Refiriéndose a los jóvenes que ya anunciaron su intención de salir a las calles a protestar contra un posible indulto presidencial en favor de Alberto Fujimori, la titular del Congreso, Luz Salgado, los llamó “hipócritas”. Y siendo yo mismo un joven de acreditada antigüedad siento que puedo y debo responderle: ¡No todos son hipócritas!
A la fecha no hay quien pueda rebatir la ilegalidad de un indulto que no cumple con los requisitos indispensables. La denuncia fundamentada la ha hecho el doctor Guillermo Olivera Díaz en su trabajo: “¡Kuczynski delinque ordenando se tramite indulto prohibido!”
Cuando los grupos juveniles deciden protestar contra la maniobra ilegal lo hacen en el supremo ejercicio democrático de votar con los pies y en repudio a lo que consideran está mal. Obviamente que hay un puñado de irresponsables cuyo negocio consiste en la oposición a troche y moche y cualquier referencia al fujimorismo les enciende las luces de emergencia. No deslindan aquellos con los violentistas que aparecen también convocando y el fin no es sino mantenerse en “vigencia”. ¡Esos sí son irresponsables!
Pero generalizar como la hecho la señora Luz Salgado y meter a todos en un mismo saco sí que es una temeridad. Es como confundir a los fujimoristas antiguos, los que salieron por las patas de los caballos, desprestigiados luego de haber incurrido en miles de delitos y faltas contra los derechos humanos y el patrimonio de la Nación en 1990 y el 2000, con los más nuevos que es hasta probable que ignoren esta historia, como cualquier otra.
Hay fotos y testimonios que acreditan la veracidad de lo antedicho.
Hipócrita es el que imposta la voz, muestra modales afectados de “político” y se cree dueño, mando e ideoneidad de que carece por su pasado reciente y vergonzoso. ¿Puede reputarse a los jóvenes hipocresía cuando con sinceridad marchan para testimoniar su protesta principista? ¡De ninguna manera!
Los violentistas no tienen nada que decir en este debate y sí son irresponsables e hipócritas los grupos políticos que no rompen con ellos y les confinan absolutamente lejos de cualquier dinámica popular en las calles.
Y los jóvenes que estamos por encima de los 40, 50, 60 ó 70, nos unimos también al colectivo.
Las calles son del pueblo y no serán los farsantes los que lideren el ejercicio democrático de la protesta. Así de simple señora Salgado porque no todos son hipócritas.
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