y los miembros del gabinete presidencial, el presidente Obama trata de mostrar cuál ha sido su línea directriz a lo largo de sus dos mandatos.
Obama explica que Estados Unidos debe economizar sus medios, que el país ya no cuenta con la capacidad necesaria para dominar el mundo entero, como creían los miembros del Nuevo Siglo Americano, que él se opuso al uso de la fuerza en Siria, principalmente en 2013, en el momento del asunto de las armas químicas, y que hay que velar porque las fuerzas estadounidenses se reserven para las cosas más importantes, como las expediciones previstas en el Extremo Oriente.
Eso quiere decir que, desde el punto de vista de la Casa Blanca, el pacto del USS Quincy ha expirado. Hay que recordar que, en 1945, Estados Unidos concluyó con Arabia Saudita –o más bien con la familia Saud– un pacto en virtud del cual Estados Unidos garantizaba que la familia Saud pudiera mantenerse en el poder mientras que la familia Saud garantizaba el suministro de petróleo a Estados Unidos y, de paso, garantizaba también la seguridad del Estado de Israel.
Esto es también el fin de lo que se llamaba “la doctrina Carter”. En 1980, el presidente Carter había explicado, en su Discurso sobre el Estado de la Unión, que defender el acceso de Estados Unidos a los recursos energéticos del Medio Oriente era a partir de entonces un objetivo estratégico. Y eso llevó posteriormente al presidente Reagan a crear el Central Command [1].
Ahora, todo eso se acabó.
Estados Unidos ya no necesita el petróleo del Medio Oriente porque ahora cuenta para sí mismo con hidrocarburos para varios siglos, con el petróleo descubierto y que ya está siendo explotado en el Golfo de México. Así que el petróleo del Medio Oriente sólo interesa ahora a los europeos, China y Japón. Pero no interesa a ninguno de los Dos Grandes.
Además, seguramente han visto ustedes el programa “Línea Directa con el presidente Putin”, donde este último explicó que su país se retiró… o que retiró sus bombarderos de Siria y que no volvería. Rusia atraviesa actualmente una grave crisis económica a causa de las sanciones europeas, registró casi un 4% de recesión el pasado año y ese índice debería ser de 1,8% este año. Rusia necesitará, por tanto, algún tiempo para recuperarse y, durante ese periodo, el Medio Oriente estará totalmente congelado para los Dos Grandes.
Rusia considera que su objetivo primordial era destruir Daesh [el Emirato Islámico], objetivo alcanzado. Por supuesto, si Daesh llega a recuperar fuerzas, Rusia volverá. Pero eso es muy poco probable.
Rusia no intervendrá en ninguna cuestión interna siria. Ya ha suministrado al ejército sirio armamento muy moderno y entrenó al ejército sirio para que lo utilice. O sea que el ejército sirio puede vencer por sí mismo a los yihadistas.
Queda, sin embargo, una pequeña interrogante sobre la cuestión de los kurdos porque el único interés que Estados Unidos y Rusia tienen actualmente en esta región es detener el avance del presidente turco Erdogan, quien –debido a su ideología supremacista turca– pone en peligro la paz en la región y, a largo plazo, en todo el mundo. Así que los Dos Grandes se han puesto de acuerdo para derrocarlo. Para ello respaldan las organizaciones kurdas. Y si estas fuesen más allá –por ejemplo, tomando Alepo y negándose a devolverlo a su población– entonces no intervendría ninguno de los Dos Grandes.
Por consiguiente, en el mundo que está conformándose ante nuestra mirada, el Medio Oriente se queda ahora huérfano, ya no habrá potencias coloniales para inclinar la balanza hacia uno u otro lado y las fuerzas del Medio Oriente tendrán que actuar de manera adulta, abandonando la infantilización del periodo colonial.
Es por ello que Arabia Saudita e Irán ya están librando una guerra a muerte por extender cada uno su propia influencia en esta región.
[1] El Central Command, o CentCom, es uno de los 9 mandos unificados regionales del Departamento de Defensa para garantizar la coordinación de las operaciones militares estadounidenses fuera de Estados Unidos. El CentCom, a veces designado también como USCENTCOM, está a cargo de la coordinación de las operaciones y de las fuerzas militares estadounidenses presentes en todo el Medio Oriente, lo cual incluye el Golfo Arábigo-Pérsico, el Cuerno de África y el Asia Central. Nota de la Red-Voltaire.
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