Las deficiencias se vienen repitiendo en Migraciones, no al nivel oprobioso y de colas interminables como en la triste era Potozén, pero los usuarios, es decir los ciudadanos, ven cómo sus pasaportes electrónicos recién serán entregados en 50 días o más. Y estamos ahora bajo la dirección del señor Eduardo Sevilla que carga con una pesada cruz.
De repente una información más detallada de lo que viene ocurriendo, sería útil para que el público entienda de qué se trata. El sábado pasado Migraciones anunció que a pesar de haberse comunicado con el proveedor Gemalto-Imprimerie Nationale, las caídas del sistema para los pasaportes electrónicos, aún no habían sido solucionadas.
El mismo sábado anterior se puso en conocimiento de la opinión pública la salida de Soledad Canaza, personaje central inamovible y que viene desde los días del muy gris y mediocre Edgar Reymundo, cuyas políticas de persecución y acoso contra el personal de Migraciones, son un capítulo aparte pero que demuestran que nunca fue el norte enriquecer a la institución.
Cuando nuestra visita a Migraciones, el 25 de agosto, dejamos comunicación escrita dirigida al Superintendente Nacional de Migraciones, Eduardo Sevilla:
“En ocasión de desearle los mejores y más resonantes éxitos en su cargo, pongo a su disposición textos y documentos referidos a las presuntas irregularidades en el proceso integral de pasaportes electrónicos que, en defensa del interés público, escribí, publiqué y denuncié ante la Fiscalía Anticorrupción y Contraloría General de la República en el período que va de setiembre 2015 a la fecha.
……………… Perú aguarda que su gestión sea una sobresaliente porque no hay otro modo de concebir al funcionario público, máxime si tiene ejecutoria y probanza de calidad que lo precede en otras dependencias del Estado, como es su caso.”
Las clamorosas caídas del sistema, en reiteradas oportunidades, pueden deberse a múltiples causas, entre ellas, un boicot contra la nueva administración del señor Sevilla y también al mal diseño o deficiencias implementadas por los ganadores de la muy discutida buena pro, Gemalto-Imprimerie Nationale.
En cualquier caso, la falta de información alimenta dudas que no hacen bien a ninguna administración, especialmente si es una nueva como la del Superintendente Sevilla.
Recordemos que el señor Boris Potozén dijo en decenas de entrevistas en los medios de comunicación que el pasaporte electrónico sería entregado al día y en todas las sedes y, por supuesto, con el gran favoritismo que tendrá que investigarse que mostró por el consorcio Gemalto-Imprimerie que no sólo está en Migraciones sino también en Cancillería.
Días atrás, convocado por la Contraloría General de la República, ratifiqué mi convicción que no hay explicaciones para el sobreprecio de S/ 56 millones, de los pasaportes electrónicos en Cancillería toda vez que el proveedor es el mismo, Gemalto-Imprimerie Nationale y la buena pro fue otorgada en circunstancias insólitas y sospechosas.
Hay razones ciudadanas que demandan que el Superintendente Nacional de Migraciones dé más información sobre lo que está ocurriendo al interior de su institución. Y si hay que tomar decisiones drásticas, pues no cabe duda posible sobre un particular tan importante que beneficia al cliente.
Deber periodístico es seguir informando y así lo hacemos.
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