La Liga Islámica Mundial (también designada como Liga Mundial Islámica o Liga del Mundo Islámico) organizó en la capital de Francia una «Conferencia Internacional de París por la Paz y la Solidaridad», realizada el 17 de septiembre de 2019.
Entre los invitados figuraban el Gran Rabino de Francia, Haim Korsia; monseñor Gerard Defois, ex arzobispo de la ciudad francesa de Lille, y el presidente de la Federación Protestante de Francia, Francois Clavairoly.
Durante la guerra fría, en 1962, la CIA “sugirió” a ARAMCO (la Arabian-American Oil Company) la creación de la Liga Islámica Mundial para financiar la Hermandad Musulmana y la Orden de los Naqchbandis contra los nacionalistas y los comunistas [1]. En aquella época, el egipcio Said Ramadan, el pakistaní Sayyid Abul Ala Maududi y el indio Abu Al-Hasan Ali Al-Nadwi eran miembros del consejo de administración de la Liga Islámica Mundial, organización que financió la difusión del wahabismo a nivel mundial y la compra de armamento para el yihadismo, inicialmente en Yemen y contra el presidente egipcio Gamal Abdel Nasser y, posteriormente, en el mundo entero, incluyendo el armamento utilizado por el Emirato Islámico (Daesh), en 2014. En 2017, el presupuesto de la Liga Islámica Mundial era superior al presupuesto del ministerio de Defensa de Arabia Saudita.
El actual secretario general de la Liga Islámica Mundial, Mohamed al-Issa, fue ministro de Justicia de Arabia Saudita, desde 2009 hasta 2015. Bajo su mandato de ministro de Justicia del reino, cientos de personas fueron condenadas a muerte por decapitación, entre ellas el principal líder de la oposición, el jeque chiita Nimr Baqr al-Nimr [2].
Sin embargo, desde que el presidente estadounidense Donald Trump pronunció su discurso de Riad, en mayo de 2017, el secretario general de la Liga Islámica Mundial se presenta como partidario del diálogo entre las diferentes religiones. En mayo de 2019, incluso forzó la adopción de la Declaración de La Meca por parte de los jefes de Estado y de gobierno de la Organización de la Cooperación Islámica
[3]. Es importante recordar aquí que, al contrario de lo que se afirma en esa declaración, la libertad de culto sigue siendo inexistente en Arabia Saudita, donde la práctica de un culto no musulmán es un camino seguro hacia la cárcel y la conversión de un musulmán a otra religión se castiga con la pena de muerte.
[1] Dr. Saoud et Mr. Djihad. La diplomatie religieuse de l’Arabie saoudite, Pierre Conesa, prefacio de Hubert Vedrine, Robert Laffont (2016). Ver también la historia de la Hermandad Musulmana en el libro de Thierry Meyssan Sous nos yeux, Demi-Lune (2017). Este último texto fue publicado en español, en 6 partes, en Voltairenet.org.
[2] «El régimen de los Saud se tambalea después de ejecutar al jeque al-Nimr», por André Chamy, Red Voltaire, 4 de enero de 2016.
[3] «Declaración de La Meca», Red Voltaire, 31 de mayo de 2019.
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