Desde hace 35 años, el periódico El País, editado en España con circulación europea y latinoamericana, organiza el concurso Ortega y Gasset (en honor al pensador José Ortega y Gasset, 1883-1955) cuya obra completa es de 11 volúmenes con más de 20 libros. Su célebre La rebelión de las masas se sigue leyendo. Y fundó la famosa Revista de Occidente, donde publicó excelentes materiales de política, literatura, sociológica, etcétera. Durante 40 años fue el eje de “la vida cultural de España con influencia en países de lengua española”. A Julián Marías le debemos su minibiografía, en la Enciclopedia Internacional de Ciencias Sociales.
Pues bien, en su honor y distinguiendo a los premiados, se ha celebrado la premiación en investigación periodística, reportaje y trabajo de trayectoria profesional. Y no hubo el merecido eco en los medios mexicanos, porque tres periodistas-reporteros fueron distinguidos por su investigación para el portal de noticias Animal Político –que dirige Daniel Moreno–, sobre la corrupción económica en Sedesol, cuando tuvieron la titularidad de esa dependencia que pertenece al despacho presidencial: Rosario Robles, y después su relevo y tapadera: José Antonio Meade Kuribreña, alias Mid. Premio que se entregará en la ceremonia a celebrarse el 7 de mayo, allá en Madrid, conforme a la información de El País (4 de abril de 2018).
Ha sido un reconocimiento merecido a los reporteros: Nayeli Roldán y Manuel Ureste Cava con Miriam Castillo de la OGN: “Mexicanos contra la corrupción y la impunidad”, que pusieron al descubierto la maniobra de un “desvío” por más de 300 millones de pesos, para lo que utilizaron el nombre de 11 universidades y 128 empresas; éstas inexistentes y las otras reales, y que nunca recibieron un peso. Y con las herramientas del periodismo de investigación sobre hechos y pistas judiciales, Nayeli y Miriam con Manuel penetraron esa red-telaraña burocrática-administrativa por donde transitaron esos millones del erario público; en una historia que no ha llegado a su final hasta que no caigan las cabezas y bolsillos de quienes se enriquecieron. Y que en esta columna preguntamos: ¿Será Rosario? ¿Será Meade-Mid? ¿Será Peña? ¿Será Luis Miranda? Será Videgaray? ¿Serán todos a una y cada quien para su santo?
El portal periodístico Animal Político dio a conocer la información y generó un escándalo y reacción de Mid, quien hasta amenazó con demandar a los autores del reportaje y al mismo Daniel Moreno; lo cual, por angas o mangas, quedó en amenaza no cumplida. ¿Por qué? Quiere decir que la llamada “estafa maestra” es un hecho y en ella están involucrados más de una y más de uno de los sospechosos que pasarán con los nombres de: Rosario “N”, Enrique “N”, José Antonio “N”, Luis Enrique “N”, Luis “N” y otros “N” con el rostro semiborrado mientras sean presuntos; aunque, como en los carnavales les digan: “te conozco mascarita”.
Al desentrañar la “estafa maestra” los periodistas y la organización no gubernamental lograron una investigación periodística que exhibió, una vez más, la ya insoportable corrupción del régimen peñista; una muestra del sistema presidencialista que lleva sexenios haciendo del dinero público –o sea del pueblo– un botín. Es un trabajo de gran calidad analizando cuantitativamente con documentos, atajos burocráticos, triangulación de envíos y descubriendo nombres ficticios de empresas “fantasmas”. Casi un año de perseverar en la búsqueda de huellas en más de 14 mil datos y mar adentro de las torcidas maniobras de funcionarios, que –digo– a la mejor buscaban “ahorrar” para la campaña presidencial ya en marcha del PRI-Peña y que por eso no hay consignaciones de la PGR. Y las denuncias de la Contraloría Superior de la Federación están “congeladas”, archivadas o ya desaparecidas.
El reportaje de Animal Político aún no termina, ya que sus consecuencias están por estallar, antes de las elecciones presidenciales en nuestro país o en la toma de posesión del electo. Es una bomba de tiempo bajo la corrupción mexicana. Los periodistas: Miriam Castillo, Manuel Ureste y Nayeli Roldán han cumplido con su deber periodístico, al revelar la trama de esa “estafa maestra” que puso los reflectores sobre el peñismo y su cártel de funcionarios en el contexto de un sexenio totalmente putrefacto por la corrupción de sus exdesgobernadores y el propio peñismo; que va desde la “casa blanca” a Sedesol.
Eso es lo que sabemos, pero hay más “estafas”, robos y enriquecimientos ilícitos, porque los dineros públicos siempre han sido un botín para quienes ocupan los cargos. Ese reconocimiento ha sido una merecida distinción; y el hecho de que haya sido una organización periodística la que lo otorga, lo hace tener una fuerza de vasos comunicantes: periodistas certificando a periodistas. En un trabajo que resultó porque el portal de noticias Animal Político no dio su brazo a torcer, y sacó a la luz pública la información que sus reporteros fueron rastreando hasta llegar a la carnada millonaria; la que pescó a varios funcionarios que están en la mira de la corrupción.
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