Las declaraciones del Equipo de Investigación Conjunto (JIT, siglas en inglés) en la rueda de prensa celebrada el 19 de junio sobre la presunta implicación de los militares rusos en la catástrofe del Boeing malasio que realizaba el vuelo MH17 suscitan una decepción. De nuevo se lanzan acusaciones absolutamente infundadas contra Rusia encaminadas a desprestigiar a la Federación de Rusia ante la comunidad internacional.
Igual que en las anteriores ruedas de prensa ofrecidas por el JIT, esta vez tampoco se presentó prueba concreta que respaldase las declaraciones arbitrarias.
Es obvio que el JIT sigue limitándose a argumentos poco convincentes formulados, en particular, con apoyo de las fuentes de información dudosas. Y los datos entregados por la parte rusa a los investigadores siguen desestimándose tenazmente.
Además, los representantes del JIT afirman que Rusia se niega a cooperar plenamente. Rechazamos con firmeza esas acusaciones. Desde el primer día de la tragedia la Federación de Rusia estuvo interesada en la mayor medida en establecer la verdad y está dispuesta a ofrecer todo el apoyo necesario a la investigación. Rusia cooperó con Países Bajos de manera enérgica y proporcionó toda la información que tenía sobre la catástrofe del MH17. En el marco de esta cooperación, las entidades competentes rusas realizaron un volumen enorme de trabajo sin precedente: desde la desclasificación de datos sobre el material bélico ruso y la realización de un complicado experimento por el consorcio ruso Almaz-Antey hasta la entrega de los datos de radar primarios y documentos que prueban el origen ucraniano del misil que derribó el Boeing malasio y pruebas periciales de alta precisión que ponen de relieve la falsedad de los vídeos en que el JIT sustenta sus conclusiones.
Además, Rusia propuso trabajar conjuntamente desde el inicio. En vez de esto, los investigadores internacionales apartaron a Moscú de una plena participación en el JIT dando a los esfuerzos de la parte rusa solo un papel secundario. Mientras, Ucrania se convirtió en su pleno miembro al obtener la oportunidad de inventar las pruebas y reducir a la nada su responsabilidad por no haber cerrado su espacio aéreo.
En esta coyuntura, nos continúan surgiendo preguntas justificadas sobre la calidad de trabajo del JIT. Todo esto confirma los temores que ya manifestamos sobre la parcialidad y la distorsión del proceso.
A pesar de esto, Rusia seguirá prestando apoyo a la investigación para establecer la verdad sobre la catástrofe del vuelo МН17, y para que los responsables reales de lo sucedido sean justamente castigados.
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