Luego de su largo enfrentamiento con la secta Falun Gong [1], la República Popular China descubre ahora con perplejidad el resurgimiento del «Movimiento del Retorno a Jerusalén».
Se trata de una secta evangélica que en los años 1920 fue poderosa en la provincia de Shandong –región de tradición sincrética en el noreste de China. Esa secta, desapareció con la revolución nacionalista, pero está resurgiendo ahora, principalmente entre la diáspora china en África.
Hoy la dirige –desde Londres– el Hermano Yun (ver foto), cuyo nombre real es Liu Zhenying, un pastor que, estando preso en China, al parecer se escapó de una cárcel de alta seguridad porque es capaz de hacerse invisible. También se dice que ayunó durante 80 días, o sea el doble de tiempo que Cristo.
Los misionarios de la secta «Movimiento del Retorno a Jerusalén» están haciendo labor de proselitismo en las regiones por donde pasa la Nueva Ruta de la Seda, inculcan a la diáspora una ideología anticomunista y presentan al presidente chino Xi Jinping como un falso dios.
Recientemente esa secta ha comenzado a tratar de enraizarse en la República Popular China, esencialmente utilizando para ello el regreso de los chinos de la diáspora. Pekín parece tomar muy en serio el peligro que representa ese movimiento.
[1] «Falun Gong, arma de la CIA contra el “Gran Dragón Rojo”», por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 23 de agosto de 2009.
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