Se recrudece la tensión entre Turquía y los demás países miembros de la OTAN.
Turquía compró a Rusia el sistema de defensa antiaérea S-400 y ahora se plantea la posibilidad de adquirir también aviones rusos de combate. Se trata de adquisiciones que no violan los acuerdos de Turquía con la OTAN pero la alianza atlántica afirma que contradicen la compatibilidad entre los sistemas de armas de sus miembros. Aunque Estados Unidos comunicó explícitamente al gobierno turco su rotunda oposición a la adquisición de armamento ruso, la entrega de los misiles antiaéreos acaba de concretarse.
Al mismo tiempo, Turquía ha iniciado trabajos de prospección en busca de petróleo en la zona marítima exclusiva de Chipre. La República de Chipre ha denunciado la intrusión turca y obtenido el apoyo político de la Unión Europea, de la cual Chipre es miembro pleno.
Turquía no reconoce la República de Chipre desde que la isla alcanzó la independencia –en 1960– y se planteó –en 1963– un proyecto de unión con Grecia, rechazado por la población minoritaria de origen turco. En 1974, Turquía invadió el noreste de la isla durante la Operación Atila y proclamó allí un «Estado Federal Turco de Chipre» que se convertiría después en la actual República Turca del Norte de Chipre, un Estado de facto reconocido únicamente por Turquía.
Actualmente, Turquía dice defender los derechos de los turcochipriotas como propietarios –a partes iguales con la comunidad grecochipriota– del petróleo existente en la zona marítima exclusiva de la isla. Por su parte, la República de Chipre denuncia la ocupación militar turca del noreste de la isla y la intrusión de Turquía en su zona marítima exclusiva.
Desde que la República de Chipre se convirtió en miembro de la Unión Europea –en 2004– esta última le ha expresado su apoyo pero sin hacer nunca el menor esfuerzo concreto por defenderla ante Turquía.
Recientemente, el 22 de julio de 2019, el ministro de Exteriores de Turquía, Mevlut Cavusoglu, anunció a través de la televisora turca TGRT la suspensión del acuerdo entre su país y la Unión Europea sobre las migraciones, información silenciada por los medios de prensa europeos.
Debido a las reacciones negativas de la ciudadanía de los países europeos ante la llegada masiva de migrantes a través de Turquía registrada en 2015, el gobierno turco se había comprometido entonces a controlar sus fronteras con la Unión Europea a cambio de una dispensa de visados para los turcos y de una subvención anual de 3 000 millones de dólares para continuar la guerra contra Siria. Aquel acuerdo fue aceptado durante un consejo de jefes de Estado y/o de gobierno europeos, realizado el 28 de junio de 2016 en presencia del secretario general de la OTAN. Desde aquel momento, la Unión Europea entregó en efecto a Turquía la suma mencionada sin que se sepa de dónde proviene ese dinero, que no aparece reflejado en el presupuesto de la UE.
El 24 de julio, Turquía anunció repentinamente haber detenido más de 6 000 migrantes, entre los cuales decía haber hallado algunos sirios. La prensa de la Unión Europea interpretó el anuncio en función de las elecciones para la alcaldía de Estambul y sin vincularlo con la suspensión de su propio acuerdo con Turquía.
El intento de asesinato contra el presidente turco Recep Tayyip Erdogan, cuyos autores improvisaron un golpe de Estado el 15 de julio de 2016, abrió en Turquía una serie de purgas que retrasó los procesos en marcha entre ese país y la Unión Europea. Es posible que haya llegado el momento de aclarar las cosas entre ambas partes.
Manténgase en contacto
Síganos en las redes sociales
Subscribe to weekly newsletter