El secretario general del Hezbollah, Hassan Nasrallah, saludó la firmeza que los dirigentes libaneses mostraron ante Estados Unidos durante la reciente visita del secretario de Estado estadounidense Mike Pompeo.
Durante su estancia en Líbano, iniciada el 22 de marzo de 2019, Pompeo se reunió por separado con las tres principales autoridades del Líbano –el presidente de la República, el primer ministro y el presidente del parlamento– y con otras personalidades tratando de llevarlos a apoyar una propuesta para que Líbano comparta con Israel la explotación de la zona marítima donde se han localizado yacimientos de hidrocarburos, para que el Estado libanés intervenga en la agresión de Occidente contra Siria y bloquee el regreso de los refugiados sirios a su país.
Sin embargo, por primera vez desde el fin de la guerra civil libanesa y la firma de los acuerdos de Taif (en 1989), los dirigentes libaneses de todas las tendencias asumieron unánimemente la defensa de los intereses de su país.
El secretario de Estado Mike Pompeo encontró la misma actitud de firmeza en sus reuniones con el presidente de la República, el cristiano maronita Michel Aoun; con el presidente del parlamento, el musulmán chiita Nabih Berri; y con el primer ministro, el musulmán sunnita Saad Hariri; así como con los criminales de guerra Walid Jumblatt (musulmán chiita) y Samir Geagea (cristiano maronita).
En un discurso difundido por televisión el 26 de marzo, Hassan Nasrallah interpretó las acusaciones del secretario de Estado contra la resistencia libanesa [1] como el clásico “homenaje del vicio a la virtud” y seguidamente desmontó una tras otra todas las alegaciones de Estados Unidos contra el Hezbollah.
El secretario general de ese movimiento libanés de resistencia contra la ocupación israelí subrayó además 2 hechos nuevos:
– que Estados Unidos acaba de abandonar a su suerte a los mercenarios de las llamadas “Fuerzas Democráticas Sirias” (FDS), traición que debería llevar a todos los aliados de Washington en el Medio Oriente a reflexionar sobre su propio porvenir;
– y que, al afirmar ahora que el Golán sirio ocupado es territorio israelí, Washington reniega del voto estadounidense en el Consejo de Seguridad de la ONU a favor de la resolución que reafirmó la soberanía de Siria sobre el Golán ocupado, contradicción que viene a confirmar la impotencia de la ONU en cuanto a hacer respetar el derecho internacional.
[1] «Advertencia estadounidense a los libaneses», Red Voltaire, 25 de marzo de 2019.
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