Para el sector empresarial mexicano la inevitable despetrolización de la economía cambió todos los escenarios. Sin una ley como la Sarbanes Oxley o un sin número de normas anticorrupción que imponen severos candados a las compañías estadounidenses para evitar acciones como el cohecho, sobornos o cualquier clase de actividad vinculada con la corrupción, en México las llamadas comisiones en contratos con los gobiernos federales o estatales se habían convertido –lamentablemente-– en un estilo de hacer negocios. Sin embargo, con la caída en los precios del petróleo que también impactó a los negocios en el sector eléctrico y, por su puesto, los recursos para obras de infraestructura (presas, hidroeléctricas, carreteras, puentes, escuelas, hospitales) se generó una obligada revolución moral en las empresas. Simplemente ya no hay dinero para actos de corrupción y los contratos con el gobierno –al menos por ahora– son escasos y pequeños. Ahora el sector privado quiere licitaciones justas, trámites sin corrupción y, por supuesto, que el gobierno deje de gastar en celulares, choferes, viajes, comidas y casas porque tampoco desean incrementos en los impuestos para compensar el déficit ante la ausencia de la factura petrolero.
Así llega a México la obligada reconversión moral de las empresas y se comienza a romper con la necesidad de coludirse con el gobierno. Consultores como Deloitte (una de las grandes firmas de servicios fiscales) ofrecen servicios de denuncias anónimas para compañías que están dispuestas a erradicar prácticas de corrupción entre sus empleados porque éste flagelo también impacta las compras privadas y las componendas entre proveedores coludidos con ejecutivos poco honestos. El servicio de Deloittte se llama Tips Anónimos; ha tenido muy buenos resultados aunque también debe mejor la promesa de confidencialidad porque sus denuncias no siempre han estado libre de revanchas para quienes se atreven a decir “no” a la corrupción.
Mercado de valores, el otro candado
El origen de esta incipiente revolución moral en el sector privado es el mismo: se acaba el dinero para permitir o tolerar prácticas de corrupción. Por eso, el paquete de leyes anticorrupción que tanto escozor causa entre la clase política resulta tan relevante para el país. Muchos políticos saben que el otro eslabón para la corrupción en la que ellos han participado se encuentra en el sector privado y por ello lanzaron una contraofensiva que involucra a los empresarios. Las quejas no se hicieron esperar porque se interpretó como una revancha por el impulso de la Ley 3de3 que surge de una petición ciudadana. En realidad, el gobierno federal tendría otras vías para acotar la corrupción privada y su transmisión al sector público. Es el mercado de valores la puerta a la prevención, vigilancia y sanción de actos de corrupción. Durante los últimos años, ha sido el dinero de los trabajadores a través de las Administradoras de Fondos para el Retiro (Afores) el que ha financiado centros comerciales, carreteras y todo tipo de obras. Gracias a la emisión de instrumentos como los Certificados de Capital para el Desarrollo se ha obtenido dinero público de los trabajadores. Allí está el otro candado contra la corrupción porque la empresa que quiera dinero de los fondos de pensiones tendrá que demostrar que es honesta y transparente.
Consar se ocupará de migrantes
La Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro (Consar) que encabeza Carlos Ramírez se ocupará también de la información y orientación a un segmento de la población que resulta clave y estratégico para el país. Nos referimos a los trabajadores migrantes que no sólo aportan divisas para el impulso de la economía sino que han resuelto su necesidad de trabajo fuera de las fronteras. Al terminar su vida productiva, sin embargo, existe la posibilidad de que regresen al país. Algunos lograrán un plan de retiro en Estados Unidos. La gran mayoría no. Por ello, la Consar busca que esos trabajadores participen en planes voluntarios para el retiro. Están pendientes, sin embargo, reformas a leyes laborales y financieras que impulsen cambios en el monto de las aportaciones a los planes de retiro. Es un hecho que no serán suficientes los fondos para pensiones acumulados desde las reformas de 1992.
Bancos van por nominahabientes
De acuerdo con cifras del sector bancario y de otros intermediarios, los créditos con descuento a nómina (Payroll Loans) superan ya la cifra de 175 mil 700 millones de pesos, lo que representó el 24 por ciento de los créditos al consumo en todo el país. Este tipo de créditos se ha convertido en un buen negocio para los intermediarios financieros porque su índice de pago y cumplimiento es de hasta un 97 por ciento.
Por ello, muchos analistas aseguran que contratar un crédito con descuento a nómina puede convertirse en el inicio de una historia de éxito para tu historial crediticio. Hay una gran competencia por este tipo de clientes entre las instituciones financieras porque, como ya dijimos, cumplen en casi todos los casos. El empleo formal, el que se registra ante el IMSS, está aumentando y esas tarjetas de nómina que se entregan a los trabajadores ofrecen la oportunidad de contratar un crédito personal. En el último trienio, en los últimos tres años, de acuerdo con datos del IMSS, se habrían creado 2 millones de fuentes de trabajo. Para este 2016 se estima, además, que el PIB crecería entre 2.5 y 2.6 por ciento y que, por lo tanto, el consumo interno seguirá aportando dinamismo a la economía.
Fovissste e Infonavit unirán créditos
Para seguir apuntalando la industria de la vivienda, los estrategas del gobierno federal responsables de las políticas públicas en este sector anunciarán en unos días la integración de créditos de los derechohabientes del Fovissste que encabeza Ricardo Luis Antonio Godina y del Infonavit que ahora se encuentra bajo la responsabilidad de David Penchyna.
El objetivo es incrementar el monto de cofinanciamiento para la adquisición de vivienda altamente sustentable. Hasta hace una década, los créditos del Infonavit estaban estigmatizados como el financiamiento que sólo podía utilizarse para comprar pequeños departamentos en zonas muy alejadas que constituyeron la semilla de las llamadas ciudades durmientes. En nuestro país, más de 250 mil viviendas se encuentran prácticamente abandonadas. Fue también hace diez años cuando muchos desarrolladores de vivienda encontraron en los créditos del Infonavit su principal argumento y palanca de venta, aunque para el acreditado el departamento no fuera la mejor opción. Ahora, la estrategia del Infonavit y del Fovissste es apoyar a aquellos derechohabientes que pueden consolidar un crédito conyugal con un mayor monto, lo que les permitiría tener acceso a otros financiamientos bancarios más altos y, por supuesto, a un inmueble mejor valuado. Los bienes raíces han incrementado sustancialmente su valor consolidándose como activos refugio, por lo que se elevó el monto de enganches y los créditos hipotecarios.
AT&T y la preponderancia
a telefónica estadounidense AT&T que aquí encabeza Thaddeus Arroyo está agradecida con la apertura a la inversión extranjera en el sector de las telecomunicaciones. No está contenta, sin embargo, con el ambiente para competir, pero invertirá más de 3 mil millones de dólares para ir por el mercado mexicano. Su participación de mercado no llega a dos dígito pero se encuentra optimista de que los reguladores en el Instituto Federal de Telecomunicaciones (Ifetel) bajo la responsabilidad de Gabriel Contreras seguirán empujando para contar con una cancha pareja. A marchas forzadas instalan antenas para ampliar su red y llevar un servicio que marque la diferencia frente a los consumidores. Esa es la promesa. Cristina Ruiz de Velasco, directora de Asuntos Externos de AT&T, nos aseguró en entrevista que los consumidores mexicanos podrán llegar a la época del Internet de las cosas con un mejor servicio. En el primer semestre de este año, AT&T ganó 566 mil clientes móviles pero quiere más y asegura que las tarifas gracias a su participación en el mercado han caído 16 por ciento. American Móvil tiene más del 70 por ciento del mercado así que la batalla no será fácil.
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